San Pablo

Las misiones de San Pablo

a) Primera misión de San Pablo: Chipre, Pisidia, Licaonia (45-48).

Salen de Antioquía Bernabé, Saulo y Juan Marcos hacia Chipre. En Chipre: en Pafos se convierte el procunsul Sergio Paulo; suceso de el mago Bariesus (Elimas). En Perge los abandona Marcos. Cruzan la cordillera del Tauro (mil metros de altura, salteadores, etc.) y llegan a la meseta de Pisidia.

En Antioquía de Pisidia predica en la sinagoga al principio con éxito. Las envidias de los judíos ante las muchas conversiones de prosélitos, le hacen ir a Iconio en donde sucede lo mismo; se convierten mucho judíos y griegos. En Listra, la curación de un cojo de nacimiento hace que se conviertan incluso los paganos.

Más tarde, azuzados por los judíos, intentan lapidar a Pablo al que dejan fuera de la ciudad dándole por muerto. Pablo huye a Derbe en donde convierte a muchos. De Derbe vuelve a Listra, Iconio, Antioquía y Perge (Pamfilia). Se embarcan en Atalía y regresan a Antioquía de Siria.

b) San Pablo y los judaizantes

En Jerusalén, Pablo llega con Tito (incircunciso) y defiende la libertad de los paganos convertidos al cristianismo. El Concilio de Jerusalén decreta y defiende esta libertad. En Antioquía tiene lugar el error de conducta de Pedro que, siendo judío actuaba como gentil (iba más allá de lo que prescribía el Concilio), pero en presencia de judíos actuaba como judío. Esto es lo que le reprocha San Pablo: que obligue a judaizar a los gentiles (los obligaba indirectamente, por su gran autoridad y su ejemplo).

En Jerusalén Santiago y los demás cristianos, como procedían casi todos del judaísmo, no quisieron dejar las prácticas judías. Las dejarán después de la muerte de Santiago, la huida a Pella y la destrucción de Jerusalén. Algunos cristianos de origen judío no estuvieron de acuerdo con la libertad adquirida por los gentiles y los judíos. Intentaron imponer a los gentiles las prácticas judías (judaizantes).

San Pablo los ataca duramente en la epístola a los Gálatas. Algunos se mezclarán más tarde con las sectas gnósticas.

c) La segunda misión de San Pablo

Bernabé y Marcos van a Chipre. Pablo y Silas a Cilicia, luego a Licaonia (Derbe y Listra). En Listra encuentra a Timoteo y lo hace circuncidar (su madre era hebrea). Luego atraviesa Frigia (culto a la Gran Madre). Quiere ir a Asia, pero se lo impide el Espíritu.

Va a Galacia en donde predica enfermo. Tres tribus galas se habían asentado en la Frigia oriental den el año 278 a.C. Conservaban el idioma galo, aunque el idioma oficial era el griego.

El año 56 les escribirá previniéndoles de los judaizantes. Sube por Misia intentando ir a Bitinia, pero lo impide el Espíritu. Llega a Troade en donde el Espíritu le empuja a Macedonia.

En Filipos: en la "proscuche", junto al río, (lugar de oración cercado por una empalizada, donde no había sinagoga) Pablo reza. Lidia se convierte. Expulsa al demonio de una pitonisa. Esto le acarreará problemas. Es azotado y encarcelado. Se convierte el carcelero. Filipos es la comunidad más querida del Apóstol. Hay pocos judíos. Ahí permaneció Lucas seis años. Por eso se interesa especialmente por el origen de la comunidad cristiana.

En Tesalónica, la capital de Macedonia, se convierten muchos prosélitos sobre todo. Pablo se hospeda en casa de Jasón. Los judíos no conversos hacen un motín y Pablo tiene que huir a Berea. En Berea se convierten muchos judíos hombres y mujeres.

