TEMA 12. Los escritores africanos del siglo III

Esquema

a) Características generales de la literatura y de la teología africana de este período
b) Las primeras traducciones de la Biblia
c) Tertuliano
d) Minucio Felix
e) San Cipriano

San Cipriano de Cartagoa) Características generales de la literatura y de la teología africana de este período

       Copiamos algunos párrafos de Drobner (pp. 169-170.)

       "Desde la conquista de Grecia por los romanos (consumada en el año 147 a.C con la de Corinto), el griego se había convertido en la lingua franca (koine dialektoV ) de todo el imperio, por lo que al principio la liturgia y la literatura cristianas utilizaron el griego también en Occidente. Esto no significa que, además del griego, no se conservaran también las lenguas concretas de cada región. En el Occidente latino el latín siguió siendo la lengua oficial, la literaria y la utilizada por el vulgo. Sobre todo en el norte de África nunca llegó a grecizarse, y la población sencilla rural sin estudios rara vez aprendía una lengua que no fuera la materna del lugar. Puesto que los éxitos obtenidos por la acción misionera del siglo II alcanzaron también, y quizá de modo principal, a los pertenecientes a las clases bajas, llevaron a finales del siglo II al nacimiento de una literatura cristiana latina, comenzando por la traducción de textos fundamentales para la predicación y la praxis cristianas: liturgia y Biblia. A este respecto es significativo que los primeros testimonios de literatura cristiana conocidos provengan de la no grecizada África: las Acta Scillitanorum en el año 180 y Tertuliano a partir del año 197".

       "Como les ocurrió a los cristianos de lengua griega, también los que hablaban latín cayeron en la cuenta de que el latín «clásico» (pagano) no podía cubrir del todo la necesidad del objeto cristiano. Por eso comenzó a desarrollarse desde un principio una «lengua especial» cristiano-latina en la que, debido al origen de los traductores y de los destinatarios, entraron muchas propiedades del lenguaje vulgar que siguieron siendo perceptibles en autores más tardíos de elevada cultura". Cfr. los tres fenómenos en la formación de este lenguaje en Drobner, p. 170.

b) Las primeras traducciones de la Biblia 

       Antes de cualquier otro escrito, se tradujo la Biblia del griego al latín. Ya se mencionan, en las Acta Scillitanorum, las cartas de San Pablo. También se puede demostrar que los escritos de Tertuliano hacen referencia a versiones latinas del Nuevo Testamento. Por lo tanto, se puede afirmar que en la segunda mitad del siglo II existían, al menos en el norte de África, versiones latinas del Nuevo Testamento.

       Medio siglo después, las obras de Cipriano atestiguan versiones latinas del Antiguo Testamento, que se tradujeron no del hebreo sino de la Septuaginta. Los traductores eran de un estrato social no elevado. Por eso esas traducciones produjeron al principio en San Agustín un fuerte rechazo.

       Tanto Jerónimo como Agustín hablan de un número plural de traducciones latinas, pero de ellas sólo se han conservado fragmentos, principalmente en las citas de los Padres. A finales del siglo IV la Vulgata de San Jerónimo desplazó todas las otras versiones latinas. Al parecer había versiones de origen africano (Afra), italiano (Itala) e hispano (Hispana), todas relacionadas entre sí.

c) Tertuliano

Vida

       Quinto Septimio Florencio Tertuliano nace en Cartago en el año 155. Sus padres eran paganos. Su padre era un centurión. En Roma recibe formación jurídica, practica la abogacía y adquiere renombre. Su producción como jurista aparece recogida en varias partes del Corpus Iuris Civilis. También tiene una amplia formación en letras latinas , griegas y en filosofía.

       En el año 193 se produce su conversión, y se establece en Cartago. Fue ordenado sacerdote (cf Jerónimo) aunque él nunca lo menciona. De carácter apasionado y extremista, alimentó una pasión fanática por la verdad. Todos sus escritos son polémicos Es rigorista y cercano al montanismo. Sus escritos desde el año 207 (año en que pasó abiertamente al montanismo) al 212 tienen sabor montanista. En el año 213 se produce la ruptura formal con la gran Iglesia. Desde el 220 no se tienen noticias suyas.

       Sus obras pueden dividirse en:

  • apologéticas,
  • polémicas, y
  • morales.

