Tema 2. Fundación y primera expansión de la Iglesia

Comenzamos el estudio de la antigüedad cristiana. Como ya veíamos en la primera lección, esta época histórica se divide en dos periodos. El primero de ellos va desde la fundación de la Iglesia por Jesucristo (año 30 de la era cristiana) hasta el Edicto de Milán (año 313), por el que el emperador Constantino consigue la paz para la Iglesia y el fin de las persecuciones.

La primera parte de la antigüedad cristiana abarca, por lo tanto, los tres primeros siglos de nuestra era. En esta lección estudiaremos, en primer lugar, al pueblo judío a principios del siglo I, tal como era cuando Jesucristo vino al mundo (apartado a). Luego veremos cómo Jesucristo fundó la Iglesia (apartado b) y cómo se organizó en Jerusalén la primitiva comunidad cristiana después de la muerte y resurrección del Señor (apartado c). A partir de Jerusalén se difundió la Buena Nueva a los paganos (apartado d). Los Apóstoles fueron los principales evangelizadores del mensaje cristiano (apartado e), también entre los judíos de Palestina y de la diáspora (apartado f).

a) El judaísmo en la época de Jesucristo

Breve panorama histórico

Para este apartado se puede consultar la obra de LUIS SUÁREZ FERNÁNDEZ, La Conversión de Roma, ed. Palabra, Madrid 1987, pp. 5-135. También, las Historias de la Iglesia de Bihlmeyer y Fliché-Martín. A continuación hacemos un resumen esquemático del contenido de esas obras.

Ante todo, el pueblo judío es un pueblo religioso. Su monoteísmo le separaba de los demás pueblos y lo preservaba de la corrupción ideológica y moral.
Los profetas fueron los grandes instrumentos de la unidad y vitalidad de Israel. Anunciaron al Mesías. Esta esperanza permaneció siempre viva.
Un momento especialmente crítico para la fe de Israel fue la época de Antioco IV Epifanes, un sucesor de uno de los generales que Alejandro Magno puso al frente de Siria y Palestina. Antioco IV (175-164 a.C.) fue vencido por la furia de los Macabeos que, más tarde, consiguieron la independencia de Israel (a. 142 a.C.).

Efectivamente, los seleúcidas (Antioco IV Epifanes, descendiente de Seleuco, capitán de Alejandro Magno) son expulsados en tiempo de Matatías (a. 167 a.C.), padre de los cinco Macabeos.

Los cinco hijos de Matatías, llamados "Macabeos", inauguran la dinastía de los Asmoneos que gobiernan Palestina hasta Pompeyo (a. 60 a.C.). El año 63 a.C. Pompeyo conquista Jerusalén para Roma.

Los Asmoneos, envueltos en luchas fratricidas, la volvieron a perder con Pompeyo que dejó al frente de Judea a reyes idumeos (Herodes: 37 a.C. a 4 d.C.) vasallos de Roma.

Herodes (idumeo) es puesto como rey por Cesar. Muere el 4 a.C. Le sucede Arquelao, su hijo, con el título de etnarca (Judea y Samaria) hasta el 6 d.C., año en que es depuesto por Tiberio, y es sucedido por siete procuradores. También gobierna Palestina Herodes Antipas (Galilea y Perea) y Filipo (Iturea y Traconítide).

En el año 6 d.C. Roma incorpora a la Judea a la provincia de Siria. El quinto de los siete procuradores romanos es Poncio Pilato (26 a 36 d.C.).

Todo esto lleva al desarrollo de un sentimiento nacionalista en los judíos. Se reavivan las ideas en torno al Mesías y a la liberación de Israel. Sólo en Judea se conserva mayoritariamente la tradición. En Samaria eran apóstatas. En Galilea había muchos no judíos.

El mesianismo de Israel estaba cargado de tintes políticos. Pocos eran los que esperaban un Mesías más espiritual (los esenios, por ejemplo).

Judíos de Palestina

En el siglo I había un millón de judíos en Palestina.

Hay sublevaciones judías en los primeros años de la vida del Señor que son ahogadas en sangre por los romanos (Sabino, Varo). En una de ellas mueren tres mil en Jerusalén; en otra son crucificados dos mil, muchos de ellos en Galilea. Séfora, a 8 km de Nazareth es uno de los centros de subversión. Ahí vivirá Antipas hasta el año 18 d.C., una vez transformada la ciudad al helenismo.

Desde el 67 a.C. (guerra fratricida entre Aristóbulo e Hircano) hasta el 39 d.C (Agripa I) son asesinados 200 mil judíos por los romanos. No hay un año de estos en los que no haya matanzas sangrientas en Palestina.

Palestina estaba invadida por ciudades helenísticas (Cesarea, Sebaste, la Decápolis, Tiberiades, Séfora, Scitópolis) en ninguna de las cuales Cristo predicó. Los judíos sabrían el griego, pero no se dejaban influir por las costumbres paganas.

