TEMA 28. Pseudo-Dionisio Areopagita

—Esquema

a) Su importancia para la teología y la espiritualidad cristianas
b) Obras principales

Pantocratora) Su importancia para la teología y la espiritualidad cristianas

       Antes de estudiar la vida y doctrina del Pseudo Dionisio, conviene detenernos para conocer los rasgos generales de la teología bizantina de esta época.

—Características de la teología bizantina

       En el período "neocalcedonense" la de la teología patrística bizantina —o, como Florovski lo ha llamado: período neopatrístico— hay tres figuras principales: el Pseudo-Dionisio, Máximo el Confesor y Juan Damasceno. También destacan otros teólogos de menor relieve: Severo de Antioquía, Juan el Gramático y Leoncio de Bizancio.

       La desaparición de los centros teológicos de Siria, Egipto y Palestina, llevó a la concentración de figuras de la teología en Constantinopla, la capital del imperio bizantino, y a los monasterios que la rodeaban.

       Las diferencias entre la Iglesia latina y la griega se hacían mayores, en la liturgia, en la teología, en la espiritualidad y en la pastoral. En el plano político la Iglesia de Oriente permanece más imperial que nunca. El emperador era, de hecho, el jefe de la Iglesia en Oriente: intervenía en la convocación de los concilios, en la llevada a la práctica de los decretos conciliares, en la elección y deposición de los patriarcas, en las disputas teológicas, emanando documentos propios, dentro de los cuales está el famoso Enotikon de Zenón (482), para la recta interpretación de la fórmula calcedonense.

       Dejando a un lado el poder político, la Iglesia griega se autodefine como misterio de santificación, experiencia litúrgica interiorizada por los monjes, testimonio de sufrimiento y transfiguración.

       Entre las características principales de la teología griega de este período, están la sapiencialidad, el apofatismo y el misticismo. La sapiencialidad lleva a gustar el misterio divino más que a viviseccionarlo mediante el raciocinio, y conduce, al mismo tiempo, a subrayar su inefabilidad, su luz inaccesible, y a expresarlo más en forma negativa (apofatismo) que positiva, y además, empuja al alma a introducirse en el misterio y a vivirlo (misticismo) y esto sucede especialmente en la liturgia.

       La teología bizantina más que una fides quaerens intellectum (aunque también, obviamente, es esto) es una fides quaerens cor: es una teología que busca y promueve el amor. Para el teólogo bizantino el conocer no está separado del amar, sino que se ejercita en el amar. En el mundo bizantino solamente el santo es el auténtico teólogo.

—Bibliografía: Mondin I, 444-445.

—Pseudo- Dionisio

       El Pseudo-Dionisio es una figura singular en la historia de la teología, una figura importante por la peculiaridad de su pensamiento y por el influjo ejercitado sobre la especulación teológica de los escolásticos. También podríamos colocarlo en la época de oro de la patrística porque debió de haber vivido en la segunda mitad del siglo segundo y debió de haber escrito sus obras hacia el final del mismo. Especulativamente podría ser colocado entre los exponentes de la teología monástica. Sin embargo, se trata de un pensador solitario, que podemos situar en el amplio contexto de la teología bizantina, pues es el representante más cualificado de la misma. En su pensamiento resaltan las tres características que hemos mencionado de la teología bizantina.

       De su vida no nos ha llegado ninguna información histórica segura. De sus escritos se puede deducir que se trata de un cristiano de origen siriaco que vivió largo tiempo en Atenas donde siguió con entusiasmo la enseñanza de Proclo, del cual recibió una profunda influencia. Por eso utiliza el sedónimo del Aeropagita. También se hace llamar obispo de Atenas. Sin embargo, lo más probable es que haya vivido una vida retirada de oración y estudio en algún monasterio de Siria o Palestina.

       Durante todo el Medioevo se consideró como verdadero discípulo de San Pablo y, por tanto, con una autoridad mayor a la que se daba a otros padres de la Iglesia, incluido San Agustín. La leyenda de Dionisio Aeropagita fue destruida por las investigaciones de Lorenzo Valla durante el renacimiento.

       En sus obras, aunque de modestas proporciones, pero de una extraordinaria potencia especulativa, el Pseudo-Dionisio ha realizado, también gracias a la filosofía neoplatónica, una visión unitaria de la teología, que supera todas las precedentes: su teología, en realidad, es una visión del universo en el cual Dios está en el culmen.

       El objetivo principal de Dionisio es comprender la Sagrada Escritura: aquello que la Escritura ha dicho de Dios, ya sea de modo inteligible (mediante conceptos como bien, ser, vida, etc.) o de modo sensible (mediante símbolos e imágenes como ojo, boca, ira, etc.).

       Un gran mérito del Pseudo-Dionisio es haber subrayado la importancia de la teología simbólica y la teología mística. Sin embargo él es, sobre todo, un especulativo, un teorético. Toda la Escritura es leída por el especulativamente, recurriendo a la filosofía.

       El Pseudo-Dionisio tuvo un influjo enorme en la teología medieval. Cuando, por obra de Escoto Eriúgena que lo tradujo en latín y lo comentó, sus escritos llegaron al conocimiento de los occidentales, suscitaron un interés enorme y no cesaron de constituir una fuente primaria de estudio, de meditación, de comentario y de inspiración. El mismo Santo Tomás de Aquino estuvo fuertemente influenciado por Dionisio, no sólo sobre algunos puntos en particular (como la doctrina sobre el conocimiento de Dios) sino en la forma general de su pensamiento. En efecto, el planteamiento de la Suma Teológica recalca a la letra el planteamiento del exitus et reditus del neoplatonismo cristiano de Dionisio. Como ha resaltado Urs von Balthasar, la grandeza del Pseudo-Dionisio permanece intacta incluso en nuestros días. Es el genio del lenguaje religioso.

—Bibliografía: Mondin I, 445-454. Cfr. la Catequesis de Benedicto XVI sobre Dionisioi Areopagita.

b) Obras principales

       El Corpus areopagiticum se compone de cuatro escritos:

       —Los nombres divinos: una explicación de los nombres y de los atributos que la Sagrada Escritura asigna a Dios; un ensayo sobre el valor de nuestro conocimiento, y sobre la posibilidad y los límites del lenguaje teológico;

       —La mystica theologia: que retoma muy sintéticamente el tema de la obra precedente, subrayando ulteriormente la trascendencia de Dios;

       —La jerarquía celeste: es el primero y el más clásico tratado de angelología. Comienza con el estudio de la esencia y de las propiedades de los ángeles y luego fija su jerarquía, subdividiéndola en tres coros, cada uno con tres grados;

       —La jerarquía eclesiástica: es un breve tratado de eclesiología en el cual se toman en consideración tres sacramentos (bautismo, eucaristía y unción), tres estados sacerdotales (obispo, presbítero y diácono), tres estados subordinados (monjes, cristianos comunes, catecúmenos). En un apéndice se habla de la sepultura y del bautismo de los niños.

—Bibliografía: Mondin I, 445-448.

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