| TEMA
1. La Patrología como ciencia —Esquema a)
Noción, objeto y método de la Patrología b)
Importancia de su estudio c) Padres de la Iglesia,
doctores y escritores eclesiásticos d) Autoridad doctrinal
de los Padres de la Iglesia e) Breve historia de la Patrología
a)
Noción, objeto y método de la Patrología
—Diferentes
ciencias
La
palabra griega pathr significa
"padre". La palabra griega logos
significa
"palabra", "pensamiento" o "doctrina". Por lo tanto
Patrología significa "doctrina de los Padres".
La
Iglesia antigua, hasta el siglo IV, aplicaba el concepto natural de "padre"
sólo a los obispos. A partir del s. V lo confiere también
a sacedotes (S. Jerónimo) y a diáconos (S. Efrén).
Se
suelen distinguir tres ciencias que se ocupan de los Padres de la Iglesia:
- Patrística:
perspectiva teológica y dogmática;
- Historia
literaria: perspectiva literaria;
- Patrología:
perspectiva amplia de tipo histórico: vida, obras y doctrina de los Padres.
Aunque
en épocas antiguas cada uno de estos tres términos significaban
algo distinto —Patrística (theología patrística),
Patrología (historia y escritos de los Padres) y Literatura
cristiana primitiva (disciplina no teológica de la filología
de los escritores antiguos)—, en la actualidad se tiende a utilizar de
modo más o menos indiferenciado los tres nombres para la especialidad.
Actualmente
las expresiones Patrística / patrístico se
utilizan para indicar: el tiempo de los Padres / el tiempo perteneciente
a los escritos, al pensamento, etc. de la literatura cristiana antigua.
Y se utiliza el término de Patrología para designar
la ciencia de la literatura cristiana antigua.
La
Patrología es una especialidad teológica cuyo núcleo
irrenunciable son los Padres de la Iglesia y sus escritos en el sentido
eclesiástico. Pero como para comprenderlos hay que conocer toda
la literatura antigua, la Patrología moderna es la ciencia que
trata de toda la literatura cristiana antigua en todos sus aspectos y
con todos los métodos adecuados (Drobner).
—Ediciones
y colecciones de la literatura cristiana antigua
El
estudioso de los Padres de la Iglesia tendrá que conocer las diversas
ediciones de las obras de los Padres de que disponemos en la actualidad:
- s. XVII
y XVIII: obras críticas de los benedictinos franceses de San Mauro;
- s.
XIX: J.P. Migne (+1875), 400 tomos: Patrologiae cursus completus,
en series griega (PG) y latina (PL);
-
- a
partir de 1866: Corpus Scriptorum Ecclesiasticorum Latinorum
(CSEL): Series latina y griega de las Academias de Viena y
Berlín. Publicación en curso; hasta el presente consta
de más de 90 volúmenes;
-
- a
partir de 1903: Corpus Scriptorum Christianorum Orientalium (CSCO),
editado sucesivamente en Paris, Lovaina y Washington. Publicación
en curso. Consta de más de 400 volúmenes hasta ahora;
- a
partir de 1953: Corpus Christianorum (CC) de los padres benedictinos
de la abadía de San Pedro de Steenbrugge (Bélgica) (tres series:
latina, griega y oriental) completada con una continuatio medievalis. Publicación
en curso. Consta hasta ahora de unos 160 volúmenes, y está previsto
que alcance los 175 volúmenes con 2348 obras o fragmentos;
- a
partir de 1942: versión francesa: Sources chrétiennes (SC),
ed. du Cerf, textos bilingues. Consta hasta ahora de unos 260 volúmenes.
—Bibliografía
general
Estas
son algunas de las obras de Patrología e Historia de la Iglesia
Antigua, de carácter general, que hemos consultado para elaborar
estos "Apuntes de Patrología":
-
- J.,
Quasten, Patrología, 1950-60, 3 tomos (Quasten).
-
- F.,
Cayré, Patrologie, et histoire de la theologie, 1955
(Cayré).
-
- B.,
Altaner, Patrología, 1950 (Altaner).
-
- Dattrino,
Patrologia, 1982 (Dattrino).
-
- M.
Simonetti y E. Prinzivalli, Storia della letteratura cristiana
antica, ed. Piemme, 2a ed., Casale Monferrato 2002 (Simonetti).
-
- H.
Drobner, Manual de Patrología, Herder, Barcelona 1999
(Drobner).
-
- E.,
Moliné, Los Padres de la Iglesia. Una guía introductoria,
1982 (Moliné).
-
- M.J.,
Rouet de Journel, Enchiridion Patristicum, 1958 (Rouet).
-
- DTC
(Dictionaire de Theologie Catholique).
-
- J.