       Escribe en un latín sentencioso. Se ha dicho que es el creador del latín eclesiástico. Aunque esta apreciación es exagerada, Tertuliano tiene mucha importancia en este tema pues introduce muchas palabras latinas luego empleadas en la teología.

Escritos apologéticos

  • Ad nationes (197): dirigida a los paganos en general; es una obra más filosófica y retórica; consta de dos libros, el primero de carácter más bien defensivo y el segundo más agresivo; prueba que las divinidades paganas son pura invención huamana.
  • Apologeticum (197): es su obra más importante; dirigida a los gobernantes de las provincias romanas, por eso se trata de una obra más de carácter jurídico; critica el procedimiento judicial contra los cristianos; reclama la libertad de culto; rechaza el crimen laesae divinitatis y laesae maiestatis; resalta la caridad cristiana.
  • De testimonio animae (197): demuestra la existencia y los atributos de Dios a través del testimonio del alma que no ha sido aún pervertida por la "educación" pagana.
  • Ad scapulam (211-213): dirigida al proconsul de Africa; defiende la libertad de culto.
  • Adversus Iudaeos: la ocasión fue la disputa de un cristiano con un prosélito judío que duró todo un día.

Obras polémicas

  • De praescriptione haereticorum (200): por prescripción las leyes no tienen derecho a utilizar la SE pues no es suya, sino de la autoridad eclesiástica; la fuente de las herejías no está en la SE sino en la filosofía.
  • Adversus Marcionem (207-212): es su obra más extensa.
  • Adversus Hermogenem (200).
  • Adversus Valentinianos.
  • De baptismo (198-200): es de suma importancia para la historia de la liturgia y de los sacramentos del bautismo y la confirmación.
  • De carne Christi (210-212).
  • De resurrectione carnis.
  • Adversus Praxeam (213): Praxeas negaba la Trinidad de Personas afirmando el modalismo.
  • De anima (210-213): es su obra más extensta despues del Adversus Marcionem; rechaza la preexistencia y eternidad de las almas; cae en el error del traducionismo (pone el origen del alma en la transmisión que de ella hacen los padres) por su falta de conocimientos filosóficos.

Obras morales y ascéticas

  • Ad martyres (202): es muy b: en todas sus páginas se respira el espíritu de heroísmo de los primeros cristianos.reve (6 capítulos), pero se trata de una de sus obras más leídas.
  • De fuga in persecutione (213): escrito montanista.
  • De spectaculis (197): es una condenación absoluta de todos los juegos públicos..
  • De cultu feminarum (sobre el vestido de las mujeres);
  • De oratione (198-200);
  • Ad uxorem (200-206): sobre el matrimonio: da consejos a su esposa para cuando él haya partido de este mundo.
  • De patientia (200-203)
  • De poenitentia (203).
  • De exhortatione castitatis (204-212).

Doctrina teológica

  • se opone a la filosofía; dice que es fuente de errores y herejías; no hay posibilidad de unión entre fe y filosofía; toma muchos elementos del estoicismo;
  • confianza en las pruebas jurídicas: usa mucho la terminología jurídica en su moral;
  • utiliza por primera vez el término "Trinitas" (del griego trias y también "persona" referido a la Trinidad;
  • señala en Cristo una Persona y dos Naturalezas;
  • es el primer autor que describe el procedimiento y las formas que la práctica de la penitencia había adoptado con el tiempo; en cambio, habla sólo incidentalmente de la Eucaristía.
  • al principio cree en la Iglesia como "Domina Mater Ecclesia"; es el primer autor en denominar a la Iglesia así; al final dice que hay dos Iglesias, la del Espíritu Santo, de los perfectos, y la otra de la asamblea de los obispos que es terrena y jerárquica.
  • en su época montanista afirma la irremisibilidad de algunos pecados: la idolatría, la fornicación y el homicidio.

Transmisión del texto

       Hay cinco "Corpus" (Trecense, Masburense, Agobardinum, Cluniacense, Ottoboniense) formados en los siglos V y VI, que nos han llegado a través de copias de épocas posteriores (siglos XIV a XVI). Sin embargo, recientemente se ha descubierto en los Países Bajos un manuscrito del siglo IX que contiene un fragmento del "De spectaculis". Este manuscrito pertenecía a la biblioteca de la Catedral de Colonia.