Los judíos de Tesalónica soliviantan a los de Berea y Pablo debe huir a Atenas. Silas y Timoteo quedan en Berea un poco de tiempo. Por las dos Cartas a los Tesalonicenses (escritas desde Corinto, 50-51) sabemos que en esa ciudad había fundamentalmente tres cuestiones principales: lucha contra la impureza, lucha contra la injusticia, el problema de la Parusía. En la antigua via "Hamaxitos" del Pireo a Atenas hay muchos altares al "Dios desconocido". Los atenienses eran muy religiosos. Les interesa mucho lo que anuncia Pablo y lo llevan al Areópago, ya que el ágora era demasiado ruidosa. Al predicar la resurrección de los muertos le responden con una sonrisa irónica.

En ningún sitio es más infructuoso el apostolado de Pablo que en Atenas. San Pablo llega a Corinto (en los últimos meses del año 50), ciudad comercial y frívola, en que los griegos eran minoría, pues había muchos de origen italiano y oriental, predicando no con humana sabiduría, arma que no quiere esgrimir después de su experiencia en Atenas. Predica más bien con debilidad, temor y mucho temblor a Cristo crucificado. En Corinto Pablo se une a Aquila y Priscila, romanos expulsados por Claudio. Predica a los judíos, pero al no recibirle se dirige a los gentiles. Se hospeda en casa del prosélito Ticio Justo. Es confirmado en una visión y permanece año y medio (hasta finales del 52) fundando una próspera comunidad. Luego vuelve a Antioquía haciendo breves escalas en Éfeso, Cesaréa y Jerusalén.

d) Tercera misión

En la primavera del año 53 sale de Antioquía, cruza el Tauro, atraviesa Galacia y Frigia, y baja por la ruta de tantos conquistadores a Asia (Filadelfia, Sardes...) hasta Éfeso, la más rica de las ciudades de Asia, la "Puerta" de Asia. Se daba ahí culto a Artemisa, a Roma y a Augusto. Los tres primeros meses predica en la sinagoga.

Al ser rechazado, continúa su predicación, por dos años, en la escuela de Tirano, en la cual le oyeron "todos los habitantes de Asia". Pablo hace milagros (curaciones de enfermos, expulsión de demonios, etc.) y consigue que muchos quemen sus libros de magia y superstición (por valor de 50 mil monedas de plata).

Su celo es enorme: "Bien sabéis cómo me conduje con vosotros todo el tiempo desde que llegue a Asia, sirviendo al Señor con toda humildad, con lágrimas y en tentaciones que me venían de las asechanzas de los judíos; cómo no omití nada de cuanto os fuera de provecho, predicándoos y enseñándoos en público y en privado, dando testimonio a judíos y a griegos sobre la conversión a Dios y la fe en Nuestro Señor Jesucristo... Velad, pues, acordándoos de que por espacio de tres años, noche y día, no cesé de exhortaros a cada uno con lágrimas" (Act 20, 18-21).

En esa época escribía a los de Corinto "Hasta el presente pasamos hambre, sed y desnudez; somos abofeteados y andamos vagabundos y penamos trabajando con nuestras manos; afrentados, bendecimos; y, perseguidos, lo soportamos; difamados, consolamos; hemos venido a ser hasta ahora como desecho del mundo, como estropajo de todos" (1 Cor 4,11-13).

En Éfeso escribe las dos cartas a los de Corinto. La Primera Carta a los Corintios se debe a que familiares de Cloe traen malas noticias de Corinto. Pablo envía a Timoteo. Más tarde otros cristianos traen mejores noticias. San Pablo entonces escribe. Busca corregir los abusos: divisiones (Apolo -que ya estaba de vuelta en Éfeso-, Cefas -que había estado en Corinto-, Pablo). De estos tres grupos también hablará S. Clemente más tarde. Un cuarto grupo era el de Cristo (judaizantes, seguidores de Santiago).

Otros dos abusos eran: la fornicación, las disensiones entre hermanos y el acudir a tribunales paganos para dirimirlas, en lugar de hacerlo "en casa".
En la segunda parte de la epístola Pablo habla del matrimonio y la virginidad, de los criterios respecto de la carne sacrificada a los ídolos, de la necesidad de participar dignamente de la Eucaristía y en los ágapes, con caridad. Habla de los carismas y de la Resurrección. Los corintios eran como niños en Cristo: todavía se dejan llevar por su "paganismo" aún no desterrado del todo.