Tipos de judíos:

· pueblo de la tierra: los judíos sencillos, "pobres de Israel" a los que se refiere el Señor.
· saduceos: aristócratas, racionalistas y de tendencia epicurea, niegan la resurrección y los ángeles; apegados a la Escritura, rechazan la tradición; duros y crueles, forman los dos primeros grupos del Sanedrín (sacerdotes y ancianos aristocracia laica), no tienen influencia religiosa; desaparecen en las matanzas del 66 y 134 d.C. Muchos de este grupo eran herodianos, es decir, partidarios de Herodes y pro-romanos.
· fariseos: muchos escribas (tercer grupo del Sanedrín) son fariseos, respetan la tradición, nacionalistas, antiromanos, son respetados por el pueblo: influencia religiosa, fanáticos de la Ley; continúan en la actualidad.
· celotes: afines a los fariseos pero violentos, relacionados con las rebeliones.
· esenios: comunidades de judíos ortodoxos que viven en cenobios, viven el celibato, vida dura de pobreza, vestiduras blancas, relacionados con Juan Bautista y las cuevas del Qumram.

Aunque los fariseos eran muchos en Galilea, como lo eran en toda Palestina, no estaban tan bien organizados como en Jerusalén. La acción de los saduceos era lejana y esporádica fuera de Jerusalén.

Entre los judíos había algunos que esperaban un Mesías triunfalista (La Asunción de Moisés, por ejemplo, escrito durante la vida del Señor, o el Libro de Henoc) y otros un Mesías más espiritual y santo (Los Salmos de Salomón del siglo I antes de Cristo).

En tiempos de Cristo los "prosélitos" eran la gloria de Israel. Después de los años 70 y 134 (grandes destrucciones de Jerusalén), se dirá que es la lepra de Israel: el judaísmo se aísla. La rápida difusión del cristianismo y las sublevaciones judías sofocaron el proselitismo judío.

La diáspora

Tuvo singular importancia para la expansión del cristianismo el fenómeno de la diáspora. Las deportaciones de asirios (722 a.C.) y babilonios (597, 586 a.C.), hicieron que muchos judíos permanecieran lejos de Judea.

En la diáspora había paganos que se convertían al judaísmo (prosélitos) y otros, más numerosos, que vivían cerca de sus doctrinas y costumbres (los temerosos de Dios).

En otros países vivían los judíos de la diáspora, que hacían peregrinaciones a Jerusalén y pagan tributo al templo.

En la diáspora había 4 o 5 millones de judíos en el siglo I (7% de la población del Imperio, que era de 55 millones). En Alejandría, siglo I, existían cinco barrios, dos de los cuales pertenecían a los judíos. Sólo en Egipto había un millón de judíos.

El origen de la diáspora hay que buscarlo desde la época de la cautividad de Babilonia, primero, y luego con las conquistas de Alejandro Magno. Lágidas, seleúcidas y romanos protegen a los judíos. Los romanos, desde la época de Judas Macabeo (168 a.C.).

Los romanos los protegen especialmente en todo el Imperio y les conceden privilegios de conciencia (civiles, militares) respetando su religión. Los judíos podían tener ciudadanía romana.


La diáspora alejandrina y el helenismo

En Alejandría, como hemos visto, había una importante colonia judía. En el siglo III se elaboró en esta ciudad la traducción bíblica de los Setenta.

En Alejandría, la doctrina de Filón (filósofo hebreo que murió en el 40 d.C.) sobre el Logos (mediador entre el mundo y Dios) fruto de un sincretismo de ideas platónicas, estoicas y neo-pitagóricas, y la interpretación alegórica de la Sagrada Escritura, influyeron mucho sobre la escuela cristiana de Alejandría (Clemente, Orígenes, etc,).

Los judíos alejandrinos estaban influidos por el helenismo de alguna manera.
Los judíos de Alejandría habían formado la versión de los LXX en el siglo III a.C. Filón (+ 40 d.C) intentó fundir el hebraísmo con la filosofía platónica, estoica y neo-pitagórica.

Filón (25 a.C. a 40 d.C.)

Nace en Alejandría. Es un comentarista de la Biblia. Procedente de una familia rica, representa el judaísmo alejandrino en tiempo de Cristo. Sus fuentes de inspiración son la Sagrada Escritura y Platón. Hace una exégesis alegórica. Influye en la escuela de Alejandría y en S. Ambrosio. La filosofía es sierva de la verdadera sabiduría. Es el primero en introducir el concepto de "creación" en la filosofía. Desarrolla el concepto de "Logos" como "mundo inteligible, divino, pero inmanente al mundo, que utiliza Dios como modelo para crear lo sensible". Dios crea el Logos, en el que están los pensamientos de Dios, que son las Ideas (imágenes particulares de las cosas). Tanto el Logos como las Ideas son, a la vez, trascendentes e inmanentes al mundo. (cfr. YARZA, Historia de la Filosofía Antigua). El Logos es la potencia más alta y próxima a Dios, el intermediario que permite a Dios actuar en el mundo, es el Angel del Señor, pero no es Dios. El Logos de Filón no es ni Dios, ni hombre. Por eso no puede establecerse una relación entre la doctrina filoniana y la joánica sobre el Logos (cfr. SUAREZ, La Conversión..., p. 93).

Obras de Filón: 1) comentario alegórico del Pentateuco, 2) tratados filosóficos, 3) dos libros de historia, 4) "De la vida contemplativa".

Se pensaba que Filón tuvo mucha influencia en San Juan y en S. Justino. En realidad sólo tuvo influencia en Clemente y Orígenes.

b) Predicación de Jesús y fundación de la Iglesia

Razones de conveniencia de que Cristo se encarnara en esa época

Al llegar la plenitud de los tiempos (cfr. Gal 4,4 ) Dios envío a su Hijo Unigénito para salvarnos del pecado y redimirnos de la ley, haciéndonos hijos suyos.

