BREVE BIOGRAFÍA DE CONCHITA SORDO MADALENO (1921-2007)

1. Nacimiento, infancia y juventud (1921-1946)

       Conchita Sordo Madaleno nació en la Ciudad de México el 3 de diciembre de 1921, en el domicilio de sus padres situado en la actual Calle Cuarta del Cinco de Febrero número 39. Conchita Sordo Madaleno (foto tomada hacia 1932)Esa casa, que ya no existe, tenía dos pisos. En la planta baja estaba la tienda de semillas de su padre, don José Sordo Mijares. En la planta vivía la familia, constituida por doña Carmen Madaleno Domínguez, su esposo y seis hijos, de los cuales cinco eran mujeres y un sólo varon. Carmen, la mayor, ya había cumplido los diecisiete años cuando nació su hermana Conchita. Le seguían Luisa, Maruca, Mercedes y Juan, que en 1921 tenía seis años.

       En aquella época, las leyes antireligiosas del gobierno revolucionario llevaron a don José y a doña Carmen a tomar la precaución de no bautizar a su hija en la cercana iglesia de San Miguel, sino que pidieron que un sacerdote de esa parroquia fuera a bautizarla a su casa de Cinco de Febrero. La ceremonia se llevó a cabo el 12 de diciembre de 1921, fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe (cfr. Libro 29 de Bautismos, de los años 1917-1924, partida 184, acta 1110, de la parroquia de San Miguel Arcángel).

       Esta es la transcripción (ver imagen):

«AL MARGEN./ N° 1.100.- María Concepción del S.C. de Jesús Sordo Magdaleno / AL CENTRO./ En la parroquia del Arcángel San Miguel a doce de diciembre de mil novecientos veintiuno Yo el Pbro. Ángel Saldaña (VP [Vicario Parroquial]) bauticé solemnemente a una niña a quien nombré María de la Concepción del S.C. de Jesús nacida el tres de diciembre de mil novecientos veintiuno en la cuarta del cinco de Febrero número treinta y nueve hija legítima de José Sordo y Carmen Magdaleno fueron sus padrinos Juan Pérez Sordo y María Luisa Sordo a quien advertí su parentesco espiritual y obligaciones. Doy fe. / Rúbricas.- Enrique Servín. Ángel Saldaña».

       Varios meses más tarde la registraron en Registro Civil. El texto de su Acta de nacimiento es el siguiente: Es copia (29-X-1943) fiel de su original. Libro nº 692; foja 35. Y dice:

Al margen: "105 Ciento cinco.- SORDO Y MADALENO MARIA DE LA CONCEPCION".- Al centro: "En la ciudad de México, a las 9 nueve horas del día 25 veinticinco de mayo de mil novecientos veintidos, ante mí, Gerónimo Abreu Pérez, Juez del Estado Civil, comparecieron en la casa número 39 treinta y nueve de la calle del Cinco de Febrero, el señor José Sordo Mijares y su esposa la señora Carmen Madaleno Domínguez, de 58 cincuenta y ocho y 45 cuarenta y cinco años respectivamente; el primero de Asturias, España, comerciante, la segunda de San Juan del Río, Querétaro, viven donde comparecen y presentaron viva a la niña MARIA DE LA CONCEPCION SORDO Y MADALENO, que nació en dicha casa el día 3 tres de diciembre de 1921 mil novecientos veintiuno a las 7 siete de la mañana, hija legítima de los comparecientes. La niña presentada es nieta por línea paterna de los finados Joaquín Sordo y Ángela Mijares, y por la materna de los también finados Cándido Madaleno y Paz Domínguez. Fueron testigos los señores Juan Mijares y Santiago Sotres, mayores de edad, comerciante, el primero de México, casado, vive en la calle del Fresno 168 ciento sesenta y ocho; el segundo de Asturias, España, soltero, habita en la Calle del Cinco de Febrero 95 noventa y cinco. Leída esta acta la ratificaron y firmaron, agregan el compareciente que se hiciera constar en esta acta que conserva su nacionalidad española.- G. Abreu.- José Sordo.- Carmen M. de Sordo.- J. Mijares.- Santiago Sotres.- Rúbricas.