Bibliografía: Quasten I, 556-635; Catequesis de Benedicto XVI sobre Tertuliano.

d) Minucio Felix

       De origen africano. Vive como abogado en Roma.

       Escribió el Octavius en latín, a fines del siglo II. Es un diálogo de Minucio con Octavio (cristiano) y Cecilio (pagano), ambientada en Ostia. Cecilio habla del escepticismo y ataca el cristianismo. Octavio refuta amablemente todas las afirmaciones de Cecilio.

       Se menciona la existencia de un Dios único, la inmortalidad del alma, la providencia divina.

Bibliografía: Apuntes.

e) San Cipriano

Vida (200-258)

       Tenemos numerosas fuentes sobre su vida: tratados suyos, correspondencia, Actas proconsularia Cypriani, Vita Cypriani de su diácono Poncio (carece de valor histórico pues sólo buscaba la edificación).

       Cecilio Cipriano Tascio nace en la primera década del siglo III en una familia pagana, rica, culta y bien relacionada. Estudia brillantemente y pronto logra fama en la retórica. Es maestro de elocuencia. Parece que también se dedicó a la administración pública

       Se convierte al cristianismo gracias al apostolado del presbítero cartaginés Cecilio. Después de bautizarse da todo a los pobres. Al poco tiempo es ordenado sacerdote (246) y consagrado obispo de Cartago (248 o 49) por aclamación popular. Se le opone el presbítero Novato.

       En 250 estalla la persecución de Decio. Cipriano huye y se refugia en un lugar seguro para poder ayudar a sus fieles. Fabián (236-250) muere en esa persecución y, los presbíteros de Roma escriben a los de Cartago alabando a Fabián y criticando a Cipriano. Cipriano decide escribir a los presbíteros de Roma para explicarles las razones que le han movido a actuar así. Se conserva esta carta con copia de otras trece escritas a los confesores, clero y comunidades de Cartago.

       Durante su ausencia, en Cartago se levanta el cisma de Novato que ha ordenado de diácono a su satélite Felicísimo. Él y otros cinco presbíteros declaran a Cipriano fuera de la comunión y tratan de atraerse a los "lapsi" con una actitud de indulgencia y laxismo. Nombran a un obispo llamado Fortunato ("la fracción de Fortunato")

       Surge entonces la disputa en torno a la penitencia en la que Cipriano (como también lo hará el papa Cornelio) se muestra más indulgente con la readmisión de los "lapsi", pero sin llegar al laxismo de Novato, Felicísimo, y otros cuatro presbíteros. Cipriano, por una parte reacciona contra el laxismo de Felicísimo y lo excomulga, y por otra escribe a Novaciano, que había sido cabeza del clero romano en sede vacante, el "De ecclesiae unitate", en el que defiende a Cornelio, el nuevo papa, contra el rigorismo de Novaciano. También escribe el "De lapsis". En 251 Cornelio escribe cartas a Cipriano y se reúne un sínodo en Cartago para confirmar la postura equilibrada de Cipriano y Cornelio frente a los "lapsi". Esta doctrina prevalece en Roma y en todas partes.

       Una vez muerto Fabián le sucede Cornelio. Novaciano se nombra antipapa. La cuestión debatida era la reconciliación de los lapsi. Novaciano, rigorista, sostenía que no era lícito que se reconciliaran, ni siquiera en el momento de la muerte, y que no se podían remitir los pecados capitales. Se formó una secta de "cataros", rebautizados. A los novacianos los condenan un Sínodo en Italia (251), Cipriano de Cartago y Dionisio de Alejandría. Con muchos adeptos en Oriente (sobre todo, montanistas), siguen hasta el s. VII.

       En los años siguientes se manifiesta el celo de Cipriano durante una gran peste que asoló el norte de Africa (253).

       Más adelante surge la segunda gran disputa a la que se tiene que enfrentar Cipriano: la del bautismo recibido de manos de herejes. Siguiendo la tradición africana (Tertuliano, De baptismo; Concilio de Cartago del 220), Cipriano se inclina por negarle la validez (Concilios de Cartago del 255 y 256) y rebautizar a los herejes. Hay una disputa epistolar con el papa Esteban que afirmaba, con la tradición romana, la validez de esos bautismos. Hay relaciones tensas entre los dos, pero sin llegar a la ruptura.