Cristo nace el 753 ab Urbe condita, según Dionisio el Exiguo (que vivió en época de los ostrogodos). Parece que la fecha real es entre 746 y 748. La fecha real de la Pasión es abril del año 30.

Cristo, cuya existencia histórica está fuera de dudas (además de los testimonios neotestamentarios tenemos los escritos de Tácito, Suetonio y Flavio Josefo que lo confirman), vino a establecer el Reino de Dios, una nueva doctrina y una nueva ética basada en la filiación divina y en la caridad. Avala sus enseñanzas con milagros.

Los Evangelios son históricos. Por ejemplo, Lucas, aprovecha su larga estancia en Cesarea para recabar datos de los discípulos y conocer los recuerdos de María. Los Evangelios, más que biografías de Jesús (no tienen la intención de darnos un relato completo de su vida) son documentos de historia religiosa.

Santo Tomás explica una serie de razones de conveniencia para que Cristo naciera en ese momento histórico (cfr. S.Th., III, q.1, a.5).

Podemos distinguir dos aspectos en el entorno histórico de esa época, que hacen ver clara la conveniencia de que Cristo se encarnara entonces:

  • en el orden político: la amplitud del Imperio Romano que circundaba el Mare nostrum; la unidad política, cultural, lingüística, comercial; la división en provincias y el gobierno central; las vias romanas, las legiones, la paz;
  • en el orden de las ideas y de la moral: existía una filosofía decadente (estoicos, epicúreos, escépticos); los dioses greco-latinos eran modelo de defectos y vicios más que de virtud: ; las costumbres se habían relajado (cfr. Rom 1, 24-32); la esclavitud severísima era considerada como algo normal; existía, de una u otra manera en todos los pueblos, la esperanza de un Salvador Los hombres de entonces anhelaban la verdad, la bondad. No es extraño que el cristianismo se haya difundido con tanta rapidez, antes la decadencia que había en esa época. Actualmente hay un ambiente muy parecido al de entonces. No es raro a que a muchos resulten muy atractivos los ideales cristianos.

Jesucristo y el origen de la Iglesia

Jesús quiere fundar una comunidad de hombres que sea instrumento de salvación. Pone los fundamentos con la elección de los Doce, a quienes les da poderes especiales y una misión universal.

Cristo funda la Iglesia. Hay testimonios históricos en los cuatro Evangelios, las epístolas de S. Pablo, Tácito (Anales), Plinio el Joven y Flavio Josefo (a. 96 d.C.).

Estableció una jerarquía y confirió a los apóstoles los triple munera. A Pedro lo puso como cabeza (Cefas). La Iglesia se desarrollo con independencia de la sociedad judía, a partir del día de Pentecostés.

Tácito recuerda que Cristo fue "condenado a muerte por el procurador Poncio Pilato".

Galión (a. 51), hermano de Seneca, es testigo de la propagación del cristianismo en Corinto. El año 64 la persecución de Nerón afecta a una "considerable multitud" de cristianos (Tácito) en Roma.

Sucesión de hechos

El ministerio de Juan el Bautista no duró ni siquiera un año pero dejó una impresión muy duradera. Después vinieron los siguientes episodios de la vida del Señor: La tentación. Los primeros discípulos. El ministerio de Cristo. Jesús en Jerusalén y en Judea. Jesús en Galilea. La predicación del reino de Dios. Jesús funda la Iglesia: elige a los Doce, les da poderes especiales, pone a Pedro como cabeza, es una sociedad visible. Jesús en Cafarnaum. Jesús en las sinagogas. El sermón de la montaña. La nueva ley. La religión interior. Jesús y los fariseos. Las parábolas del reino de los cielos. El ministerio galileo.

Entusiasmos y desilusiones de las muchedumbres. El pan de vida. Las grandes revelaciones. La confesión de Simón Pedro. La predicación de la pasión. La Transfiguración. Los discípulos. La misión de los discípulos. La predicación de Jesús en Jerusalén. Valor teológico de estos discursos. Las últimas semanas. La resurrección de Lázaro. La entrada mesiánica de Jesús en Jerusalén. La última semana. La Cena. El discurso después de la Cena. La pasión y la muerte de Jesús. La agonía. Jesús ante Anás y Caifas. Jesús ante Pilatos y Herodes. La muerte en la cruz. La Resurrección. Aparición a los Apóstoles. La Ascensión.

Veamos con más detalle algunas fechas

  • Otoño del 27: comienza la predicación de Jesús,
  • Enero del 28: Bautismo de Jesus,
  • Pascua del 28: expulsa a los mercaderes del Templo,
  • Mayo del 28: la Samaritana,
  • Principios del 29: misión de los discípulos,
  • Cerca de la Pascua del 29: multiplicación de los panes,
  • Octubre del 29: fiesta de los Tabernáculos,
  • Diciembre del 29: fiesta de la Dedicación,
  • Marzo del 30: resurrección de Lázaro,
  • Muerte de Jesús: viernes, 7 de abril del 30, 14 de Nisan.

c) La primitiva comunidad cristiana de Jerusalén: organización eclesiástica y vida cotidiana

La Iglesia hasta el año 70

Las fuentes para este período son, fundamentalmente, los Hechos de los Apóstoles y las Cartas de S. Pablo.

Según ellas, se pueden distinguir tres períodos:

  • 33-35: de Pentecostés a la persecución general en Judea,
  • 35-44: de la conversión de S. Pablo a la muerte de Santiago el Mayor,
  • 44-67: del Concilio de Jerusalén a S. Pablo en Roma.