       Conchita tuvo la nacionalidad española desde su nacimiento. Luego, a los 18 años, tuvo que renunciar a ella, para conservar la mexicana. Y, hacia el año 2000, ella y Víctor, su marido, pudieron recuperar de nuevo la nacionalidad española, y conservarla hasta su muerte.

       La familia Sordo Madaleno, desde que se casaron don José y doña Carmen, viajaba con frecuencia a España, donde pasaban largas temporadas. Al nacer Conchita, ya habían hecho varios viajes. Solían estar algunos meses en Madrid y, en verano, iban a Llanes, donde don José había adquirido una casa grande con un jardin lleno de manzanos. Le llamaban la "Casa de los Leones" por dos leones de bronce, de buen tamaño, que flanqueaban la escalera por la que se accedía desde la puerta de la calle a la puerta principal de la casa.

       Hacia 1923 o 24, Conchita hizo su primer viaje a España. La familia Sordo Madaleno tuvo que salir de México, para evitar los peligros de la post-Revolución y la incipiente persecución religiosa. En esa ocasión pasaron en España tres años. En este viaje vivieron en Madrid, en la calle de Hermosilla, cerca de la iglesia de La Concepción. Conchita recuerda haber oído a su padre el siguiente comentario (no textual): «Mira lo que son las cosas, de joven uno trabaja para poder comer de mayor, y cuando se llega a ser mayor no puede comer uno lo que le apetece». José ya entonces tenía una angina de pecho que se iría agravando poco a poco.El 30 de noviembre de 1926 la familia Sordo estaba en Sevilla y se alojaron en el Hotel Alfonso XIII.

       Volvieron a México hacia Conchita (foto tomada hacia 1944).1927. La familia se trasladó a vivir a la calle de Marsella 39, entre las calles de Nápoles y Dinamarca, en la Colonia Juárez. Actualmente esta casa está ocupada por el Instituto Dante Alighieri, de la Embajada de Italia en México. Es probable que, de 1928 a 1931, haya estudiado los cuatro primeros cursos de la Primaria en la Escuela Primaria "Helena Herlihy Hall, ubicada en la 5a. Calle de Danubio n° 90.

       En 1932, cuando Conchita tenía diez años, hizo su segundo viaje a España con toda la familia. En internet hemos encontrado el registro de su llegada a bordo del Cristóbal Colón a Nueva York, el 17 de mayo de 1932, habiendo zarpado de Veracruz el 11 de mayo. En la lista de pasajeros aparece José, Carmen y cinco hijos: María Luisa, María de la Paz, Mercedes, José Juan y Concepción. La única que no va en ese barco es Carmen, la mayor, que ya estaba casada. El día 19 de mayo, estaban de nuevo a bordo del Cristóbal Colón para iniciar la travesía del Atlántico con destino final en algún puerto de España que no se especifica.

       Esta vez, la estancia en España será menor (de un año). En Madrid la familia Sordo Madaleno se instala en la calle de Eduardo Dato, n. 32 (actualmente Prolongación de la Gran Vía) muy cerca de la Plaza de España. La capital de España estaba en plena ebullición. Ese mismo año 32 el gobierno republicano decidió la expulsión de los jesuitas. Don José y doña Carmen se darían cuenta de que, por muy agitada que estuviera la situación en México, aquello era mucho peor.

       En 1933 regresaron a México. A don José Sordo le quedaban sólo dos años de vida, pues falleció, a consecuencia de su enfermedad cardiaca, el 9 de agosto de 1935, en su casa de la calle de Marsella. Conchita tenía trece años de edad. Para ella fue un golpe muy duro quedar tan joven huérfana de padre. Conchita había terminado su Primaria en 1934. Conservamos su certificado emitido por la Secretaria de Educación Pública y fechado el 29 de octubre de 1934. Lo firma la Directora de la Escuela Helena Herlihy Hall, donde estudió.

       Conchita estudió la Secundaria, de 1935 a 1937, en la Academia Mexicana del Colegio del Sagrado Corazón de Jesús, que estaba situada en la 4a. Calle del Sabino n° 148. Obtuvo muy buenas calificaciones en las materias que llevaba: Moral, Gramática, Aritmética, Estilo, Historia, Ciencas, Geografía, Inglés, Caligrafía, Aplicacíon.... Luego, continuó sus estudios de Preparatoria, de 1938 a 1940, en la "Ecole Commerciale Francaise", también llamada "Colegio Francés", situado en la 2a Calle de la Rivera de San Cosme n° 33. En esa institución educativa, influyó mucho en las alumnas Mme. Soeur Sainte Ida. Era muy querida y admirada por todas.