Timoteo no logra hacer mejorar a los corintios y vuelve a Éfeso. Pablo, entonces, se decide a ir personalmente a Corinto en el año 55. No consigue él tampoco hacerlos mejorar y vuelve a Éfeso, donde escribe una carta (intermedia entre la Primera y la Segunda a los Corintios), dura y llena de lágrimas, que envía con Tito. En otoño de 55 escribe la carta.

En abril y mayo del 56 se celebran las fiestas de Artemisa. Demetrio subleva a los orfebres en contra de Pablo por la "gran muchedumbre" que dejaban de dar culto a Artemisa. En 52: primera estancia de Pablo en Éfeso: ningún cristiano. En 53: Aquila, Priscila y 12 cristianos. En 55: progresos tan grandes que los orfebres se sentían amenzados en su comercio. Pablo, además, se ha ganado la confianza de los asiarcas. Pablo sale de Éfeso y no vuelve a tener relación con esa iglesia, más que el discurso a los presbíteros, lleno de afecto, cuando va hacia Jerusalén.

Pronto llegará Juan esa ciudad. Los corintios son discípulos de Pablo, pero los efesios lo serán de Juan.

e) Viaje a Jerusalen

De Efeso va a Troade y de aquí a Macedonia a reunirse con Tito, que ha vuelto de Corinto. Es entonces cuando escribe su Segunda Carta a los de Corinto, llena de vibración, en la que hace una apología grandiosa de su ministerio, en contra de los judaizantes que turbaban a los corintios: "Si es menester gloriarse..."; "continuaré gloriándome en mis debilidades...";"cuando parezco débil, entonces es cuando soy fuerte"; "Mientras vivimos, estamos siempre entregados a la muerte..."; "mientras nuestro hombre exterior se corrompe, nuestro hombre interior se renueva de día en día..."; "no ponemos nuestros ojos en las cosas visibles...". Mientras tanto, los judaizantes también estaban en Galacia.

Los judaizantes atacaban a Pablo, predicaban la circuncisión y la necesidad de volver a los ritos judíos. La tentación era grande para los gálatas (parecido a sus ritos paganos, privilegios, libres de persecución...). Pablo en su Carta a los Gálatas, que escribe en Macedonia, les predica a Cristo crucificado: "ya no vivo yo, es Cristo quien vive en mí"; "jamás me gloriaré, a no ser en la cruz de N.S.J.C....".

El tema es la libertad conseguida con la Cruz de Cristo (cfr. Romanos). "Hijos míos, por quienes sufro de nuevo dolores de parto...". Es la carta que nos hace más viva la predicación del Apóstol. Desde Macedonia Pablo va a Corinto. Ahí escribe su Carta a los Romanos, en el invierno del 56-57, que es parecida a la de los Gálatas pero más extensa. Expone el misterio del pecado en el que se encontraban paganos y judíos, y el misterio de la gracia conseguida con la muerte y Resurrección de Cristo, que nos ha dado la posibilidad de vivir una nueva vida según el Espíritu, la vida de los Hijos de Dios.

Desde hacía tiempo Pablo va haciendo una colecta para los fieles de Jerusalén, que pasan necesidad y son la primicia del Evangelio. En la iglesia de Jerusalén hay paz desde la persecución de Agripa (a. 42) hasta la muerte del Santiago (a. 62). Esta paz se debe a la administración romana que asumió el poder y al respeto de los cristianos de Judea por la Ley. Habían creído "miles de judíos, y todos celadores de la Ley" (Act 21,20).

Los Apóstoles y la mayoría de los cristianos de Jerusalén aprecian la obra de Pablo, pero hay algunos que no: son los que provocan los disturbios en Antioquía, Galacia, Corinto ("seguidores de Cristo").