En el año 64 comienzan los disturbios anti-romanos en Judea, que concluyen con la destrucción del Templo (70).

Pentecostés

Jesús, durante 40 días, enseña a los Apóstoles y les promete la asistencia del Espíritu Santo en su misión por todo el mundo. En el nacimiento de la Iglesia, el día de Pentecostés, son bautizados tres mil personas. El crecimiento de la Iglesia de Jerusalén es notable. Todos vivían unidos en corazón y en alma.
Aparece clara la distinción entre dirigentes y dirigidos desde el principio.
Los fieles, hasta el año 70, pertenecen, sobre todo, a las clases media y baja. En Pentecostés ya había tres mil. La fe se centra en la divinidad de Jesús. Además, creen en otras verdades que no aceptan los judíos. Practican ceremonias judías (circuncisión, purificaciones, etc.) y propiamente cristianas (oración, bautismo, "fractio panis", etc.).

No se encontrará en la historia de la Iglesia una personalidad comparable a la de Cristo: "El no era la luz, sino que vino a dar testimonio de la luz". La propagación del cristianismo se realiza paulatinamente, sin saltos, sin prisas, sin planes preestablecidos por los hombres. En los primeros años conservan del judaísmo todo lo que no es incompatible con la fe cristiana. Los Apóstoles colaboran dócilmente a la acción del Espíritu Santo.

En los primeros años hay suficiente paz, unida a una persecución, pero no a muerte. La Iglesia echa raíces.

El discurso de San Pedro tiene un carácter arcaico que le da garantía de autenticidad. Es el documento más antiguo de la apologética cristiana.
Ese día se convirtieron más de tres mil. Estos esparcirán la semilla del Evangelio, antes que los Apóstoles, por todo el Imperio: Damasco, Alejandría, Roma...

A los cristianos se les denomina "discípulos", como en tiempo de Jesús; luego "hermanos" ("comunidad") y "santos" ("iglesia"). Se reunían en el Cenáculo, luego en el Templo (en el Pórtico de Salomón). La "fracción del pan" tiene lugar en "la casa" (Act 2,46). Las reuniones tienen carácter litúrgico pero también asistencial: se vive espontáneamente el desprendimiento de los bienes, la caridad fraterna, la obediencia a la autoridad de los Apóstoles, la oración intensa.

Hay profusión de milagros y conciencia clara de estar bajo la acción del Espíritu de Cristo.

Los saduceos son los principales enemigos de la Iglesia naciente. Prohiben predicar a los Apóstoles el nombre de Jesús. Los arresta y azotan. Los discípulos no se dejan intimidar. La Iglesia crece.

El martirio de San Esteban y la conversión de San Pablo

Los helenistas, que ya eran muchos, se quejan de que no se atienden a sus viudas. Los Apóstoles deciden dejar este ministerio a los diáconos. Los siete primeros tienen todos nombres griegos, quizá todos helenistas. Nicolás de Antioquía era, incluso, prosélito (pagano circunciso). Felipe y Esteban predican el Evangelio y hacen milagros, bajo la guía de los Apóstoles.

La mejor atención a las viudas de los cristianos helenistas es ocasión de la ordenación de los primeros diáconos, uno de los cuales Esteban es lapidado el año 33. Así comienza la persecución que produce una difusión primera del cristianismo por Samaria, y toda Palestina. Es bautizado entonces el primer cristiano procedente del paganismo (Cornelio).

San Esteban, helenista alejandrino, audazmente predica temas candentes que, hasta ahora, los Apóstoles iban tocando poco a poco, con prudencia, en su predicación: la futura destrucción del Templo, la provisionalidad de la Ley... Es toda una catequesis valiente, de un testigo que está dispuesto a dar la vida por Cristo. El apedreamiento directo (sin permiso de autoridad romana) hace suponer un periodo de vacío de poder y ausencia de magistratura romana (a. 36). En este momento, seis años después de Pentecostés, se desencadena la persecución.

Saulo ciudadano de Tarso y ciudadano romano, de la tribu de Benjamín, fariseo de camino a Damasco se convierte por la gracia de Dios al ver a Jesús resucitado. Después se retira a Arabia durante varios años. Vuelve a Damasco y se fuga. San Pablo en Jerusalén recibe la misión de ir a tierras lejanas. Es llevado a Cesarea para protegerlo de los judíos y enviado a Tarso.
Los Hechos relatan el suceso del diácono Felipe. Luego comienza la dispersión de los discípulos (especialmente los helenistas). Los Apóstoles se quedan en Jerusalén, pero no sin problemas. Pablo puede ver sólo a Pedro y a Santiago (a. 39). Felipe (de Cesarea: quizá Lucas pudo hablar con él), va a Samaria y bautiza a muchos. Pedro y Juan les confirieron el Espíritu Santo. Episodio de Simón el Mago. Felipe va a Gaza (Etiope), a Azoto, a Cesarea y predica en muchas ciudades.

Misiones de San Pedro

La evangelización del Sarón. Pedro y Juan recorren Samaria. Luego, Pedro va al Sarón y hace milagros en Lida (cura al paralítico Eneas) y en Jope (resucita a Dorcas), pero no entra en la ciudad pagana de Cesarea.

La conversión de Cornelio, centurión de la cohors italica de Cesarea. El Espíritu Santo pone fin a la cuestión de lo puro y lo impuro ("Nosotros preferimos morir antes que transgredir la ley de nuestros padres", 2 Mac 7,2). Se debe admitir a la Iglesia a los paganos no circuncisos.