       La familia Sordo Madaleno continuó, unos años, viviendo en la casa de Marsella, una mansión elegante, de planta cuadrada, con grandes ventanales hacia la calle. Por esa época Juan, el penúltimo de los hijos, terminaba la carrera de Arquitectura. Uno de sus primeros proyectos fue el de la casa de Mississipi 64, en la Colonia Cuahutemoc. Allí se trasladó doña Carmen y sus hijos solteros, hacia el año de 1940. Conchita tenía dieciocho años de edad, había terminado sus estudios de Preparatoria y, desde el 9 de febrero de ese año, pertenecía a la Acción Católica Mexicana (A.C.M. y J.C.F.M).

       Sus mejores amigas de esa época fueron Poly Campero, Mercedes Castelló, Pelancha Cravioto, etc.

       En 1945, viviendo en la calle de Mississipi 64, Conchita Sordo tuvo una tifoidea que estuvo a punto de llevarla a la tumba. La velaba una Sierva de María. Víctor Cano Faro, de 26 años de edad, le había pedido que aceptara ser su novia, pero ella no se decidió a corresponder hasta febrero de 1946. En la casa de Mississipi vivirá Conchita hasta el 24 de diciembre de 1946, día de su matrimonio con Víctor. Antes había muerto también su madre, el 21 de febrero de 1944. Juan y Mercedes también se habían casado. Quedaban solas las dos hermanas Maruca, viuda, y Conchita.

2. Matrimonio y vida familiar durante 55 años (1946-2002)

       En 1945 Conchita conoció a Víctor Cano a través de su amiga Araceli, hermana de Víctor. Solían ira a montar juntos a un club que estaba en la actual colonia Irrigación, detrás del Conchita Sordo Madaleno (pintura al oleo de Manuel Azpiroz; Santander, 1947)Sanatorio Español (Ejército Nacional). En febrero de 1946 se hicieron novios, después de que Conchita superó la tifoidea.

       Un momento difícil de su noviazgo fue el fallecimiento de la madre de Víctor, en sepriembre de 1946. Ya entonces habían decidido casarse en diciembre de ese año. Aunque estaban de luto, decidieron no retrasar la boda, que se celebró en La Enseñanza (calle de Donceles) durante la Misa de Navidad, de medianoche. Unos días antes, el 8 de diciembre, se casó Araceli Cano con Eustaquio Cortina.

       Durante cerca de nueve meses, Víctor y Conchita estuvieron de viaje de novios en Europa. En ese momento, Víctor no tenía un trabajo fijo. Había renunciado al que tenía en Cobre de México, con su hermano Raul, que era el Director General. La mayor parte del tiempo estuvieron en España, la tierra de sus raíces familiares. En Santander, Manuel Azpiroz, pintó el cuadro de Conchita en el que está con ropa de montar y con un fuete en la mano izquierda.

       Al llegar a México, a fines de 1947, papá comenzó a pensar en dedicarse al cultivo de los champiñones. Se instalaron en el segundo piso del edificio de la calle de Nilo 37, en la Colonia Cuahutemoc. Ahí nací yo, su primogénito, en diciembre de 1948. En 1949 se trasladaron a la Colonia Polanco, a una casa situada en la calle de Tennyson 55, entre Masaryk y Horacio. Ahí nacieron todos mis hermanos: Canchita (1950), Carmen (1951), Fátima (1952), Titi (1955), Gerardo (1957) y Alfonso (1958). Al poco tiempo de nacer Alfonso, nos trasladamos a Las Lomas, a una casa en la calle de Explanada 415. Era una casa antigua que se remodeló totalmente. En esa casa viveron mis padres hasta 2002, en que murió papá. Mamá todavía vivió ahí, sóla, como un año, hasta que se trasladó a Av. de las Palmas n° 885, Torre 5, Depto. 16-2.