       Al final se cierra la disputa con la muerte de Esteban (257) y Cipriano durante la persecución de Valeriano (253-260). Cipriano es desterrado a Cuculis (30-VIII-257) y decapitado el 14-IX-258. Se conservan las actas de su martirio.

Escritos

       Como teólogo depende de Tertuliano, a quien consideraba como su maestro y leía diariamente. Tertuliano es superior como escritor. Tenía mayor talento literario, fogosidad apasionada y profundidad, pero Cipriano le supera en celo pastoral, sabiduría cristiana, espiritualidad y prudencia práctica. Sus obras están provocadas por las circunstancias particulares prácticas. Es un hombre de acción un Pastor. Tiene un lenguaje y un estilo claros. Fue muy popular en la Antigüedad y en la Edad Media.

       Tenemos varios catálogos de sus obras, que son siempre de cuestiones prácticas y concretas: en el cap. 7 de la Vita Cypriani de Poncio se mencionan 12 tratados; en un manuscrito del siglo X que recoge un testimonio del año 359; en un sermón de San Agustín (De Natale Cypriani):

  • Ad Donatum: escrita antes de su conversión; Donato es amigo suyo; menciona la corrupción de la sociedad y la necesidad de luchar contra las pasiones;
  • Sobre el vestido de las vírgenes (249);
  • De lapsis (251);
  • De ecclesiae unitate (251);
  • De dominica oratione;
  • Ad Demetrianum;
  • De mortalitate: sobre la peste;
  • De opere et eleemosynis;
  • De bono patientiae;
  • Ad Fortunatum de exhortatione martyrii (257): dirigida formalmente a un amigo pero en realidad a su grey, es una exhortación al martirio;
  • Ad Quirinum: testimoniorum libri III (248-49): colección de textos bíblicos;
  • Quod idola dii non sunt;
  • Cartas (81; se conservan 65): escritas en latín coloquial y vivo;

De ecclesiae unitate

  • Causa: los cismas de Novaciano (Roma) y Felicísimo (Cartago).
  • Fecha: mayo de 251 a la vuelta del destierro, en el sínodo.
  • Destinatario: confesores adictos a Novaciano que se oponía a Cornelio, recién elegido papa.
  • Estructura
    • Introducción: exhorta a estar alerta contra los cismas que son más peligrosos que las persecuciones porque atentan contra la unidad de la Iglesia.
    • "A Pedro se le da el primado para que manifieste que es una la Iglesia de Cristo".
    • Algunos autores dudan de la autenticidad de algunos pasajes del capítulo cuarto que parecen interpolaciones posteriores reafirmando con mucha fuerza el primado de Pedro.
  • Doctrina teológica
  • la Iglesia es el único camino de salvación; es necesario estar unidos al obispo; no es sólo cuerpo, sino también madre; es la "Domus Dei" con sentido escatológico y también eucarístico; es sacramentum unitatis;
  • el primado de Pedro es la causa de la unidad; el obispo de Roma no es sólo un "primus inter pares": la actitud de Cipriano con los obispos de Roma demuestra lo contrario (consultas, informes, etc.); Cipriano es decididamente episcopalista, sin embargo, tanto en su "De unitate Ecclesiae" como en la "Epístola LIX" reconoce la principalidad de la Iglesia de Roma y se pregunta si puede considerarse dentro de la Iglesia quien se aparta de la Sede Romana sobre la cual está fundada la Iglesia;
  • Pedro fue el primer obispo, luego el Señor confirió el mismo poder a los demás apóstoles; Pedro quedó, sin embargo, como signo vivo de la unidad originaria.
  • el bautismo es necesario; defiende la costumbre del bautismo de los niños; comenta los efectos y la naturaleza del bautismo de sangre; en la doctrina sobre la Penitencia es equilibrado; en una carta "sobre el sacramento del cáliz del Señor" expone su fe en el carácter sacrificial de la Eucaristía y la presencia real de la carne y sangre de Cristo.

Bibliografía: Quasten I, 635-676; Fliché IV, 544-547; Fliche. IV-7, Trevijano, 125-134; Catequesis de Benedicto XVI sobre San Cipriano.

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