Pedro en Jerusalén cuenta lo ocurrido y todos glorifican a Dios. Sin embargo, en la Iglesia judía, el caso de Cornelio queda como una excepción. No así fuera de Judea, en Antioquía, en donde la Iglesia se había extendido admirablemente.

Antioquía y Jerusalén

La evangelización en Antioquía. Los helenistas de Judea van a Fenicia, Chipre y Antioquía. En Antioquía, algunos predican sólo a hebreos. Otros, los cirenaicos y chipriotas, también a gentiles que se convierten en gran número. Los Apóstoles envían a Bernabé, chipriota, para que coordine el apostolado. Ahí los discípulos comenzaron a llamarse cristianos y serán claramente distinguidos de los judíos.

Hasta el año 40 Jerusalén había sido el centro de la Iglesia universal. A partir de entonces lo será Antioquía. Luego, Roma. En Roma surgirá una fiesta (título dado en el Natale Petri de Cathedra, 22 de febrero) que recuerde el traslado del centro de la unidad cristiana. Pedro efectivamente estuvo varias veces en Antioquía. No se puede determinar el tiempo en que fue obispo de Antioquía.

Bajo Claudio hay hambre en Judea. Los antioquenos envían ayuda a los ancianos (primera vez que aparecen mencionados los presbiteros) de Jerusalén.

El año 37 muere Tiberio. Le sucede Cayo y luego Claudio. El año 41, Claudio, reconstruye el reino de Herodes nombrando rey a Agripa (hijo de Aristóbulo muerto por su padre Herodes en año 7 y Berenice). Movido por un gran celo por la Ley, reanuda la persecución contra los cristianos, mata a Santiago el Mayor y captura a Pedro. La narración nos revela detalles de la vida de los cristianos en Jerusalén: estaban reunidos en gran número en casa de María, la madre de Marcos; rezaban y consiguieron la liberación de Pedro por un milagro. Pedro envía recado a Santiago, que aparece como cabeza de la Iglesia de Jerusalén. Pedro se "marcha a otro lugar", muy posiblemente a Roma. La persecución acaba con la muerte de Agripa (a. 44).

El año 42 la persecución se recrudece con Agripa (+44). Santiago el Mayor es decapitado y Pedro apresado. Los Apóstoles huyen de Jerusalén. Queda al frente Santiago el Menor, hasta el año 62, fecha de su martirio.

Persecuciones y crecimiento de la iglesia. El año 58, Pablo menciona los millares de judíos que habían abrazado la fe, siempre, sin embargo, una minoría oprimida. Pronto veremos cómo encarcelan a Pablo y asesinan a Santiago, obispo de Jerusalén.

El año 70 es destruida Jerusalén por Tito, después de cuatro años de guerra contra los judíos.

Hay algunos judeo-cristianos que son judaizantes.

d) Primer difusión del cristianismo en el mundo pagano

Admisión de los gentiles

Por principio, los judíos despreciaban a los gentiles (confundían lo nacional con lo religioso). Aunque, había "prosélitos" "de la puerta (timoratos que vivían la ley mosaica) y "de la justicia" (que además practicaban la circuncisión), no entendían un mesianismo universal.

La extensión del cristianismo y el modo de hacerse el proselitismo entre los cristianos, es algo sin precedentes en la historia de las religiones, porque no arraiga como sucede en otras religiones más que en pocos del pueblo en que tuvo su origen (judíos), y, en cambio, se extiende entre otros pueblos prodigiosamente.

Jesús manda a los apóstoles predicar a todas las gentes (cfr. Mt 28, 18). S. Pedro, en una visión, comprende que debe bautizar a Cornelio el centurión, primer cristiano convertido del paganismo.

Propiamente es en Antioquía (año 42) en donde el cristianismo toma contacto con el mundo gentil. En esa ciudad los hermanos, o discípulos del Señor, comenzaron a llamarse cristianos. En Antioquía se bautizan numerosos gentiles. S. Bernabé (chipriota) y S. Pablo dan un fuerte impulso a la evangelización entre paganos. Desde el principio se comprueba, en los Hechos de los Apóstoles, cómo los gentiles tienen pleno derecho de formar parte de la Iglesia naciente. En Antioquía, a partir del año 42 aumentan los cristianos procedentes del mundo pagano. Los viajes de San Pablo confirman el deseo de Dios de que la primitiva Iglesia se difunda principalmente entre los paganos. El Concilio de Jerusalén (49), y el incidente de Antioquía entre Pedro y Pablo (50), zanjan las reservas doctrinales que había al respecto. No obstante, hasta el año 70 un grupo numeroso de judaizantes seguirá intentando turbar la paz.

El cristianismo se difunde más hacia occidente que hacia oriente: porque Palestina formaba parte del Imperio romano, porque la separaba de Persia un desierto, por los mayores contactos del judaísmo con el helenismo.

e) Actividad apostólica y predicación de San Pedro, San Pablo, San Juan y los demás Apóstoles

Los Apóstoles

Tenemos pocos datos históricos de la tarea evangelizadora de la mayoría de los Apóstoles.

De Pedro sabemos que el año 42 se dirigió a otro lugar después de ser liberado por el ángel de la cárcel en Jerusalén. Es probable que se haya establecido en Antioquía fundando la sede episcopal de aquella comunidad, como lo afirma una tradición muy sólida. Después, llegaría a Roma. Algunos escritores antiguos afirman que Pedro tuvo el episcopado romano durante 25 años (42-67). También es probable un viaje suyo a Corinto, donde había, según San Pablo, un "partido de Pedro".