       En la vida de mis padres, desde que se casaron en 1946 hasta que murió papá en 2002, hay dos etapas clarísimas: la primera es de 21 años (hasta 1967) y la segunda de 35 años. La primera se caracteriza por los viajes que hacíamos a España para pasar una temporada larga ahí. A partir de 1967 la familia se estableció definitivamente en la Ciudad de México. Veamos una especie de resumen de estas dos etapas. La primera la conozco con más detalle, pues la viví personalmente. De la segunda no conozco con precisión, por ejemplo, los viajes que hicieron con mis hermanas y hermanos. Esto podrían completarlo ellos.

a) Primera etapa (1946-1967)

—1946-1949: viaje de recién casados a Europa; luego, en el piso de la calle de Nilo 37; comienzo de Hongos de México, en Cuajimalpa; nacimiento de Víctor.
—1949-1952: cambio a la casa de Tennyson 55; nacimiento de las tres primeras mujeres.
—1953: primer viaje a España; en Madrid: vivíamos en un piso en la calle de Rosales n° 68; pasamos el verano entre Santander (Cantabria) y Llanes (Asturias).
—1954: en la Ciudad de México; yo estudié la Preprimaria en el Colegio del Niño Jesús, en la Colonia Cuahutemoc; hice mi Primera Comunión el 8 de diciembre de ese año.
—1955: Titi nació en enero; a los pocos meses nos fuimos a Madrid (segundo viaje); yo estudié en el Colegio Maravillas (1° y 2° Elemental); pasamos el verano en Santander, donde alquilamos una casa muy bonita y con un amplio jardín, en la Magdalena.
—1956: recibí la Confirmación en Madrid, el 18 de febrero; luego, en el D.F. a partir de marzo; estudié el 2° de Primaria en el Colegio Cumbres.
—1957: en el D.F.; Gerardo nació en marzo.
—1958: en el D.F.; Alfonso nació en julio; luego nos trasladamos a Explanada 415; a fin de año explota el Restaurante La Ronda, propiedad de papá, que estaba en la calle de Genova (Zona Rosa) donde él tenía sus oficinas; tuvimos que retrasar nuestro viaje a España unos meses.
—1959: en Madrid (tercer viaje); vivíamos en Cabeza de Hierro n° 4, una casa en Puerta de Hierro; yo me examiné de Ingreso al bachillerato en el Instituto Ramiro de Maetzu, y estudié 1° y parte de 2° de bachillerato en el Colegio Maravillas, en el Viso; el verano lo pasamos en Llanes (Asturias): yo tenía un profesor, llamado don Boni, que me ayudaba a preparar los exámenes de 1° de bachillerato que tenía que presentar en septiembre, en el Instituto Ramiro de Maetzu.
—1960: en el D.F.
—1961: en el D.F.; yo fui a estudiar un año a Estados Unidos (Colegio Militar Nazareth Hall, en Toledo, Ohio).
—1962: cuarto viaje a España; nos instalamos en Madrid, un mes en el Hotel Comodoro Perry (en el Viso) y luego en María de Molina n° 1, 5° izquierda; terminé el 3° de bachillerato en el Colegio Alameda de Osuna; mis hermanas estudiaban en el Colegio Jesús María (calle Juan Bravo, en el barrio de Salamanca); pasamos el verno en Llanes y la Navidad en Kitzbühel (Austria).
—1963: en Madrid; pasamos el verano en la Ciudad de México y la Navidad Conchita en Madrid (foto tomada en enero de 1963)en Villars (Suiza); en Semana Santa hicimos un viaje a las Islas Baleares (Mallorca); en octubre yo y Conchita, con mis padres, hicimos un viaje a París, para comprar un coche (Alfa Romeo 2600, negro) en la Feria del Automovil.
—1964: en Madrid; pasamos el verano en la Ciudad de México y la Navida en Igls (Austria); en Semana Santa hicimos un viaje a Roma.
—1965: en Madrid; pasamos el verano en la Ciudad de México y la Navidad en Lech (Austria); en Semana Santa hicimos un viaje a Londres y otro a Valencia y costa levantina; en mayo conocí el Opus Dei mientras estudiaba en Madrid el curso Preuniversitario.
—1966: en Madrid; pasamos el verano en la Ciudad e México y la Navida en Madrid (yo fui a esquiar, después, a Andorra); en Semana Santa hicimos un viaje a las Islas Canarias (Tenerife).
—1967: en Madrid hasta el 4 de agosto, en que viajamos a México (con escala en San Juan de Puerto Rico, de un día, porque se averió un motor del avión en el que viajábamos); pasamos la Semana Santa en Sevilla; antes de salir a México, hicimos un viaje por el norte de españa (Santiago de Compostela, Asturias, Santander..).