Todos los Apóstoles estaban, en esos años, en misión (1 Cor 9,5) y respetaban mutuamente los campos de apostolado. Pablo tiene una gran solicitud por la unión con la Iglesia de Jerusalén. Prueba de ello es la colecta y la veneración que sentía por los santos de esa iglesia. De Corinto va a Macedonia, luego a Troade (episodio de Eutico). Va haciendo cabotaje hasta Jerusalén (en Mileto ve a los presbíteros de Efeso). Escalas: Patras, Tiro, Tolemaida, Cesarea...

f) La Cautividad

En Jerusalén Santiago y los ancianos glorifican a Dios por las noticias de Pablo, pero le piden que se someta al voto del nazareato para evitar la impresión de que despreciaba la ley de Moisés. Pablo acepta para evitar que "su libertad se convirtiera en escándolo para los débiles" (1 Cor 9,9). En el Templo, los judíos acusan a Pablo de introducir a un incircunciso. Pablo se defiende.

Es apresado por el tribuno Lisias que ,después de hacerlo comparecer ante el Sanedrín, lo azota. Pablo hace valer su condición de ciudadano romano. Es llevado a Cesarea.

Se defiende ante Felix y es puesto preso durante dos años. En Cesarea Lucas recoge gran parte del material para escribir su Evangelio y los Hechos. En otoño del 59 Felix es sustituido por Porcio Festo. Pablo apela al Cesar y es conducido a Roma por el centurión Julio.

En la travesía (Creta, Malta, Roma) Pablo revela sus dotes humanas de prudencia, decisión y firmeza. En Roma Pablo, desde el principio, anuncia a Jesús a los jefes de los judíos. Algunos se convencen y otros no. El libro de "Los Hechos" termina con una acusación profética: "Sabed pues que esta salud de Dios ha sido ya comunicada a los gentiles, y estos oirán" (Act 28,25-28).

En los dos años de prisión (encadenado y con un soldado día y noche junto a él), Pablo da a conocer a Cristo: "En el Pretorio y en todas partes, nadie ignora que sufro las cadenas por causa de Cristo" (Phil 1,13). Hay muchos discípulos que le acompañan: Lucas, Marcos, Timoteo, Aristarco (Tesalónica), Epafras (Colosas), Epafrodito (Filipos), Tíquico (Efeso).

Es entonces cuando escribe sus Epístolas de la cautividad a los Filipenses, Colosenses, Efesios (en realidad a las iglesias de Asia), Filemón. Todas contienen una enorme riqueza doctrinal:

  • Filipenses: la exinanitio de Cristo;
  • Colosenses: la recapitulación de todas las cosas en Cristo;
  • Efesios: la doctrina sobre la Iglesia y el Cuerpo de Cristo.

g) Ultimos años

La liberación vino antes del verano del 64 ciertamente. Parece que estuvo en España, en Asia y Grecia. Deja a Timoteo en Efeso y él marcha a Macedonia. Deja en Creta a Tito. En Mileto se separa de Trófimo y deja a Erasto en Corinto.

Va a Epiro y en Nicópolis quiere pasar el invierno. De ahí va a Asia en donde habría sido hecho prisionero. Pablo manifiesta, en estos años, su preocupación por las estructuras que quedarán para que siga anunciándose el Evangelio: visita las comunidades fundadas, ordena presbíteros (Cartas a Timoteo y Tito).

La persecución del año 64 es sumamente violenta. Dejan sólo a Pablo. Se le ve con la esperanza puesta sólo en el Cielo: "Cursum consumavi, fidem servavi..." (2 Tim 4, 6-9). Parece ser que Pablo muere el año 67. La Carta a los Hebreos está impregnada de las enseñanzas de Pablo, pero lo más probable es que sea de un discípulo (ya Orígenes pensaba así).

Ante las alabanzas de la gnosis a los ángeles, Pablo antepone la Trascendencia y Majestad del Hijo de Dios sobre todas las creaturas como Sacerdote que establece la Nueva y Eterna Alianza por su Muerte y Resurrección. El eco de estas doctrinas lo vemos en Clemente Romano.

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