De Juan sabemos que estuvo en el Concilio de Jerusalén y probablemente permaneció allí hasta la Asunción de Nuestra Señora. Luego fue a Éfeso, donde vivió hasta aproximadamente el año 100. Estuvo desterrado en Patmos una temporada durante la persecución de Domiciano. En Éfeso fundó muchas sedes episcopales de Asia Menor.

Santiago el Mayor murió decapitado el año 42, y Santiago el Menor lapidado el 62. Desde el Concilio de Jerusalén, aparece este "hermano" del Señor como obispo de esta comunidad (Danielou opina que Santiago, el hermano del Señor no es el Apóstol Santiago el Menor, sino otro Santiago, que era primo de Jesús).

De los demás apóstoles se sabe poco. Todo queda en el ámbito de la leyenda: Tomás predico a los Partos y Indios, Bartolomé a los Indios, Mateo a los hebreos, Andrés a los griegos, muriendo en la Acaya, Marcos funda la sede episcopal de Alejandría. Felipe en Asia menor, Simón en el norte de Africa, Babilonia y Persia, Judas Tadeo y Mateo en Arabia, Siria, Mesopotamia y Persia, Matías en Etiopía. Todos fueron crucificados menos Juan, Santiago (lapidado), Tomás (alanceado), Mateo (lapidado) (Cfr. Luis de Wohl, Fundada sobre Roca).

En el Concilio de Jerusalén Pedro y Santiago son las "columnas de la Iglesia". Juan vive en Éfeso hasta su muerte (104) en tiempo de Trajano (testimonio de Ireneo, discípulo de S. Policarpo de Esmirna).

Vida de San Pablo

Podemos hacer un resumen de la vida de San Pablo, antes de detenernos en más detalles. Se puede consultar en San Pablo, más detalles de su vida.

En el año 33 San Pablo se convierte a las puertas de Damasco. Después de una estancia de tres años en Arabia, va a Jerusalén (36) a ver a Pedro. Luego se retira a Tarso. En el año 42, Bernabé lo invita a Antioquía. Desde ahí parte para su primer viaje (45-48) por Chipre y Asia Menor (Pisidia). En el año 49 está presente en el Concilio de Jerusalén con Pedro, Santiago y Juan. El 50 tiene lugar el incidente de Antioquía con Pedro. Y del 50 al 52 hace su segundo viaje por Asia Menor y Grecia. En Corinto permanece un año y medio hasta que debe huir perseguido por los judíos. Del 53 al 58 hace su tercer viaje por Asia Menor y permanece en Éfeso dos años y medio. Debe huir a causa del motín de los plateros de Artemisa. Vuelve a Jerusalén y es apresado en Cesarea del 58 al 60. En el 61 llega a Roma. Es puesto en libertad y hace su viaje a España. Hacia el 65 comienza su segunda prisión hasta su martirio en el 67.

San Pablo insiste en que Cristo ha venido a traer una Nueva Ley de gracia y libertad y que el cristiano debe vivir de la fe en Cristo, sin preocuparse por cumplir las obras muertas de la ley. Vivir en Cristo. Buscar la salvación en Cristo. Ese es el camino nuevo para todos los hombres.

Conversión

Nacido en Tarso, fariseo, se educa a los pies de Gamaliel. Participa en el asesinato de S. Esteban. Parte a Damasco a perseguir a los cristianos y, en el camino, se le aparece Jesús resucitado. Se convierte y pasa tres años en Arabia. Luego acude a Jerusalén. Se encuentra con Bernabé. Se dirige a Tarso, y S. Bernabé lo llama a Antioquía.

Primer viaje (47-49)

Lo comienzan Pablo, Bernabé y Marcos. Itinerario: Chipre (Sergio Paulo), Galacia (Iconio, Listra, Derbe). Apostolado entre prosélitos y gentiles porque los judios se oponen.

Segundo viaje (52-54)

Lo hacen Pablo y Silas. Itinerario: Asia Menor (Derbe, Listra -Timoteo-, Troade -Lucas-), Europa (Filipos, Tesalónica, Berea, Atenas -Areópago-, Corinto -año y medio con Aquila y Priscila), Efeso, Jerusalén.

Tercer viaje (55-58)

Visita las Iglesias fundadas anteriormente: Efeso (más de dos años, motín del platero Demetrio), Corinto, Jerusalén (prisión en el a. 58), Cesarea, Roma.

Contenido de los escritos de Pablo

S. Pablo escribe a las comunidades por él fundadas o a otras comunidades. El contenido de sus escritos se basa, fundamentalmente, en los siguientes puntos:

  • la experiencia de su conversión,
  • la meditación de la vida del Señor,
  • lo que oyó de S. Pedro,
  • lo que aprendió en el judaísmo,
  • lo que sabía de la cultura griega.

En las comunidades paulinas, los gentiles antes de su conversión llevaban una vida más deteriorada moralmente que los judíos, pero tenían más capacidad de interés por el cristianismo (más libertad, más rectitud...).

Debieron ser heroicos para vivir las exigencias de la fe, en aquel ambiente.
A partir del año 70 los judíos dejan de influir en las comunidades cristianas. Pronto las comunidades estaban formadas sólo por gentiles que vivían apoyados en la gracia y en la filiación divina.