b) Segunda etapa (1967-2002)

—1967: en el D.F. a partir del 4 de agosto; fuimos a Acapulco en diciembre.
—1968: en el D.F.; yo me fui a vivir al Centro de Estudios el 26 de enero; en diciembre fuimos por primera vez a Vail, Colorado: a partir de entonces, mis padres iban todos los años a Vail, por Navidades.
—1971: se casó Conchita con Claude Pons, el 6 de mayo.
—1973: en octubre me fui a estudiar al Colegio Romano; pasé unos días con mis padres en Madrir, a fines de septiembre.
—1974: en febrero mis padres estuvieron en Roma, y tuvimos una entrevista con San Josemaría Escrivá, en una salita de Villa Sacchetti.
—1976: mi ordenación sacerdotal el 8 de agosto, en Madrid; mis padres y mis hermanos estuvieron presentes.
—1977: regreso a México a fines de enero y el 4 de febrero me fui a vivir a Monterrey; mis padres me fueron a visitar varias veces; bodas de Carmen con Tino García Parada (10 de septiembre) y de Titi con Bosho Cortina (22 de diciembre).
1978: el 21 de noviembre, fiesta de la Presentación de la Virgen en el Templo, mamá pide su admisión en el Opus Dei como supernumeraria.
—1981: boda de Alfonso con Marisol Morán Barroso (16 de julio).
—1982: yo regreso a México en diciembre.
—1984: muere mi hermano Gerardo el 2 de julio, a consecuencia de un accidente automovilístico en la carretera de Cuernavaca (en la curva de "la Pera"); fue un golpe durísimo para mis padres.
—1985: boda de Fátima con Paul Bouffier Roy (12 de abril).
—1991: me voy a vivir a Guadalajara, em marzo.
—1994: me voya a vivir a Monterrey, en agosto.
—1995: regreso de Monterrey a la Ciudad de México, en diciembre.
—1996: celebramos los 50 años de matrimonio de mis padres.
—1998: se manifiesta la insuficiencia cardiaca de papá, en verano.
—2001: celebramos los 80 años de mamá; mis hermanas preparan un video con fotos y música.
—2002: muere papá el 8 de febrero.

       Se pueden ver más detalles de estas dos etapas en la breve biografía de papá.

3. Últimos años y fallecimiento (2002-2007)

       Desde que murió papá, el 2 de febrero de 2002, todos los hermanos comenzamos a pensar que la casa de Explanada era demasiado grande para una sóla persona. Además, estaba el inconveniente de requerir muchas personas de servicio: un chofer, un mozo, una concinera, una doncella, tres policías que se turnaban las 24 horas para cuidar la casa. En total, siete personas. Conchita en Montefalco (celebración del 50° aniversario), en verano de 2006.Por esta razón, aunque al principio a mamá le costó la decisión, vimos que lo mejor era rentar un departamento. Pasó el tiempo, y conseguimos uno que reunía las condiciones en la Torre 5 del conjunto de Palmas Corinto en Av. de las Palmas: estaba en el piso 16 y era el n° 2 (saliendo del elevador a la derecha). Además, conseguimos que tuviera a Pamela, una agregada del Opus Dei, que fuicionó como ama de llaves y chofer. Entre ella y Oli, una doncella muy joven que también sabía concinar, atendían a mamá.

       Al poco tiempo de morir pápa, notamos en mamá que iba perdiendo la memoria poco a poco. Acudimos al Dr. Ceñal, un geriatra, que la supo controlar muy bien. La limitación en sus facultades mentales se fue acentuando. Sin embargo, aunque hablaba muy poco, nos reconocío a todos hasta el final de su vida. Muy pronto dejó de manejar el coche y también comenzó a moverse más lentamente por falta de agilidad en las piernas.