Santiago y la iglesia de Jerusalén

Cristo resucitado se aparece a Santiago (1 Cor 15,7). Pablo ve a Santiago en Jerusalén tres años después de su conversión (Gal 1,17).

En 42 (persecución de Agripa) Santiago queda haciendo cabeza en Jerusalén. En el Concilio del año 49 pronuncia un discurso junto al de Pedro. Es una de las columnas de la Iglesia junto a Pedro y Juan.

En 57 Pablo se presenta a Santiago en Jerusalén.

Colabora en la conversión de los "millares de julios que han creído y todos son observantes y celosos de la Ley" (Act 21,20).

Santiago, como Pablo, se hace todo para todos, para ganar a todos a Cristo. En su caso lo que había que hacer es seguir practicando con todo celo la Ley de Moisés. Respetaba la libertad de los gentiles convertidos a la fe, pero también utilizaba la libertad para seguir practicando los preceptos de la Ley que amaba.

La Carta de Santiago, escrita al final de su vida, no menciona para nada los preceptos legales. Se ve claro que no estaba de acuerdo con los judaizantes.
Hanan el joven, sumo sacerdote, aprovecho el interregno entre Festo y Albino (procuradores romanos) e hizo lapidar a Santiago hacia el año 62.

San Juan y la iglesia de Asia

Natural de Betsaida. Compañero de pesca de Pedro. Aparece con él en los primeros años después de Pentecostés (sucesos de Jerusalén, predicación en Samaria, arresto de Pedro, comparecencia ante el Sanedrín, etc.).

La última vez que es nombrado en Jerusalén es en el Concilio del año 48. Tras largos años de oscuridad aparece en Asia en dónde goza de una gran autoridad.

En los escritos de Juan se refleja la vida de las iglesias de Asia: las persecuciones (el culto al emperador, etc.), las incipientes herejías (especialmente la de los gnósticos docetas que niegan la encarnación de Jesucristo), la fidelidad, la tibieza de algunas, etc.

"Nos atrevemos, pues, a afirmar que, si los Evangelios son las primicias de todas las Escrituras, tenemos en este [el Evangelio de San Juan] las primicias de los mismos Evangelios y nadie puede captar plenamente su sentido si no descansa en el pecho de Jesús y no recibe de Jesús a María, que se ha convertido en madre también para él" (Orígenes).

La divinidad del Hijo de Dios es el mensaje principal del IV Evangelio.
Su doctrina deja huella en Ignacio, Policarpo, Ireneo..., y también en la tradición litúrgica. Recordar las discusiones pascuales de Aniceto y Policarpo (154) y de Víctor y Polícrates de Efeso, y la mediación de Ireneo.

Una tradición muy antigua señala el año 42 como el de la dispersión de los Apóstoles (persecución de Agripa, martirio de Santiago).

Orígenes (en Eusebio) dice que Tomás fue al país de los partos, Andrés a Escitia y Juan a Asia. Rufino añade que Mateo fue a Etiopía y Bartolomé a la India del este.

Pedro y Pablo en Roma

Hay una sólida tradición del martirio de Pedro (64) y Pablo en Roma (67). Las excavaciones debajo de la Basílica de San Pedro han descubierto el trofeo de Gallo (presbítero que menciona la sepultura del apóstol en la colina vaticana, en el año 200) y los restos de Pedro sobre los cuales Constantino mando edificar la primera Basílica.

Los restos de San Pablo se encuentran en la Basílica de San Pablo, cerca del lugar donde la tradición localiza su martirio.

Es importante comprobar los numerosos testimonios de la estancia de estos dos apóstoles en Roma.

S. Pedro

  • primer período: "se fue hacia otro lugar" (después de haber sido liberado por el ángel el a. 42). Vivió en Trastevere, pero fue desterrado y vuelve a Jerusalén el 49.
  • segundo periodo: vuelve a Roma para morir en la persecución de Nerón (64); en 1 Pe 5,13 : "la iglesia de Babilonia os saluda".

Otros testimonios (importancia teológica de este hecho: 1er obispo de Roma; primado de S. Pedro, sucesores; infalibilidad del obispo de Roma, etc.):

  • S. Clemente Romano (96)
  • S. Ignacio de Antioquía (110)
  • S. Ireneo (180)
  • Tertuliano (200)
  • Arqueología (tumba de S. Pedro).

S. Pablo

  • primer periodo: al apelar al Cesar es conducido a Roma en 63, y puesto en libertad,
  • segundo periodo: muere mártir en 67.

Queda así la Iglesia sin los dos Apóstoles príncipes, y libres de los judaizantes.

San Pedro. Los comienzos de la Iglesia Romana

1. De Jerusalén a Roma

En la Carta a los Gálatas se recoge el suceso de Antioquía, acontecido después del Concilio de Jerusalén.

Es muy probable que Pedro hubiese estado en Galacia, así como en el Ponto, Bitinia, Capadocia y Macedonia (así lo menciona Orígenes; cfr. 1 Pe, dirigida a los fieles de estas provincias).

Es más probable aún su estancia en Corinto (1 Cor, 1,12: "yo de Cefas") con anterioridad al año 57 (así lo dice Dionisio, obispo de Corinto en la segunda mitad del siglo II).