       Después de que se vendió "La Granja" (el terreno que teníamos en el Desierto de los Leones, en el que había una casita de campo y un gran jardín, junto a una de las plantas de champiñones: en concreto, fue la segunda que puso mi padre), decidimos mantener la casa de Explanada para reunirnos todos los domingos con mamá. Ahí seguimos organizando la comida semanal a la que acudían, con plena libertad, todos los hermanos, cuñados, sobrinos y sobrinos nietos.

       El último domingo en que nos reunimos ahí con mamá fue el domingo 17 de junio. Al siguiente domingo (24 de junio) sólo estábamos en México mi hermana Titi y yo. Por esta razón fuimos a comer con mamá a la casa de Titi. En ese momento mamá estaba bien de salud aunque comía muy poco y había bajado 5 kilos en el último mes. Sin embargo, el miércoles la revisó un médico y notó que tenía un dolor agudo en el abdomen, por lo que recomendó que se hiciera una colonoscopía. El viernes 29, fiesta de San Pedro y San Pablo, se hizo el estudio, con la mala fortuna de que, durante la colonoscopía, se le perforó el colon. Los médicos se dieron cuenta de esto por una radiografía en que se notaba aire en la parte superior. El Dr. Fernando Quijano, primo de Tino mi cuñado, nos dijo que no tenía más remedio que operarla, porque de otra manera se hubiera desarrollado una peritonitis. Titi, mi hermana, me llamó por teléfono cuando yo estaba terminando de comer. Llegue al hospital justo cuando estaba en la puerta del quirófano. Gracias a Dios pude darle la Unción de enfermos, en pocos minutos. Estaba sonrriente y tranquila. Fue la última vez que la vimos en su estado normal de conciencia.

       Todos los hermanos, menos Fátima (que estaba en Coronado, California) estuvimos en el Hospital ABC durante la operación, que duró varias horas. Al terminar, el Dr. Quijano nos dijo que todo había salido bien. Tuvieron que cortar un trozo de colon. Desde ese momento hasta el final permaneció en la unidad de terapia intensiva (habitación T-3). Todos los días nos dejaban verla en tres momentos. Pasábamos todos (hijos, nietos...) unos minutos cada uno. Pusimos en su cabecera una estampa de San Josemaría con una reliquia, y un escapulario de la virgen. Estaba inconsciente, sedada e intubada. Al principio parecía ir reaccionando, pero hacia el tercer día los médicos comenzaron a notar que su función renal no estaba bien. El jueves por la mañana los médicos nos informaron que no reaccionaba y que se preveía su muerte en un plazo corto. El viernes la pasaron a una habitación de terapia intensiva en la que la podiamos ver sin restricción de tiempo, para que la pudiéramos acompañar en sus últimos momentos. Continuaba sedada e inconsciente.

       El sábado por la mañana, 7 de julio de 2007, volví a administrarle la Unción de los enfermos, esta vez con el rito completo. Estábamos los seis hermanos, incluida Fátima, que había llegado hacía unos días de Califormia. Fue un momento muy difícil y emocionante para todos. Los médicos nos habían dicho que podía morir en cualquier momento. Todo ese día estuvimos acompañándola muy cerca. Rezábamos mucho. Su presión sanguínea bajaba poco a poco. Conchita, Fátima, Claude y yo, hacia las nueve de la noche, bajamos al bar del primer piso a tomar algo. Nada más comenzar sonó mi teléfono celular. Era mi hermana Titi que nos avisaba que mamá estaba en los úlitmos momentos. Subimos a toda prisa a su habitación. Eran las nueve y veinte cuando expiró. Llegamos en el momento en que estaban tomandole un electrocardiograma para comprobar que ya había fallecido. Inmediatamente, recé un responso y luego un rosario. Todos los que estabamos en la habitación (unos diez o doce, entre hijos y nietos) lo rezamos con lagrimas en los ojos, que en parte eran de dolor, pero también de emoción y agradecimiento al Señor por habernos permitido asistir a la muerte de una mujer buena y santa. Estuvimos en la habitación hasta cerca de las diez de la noche. Luego nos indicaron que tenían que prepar el cuerpo de mi madre para el funeral.

       Esa noche todos dormimos pocas horas. A las 7:30 de la mañana del domingo 8 de julio, llegó el Talla de la Inmaculada de plata y marfil, del siglo XVII. Mamá y papá la besaban todos los días, varias veces.ataud de madera con el cuerpo de mi madre a Explanada. Preparamos con mucho cariño la sala de la planta baja, donde sería la Misa de cuerpo presente. Durante esas horas de la mañana la velamos y, con mucha piedad y silencio, estuvimos rezando rosarios. Al fin llegó el momento de la Misa que comenzó hacia las 11:15. Asistieron a ella unas ochenta o cien personas. Notamos el cariño de todos. Un grupo de sobrinas, dirigidas por Conchita, la mayor de ellas, improvisaron un pequeño coro que a todos nos gustó muchísimo por su buena entonación y sencillez. Volvieron a cantar en la Misa de la tarde. Hacia las 12 despedimos el cuerpo de mamá con un responso.

       Por la tarde, la Misa para depositar sus cenizas fue en la capilla de la planta baja de la parroquia de Lourdes, a las 5:30. Celebré la Misa yo acompañado por Quico Ugarte, Ramón Salas y Alejandro Corcuera. Después de la Misa, Fátima mi hermana tomó las cenizas de máma y las depositamos en la cripta en la que están también los restos de papá y de mi hermano Gerardo. El martes 9 de julio celebré, acompañado por Alejandro Corcuera, la primera Misa del triduo, en la iglesia de la planta alta de la parroquia de Lourdes a las 7 de la tarde. Los cantos y la música estuvieron a cargo de maestro Esteva. Al día siguiente celebré a la misma hora y en el mismo lugar. Cantó mi sobrina Elena García con mucha calidad. La úlitma Misa del triduo fue en la capilla de la planta baja, a la 1:30 pm.

       Cuando escribo estas líneas, han pasado pocos días de la muerte de mamá. Me parece que todos los que formamos parte de la familia (hermanos, cuñados, sobrinos, sobrinos nietos) hemos recibido durante estos días mucha gracia. Aunque el dolor por la ausencia de mamá es duro de llevar, el Señor ha querido darnos como una dedada de miel que haga más dulce estos momentos. En la homilía de la Misa de cuerpo presente, en la casa de Explanada, comentaba que la característica más sobresaliente de mamá fue su sencillez. Era una mujer íntegra, con principios muy claros y sólidos, reflexiva y paciente. Pero sobre todo, era sencilla y humilde. Supo pasar oculta toda su vida, con el deseo de servirnos a todos, siempre con una sonrrisa en los labios. Una de sus amigas de la infancia (Lucero Campero), ese día me dijo: "tu mamá siempre fue una perita en dulce". Y es verdad. Era una madre buena y dulce. Siempre positiva, comprensiva y cariñosa. Y todo esto era fruto de su alma de niña, que nunca perdió. Le encantaban los niños (sus nietos, sus biznietos) y jugar con ellos. Su piedad siempre fue muy sencilla. Vivía una auténtica infancia espiritual. En los últmos años, este rasgo se acentúo aún más.

       Por último, quiero también dejar constancia de su gran amor a la Virgen. Nació un sábado (3 de diciembre de 1921). Recibió el bautismo el día de la Virgen de Guadalupe (12 de diciembre). Y murió también un sábado (7 de julio de 2007). Tanto papá como mamá, todos los días y varias veces al día, al pasar delante de la imagen de la Inmaculada que estaba en el vestíbulo de Explanada, le daban un beso. Esa talla, de plata y marfil, del siglo XVII, la compramos durante la Semana Santa de 1967 en Sevilla, en la tienda del Moro. En los últimos años, mamá la tenía también en el pequeño vestíbulo de su piso. Y siempre que entraba o salía, la besaba con gran devoción. Además, todos los días rezaba el Rosario, con las letanías en latín. Aún conservo un rosario de cuentas grandes que me regaló hace años, y que hizo ella misma cuando era jóven, antes de casarse. En su mesilla de noche tenía un pequeño marco con una imagen de la Virgen de Guadalupe que era de su madre, y besaba todas las noches antes de dormir. Junto a esa imagen tenía la estampa del día de mi ordenación sacerdotal, también de Nuestra Señora de Guadalupe.


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