2. La venida de San Pedro a Roma

Testimonios escritos:

  • apócrifos (siglos II y III),
  • Eusebio: testimonio del sacerdote romano Gayo (principios del siglo III): sus "trofeos" en Roma,
  • episcopologio liberiano (siglo IV), basado en los anales de Hipólito (235),
  • episcopologio de Hegesipo (siglo II),
  • Dionisio de Corinto (170): iglesia romana fundada por Pedro y Pablo,
  • Ireneo (fines del siglo II),
  • Papías (principios del siglo II),
  • Ignacio de Antioquía (ibidem),
  • Clemente romano (95),
  • 1 Carta de Pedro, escrita desde "Babilonia",
  • Lactancio (siglo IV).

Testimonios arqueológicos:

· inscripción de "PETROS" en el muro rojo (160),
· inscripción de San Dámaso (s. IV) llamada "platonía", en San Sebastián, via Apia,
· grabado de visitante (s. IV o V): "Domus Petri",
· martirologios (Depositio martyrum, del 354, y Martirologio Geronimiano): fiesta de Pedro y Pablo por la traslación de sus reliquias en 258, durante la persecución de Valeriano, a las Catacumbas (de San Sebastián en la via Apia),
· Liber pontificalis.

3. La estancia de San Pedro en Roma

Es probable que San Pedro estuviera en Roma desde el año 42 (cfr. Eusebio) pues Pablo escribe a los romanos en el 57, que era una "comunidad fuerte y floreciente". Lactancio habla de 25 años de estancia de los Apóstoles en Roma, pero dice que Pedro llega a Roma cuando Nerón.

Ya en Pentecostés hay "romanos" en Jerusalén. Poco a poco crecen bajo Tiberio, Caligula y Claudio. En tiempos de Claudio hay una crisis (a. 49): los judíos y cristianos son expulsados de la Urbe (Suetonio y Talo; Aquila y Priscila: Act 18,2). Quizá Pedro se contó entre los exilados.

El elemento oriental prevalecía (hablaban griego hasta el siglo III). En 60 ya estaban en la Magna Grecia, cuando Pablo llega a Italia.

Es probable que Pedro haya vuelto a Roma hacia el a. 61 que, al parecer, bautizaba en el cementerio Ostriano de la via Nomentana (testim. del s. IV a VI).

Pedro muere mártir en Roma bajo Nerón (64).

f) El judeocristianismo

Para una visión más amplia del tema, ver Judeo-cristianismo.

Desde los primeros momentos de la Iglesia comienzan a aparecer brotes de disidencia. Tienen su origen en doctrinas judías (p. ej. los que pretendía subordinar el NT al AT), pensamientos paganos (p. ej. los que negaban la creación, el origen del mal, etc.), o en errores provenientes de ambas fuentes.

Judaizantes: nazarenos y ebionitas

Eran judeo-cristianos que continuaban observando la ley mosaica (Epifanio llama "nazarenos" a los que formaban parte de este grupo, más moderado, a principios del siglo II). Algunos trataban de imponerla a los demás (Ireneo llama "ebionitas" -los pobres- a los que pertenecían a este grupo, más rígido, a fines del siglo II). La distinción fundamental entre estos dos grupos -que fue haciéndose más patente hacia el siglo II- es que los primeros creían en la divinidad de Cristo y los segundos no. A medida que pasa el tiempo, los primeros fueron cada vez más asimilándose a los segundos.

Los judeo-cristianos tenían su propio Evangelio, llamado Evangelio de los hebreos, parecido al de Mateo, pero con algunas variantes.

A partir de la muerte de Santiago el Menor (a. 62), según Hegesipo, comienza a dividirse la comunidad judeo-cristiana en dos grupos: los nazarenos (nombre con que se habían designado hasta entonces a los judeo-cristianos) y los ebionitas (pobres), opuestos a Simeón y dirigidos por su rival llamado Thebutis. Estos últimos acabaron en convertirse en una auténtica secta y aparecen a finales del siglo II como separados de la gran Iglesia. Su número fue disminuyendo. En el siglo IV aparecen todavía como grupo distinto. Muchos Padres de la Iglesia hablan de ellos en términos poco favorables. El final del judeo-cristianismo es oscuro. En 370 aproximadamente, Juliano reconstruye el templo que es derruido por un terremoto (Wohl).

En el año 66 ambos grupos se separan del resto y forman una comunidad en Pella (transjordania). Se empeñaron en seguir viviendo la ley mosaica, tratándola de imponer a los demás cristianos. Los más rígidos niegan la divinidad de Cristo. Los más mitigados de entre ellos, desaparecen en el a. 150.

Cerinto

Vive en Asia menor a fines del s. I. Judaizante rígido y gnóstico. Niega la divinidad de Cristo. Afirma el error doceta (afirmar que Cristo recibió el poder divino de hacer milagros en su Bautismo, pero que desaparecería en la Pasión; el cuerpo de Cristo no es verdaderamente humano: es aparente). S. Juan escribe su Evangelio, en parte, para refutar estas ideas (anécdota de Ireneo: cfr. p. 53). También profesaba el quialismo.

Elcesaitas

Su origen parece estar en un tal Elcasai que predicaba en la Transjordania en época de Trajano. También llamados "mandeos" (manda = conocimiento), secta de filiación gnóstica. Quedan actualmente algunos millares en mesopotamia meridional. Creen en dos principios divinos, uno masculino y otro femenino. No creen en la divinidad de Cristo. Dan mucha importancia a San Juan Bautista. Observan la ley mosaica, no admiten los sacrificios cruentos, no comen carne ni beben vino. Practican un bautismo parecido al de los cristianos. Apenas queda algo de cristianismo.

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