Danielou, Nueva Historia de la Iglesia, Cristiandad, Madrid
1964 (Danielou).
-
- Silvano
Cola, Perfiles de los Padres, ed. Ciudad Nueva, Madrid 1991
(Cola).
-
- H.
Masson, Manual de herejías (Masson).
-
- A.
di Bernardino, Diccionario patrístico y de la antigüedad
cristiana, Sígueme, Salamanca 1991 (Di Bernardino).
-
- Flichè-Martin,
Historia de la Iglesia, Edicep, Valencia 1975 y ss. (Flichè).
-
- GER
(Gran Enciclopedia Rialph).
-
- J.
Morales, Teología IV: Historia de la Teología,
en GER 22 (1975) 252-256 (Morales).
-
- R.,
Trevijano, Patrología, en Colección Sapientia
Fidei, ed. BAC, Madrid 1994 (Trevijano).
-
- B.
Mondin, Dizionario del Teologi, Edizioni Studio Domenicano,
Bologna 1992 (Mondin, Dizionario).
-
- B.
Mondin, Storia de la Teologia, vol. I, ed. Edizioni Studio
Domenicano, Bologna 1996 (Mondin).
b)
Importancia de su estudio
Hace
algunos años se ha publicado la Instrucción sobre el
estudio de los Padres de la Iglesia en la formación sacerdotal (Congregación para la Educación Católica, 10-XI-1989)
que recoge los motivos principales para estudiar a los Padres:
- En
los Padres hay algo de singular, de irrepetible y de perennemente válido,
que continua vivo y resiste a la fugacidad del tiempo.
- Son
testimonios privilegiados de la Tradición;
- Nos
han legado un método teológico que es, a la vez, luminoso y seguro:
- recurso
continuo a la Sagrada Escritura y al sentido de la Tradición;
- originalidad
cristiana e inculturación;
- defensa
de la fe y progreso dogmático;
- sentido
del misterio y experiencia de lo divino.
- Sus
escritos ofrecen una riqueza cultural, espiritual y apostólica que hace
grandes maestros de la Iglesia de ayer y de hoy.
- El
estudio de la vida y escritos de los Padres se puede hacer en manuales, el estudio
de su pensamiento teológico debe hacerse con la lectura directa de los
textos de los Padres.
c)
Padres de la Iglesia, doctores y escritores eclesiásticos —Concepto
de "Padre"
Al
principio, este título se aplicaba fundamentalmente a los Obispos,
encargados de enseñar en la comunidad cristiana, y era sinónimo
de maestro. A partir del s. IV adquiere mayor extensión y se aplica
a aquellos representantes cualificados en la transmisión de la
fe.
Vicente
de Lerins (a. 434) en su Commonitorium llama Padres a cualquier
escritor eclesiástico, y expone la prueba de los Padres:
«En el caso de que surgiera alguna nueva cuestión sobre la cual
no se haya dado aún tal decisión, habría que recurrir
a las opiniones de los santos Padres, al menos de aquellos que, en sus
épocas y lugares permanecieron en la unidad de comunión
y de fe y fueron tenidos por maestros reconocidos. Y todo lo que ellos
hubieren defendido en unidad de pensamientos y sentimientos, tendría
que ser considerado como la doctrina verdadera y católica de la
Iglesia, sin ninguna duda o escrúpulo (c. 29,1). La posteridad
no debería creer nada más que lo que la venerable antigüedad
de los Padres ha profesado unánimemente en Cristo» (c. 33,2).
El
Decretum Gelasianum de recipiendis et non recipiendis libris (s.
VI) distingue a los Padres verdaderos de los escritores heterodoxos.
Hoy
día se reconoce como Padre a quien tenga las cuatro notas
siguientes:
-
- Antigüedad:
Isidoro de Sevilla (+636), Ildefonso de Toledo (+669), Beda el Venerable (+735)
y Juan Damasceno (+749) son los Padres más recientes en Occidente (los
tres primeros) y Oriente (el último);
- Ortodoxia
de doctrina: se excluye a los escritores abiertamente heréticos, cismáticos
y a aquellos cuyas obras contienen graves y sistemáticos errores;
- Santidad
de vida: canonizados o se les considere santos;
- Aprobación
de la Iglesia: basta un reconocimiento tácito.
Los
Escritores eclesiásticos (título acuñado por
S. Jerónimo) son los demás escritores antiguos (tienen la
nota de antiquitas) pero que carecen de alguna de las tres últimas
notas.
Los
Doctores, en cambio, tienen las notas de los Padres, salvo la de
antiquitas, y además eminens eruditio y expressa
Ecclesiae declaratio. Son así designados por la Iglesia por
la profundidad de su pensamiento unida a la santidad de vida.
Los
grandes Padres y Doctores de la Iglesia son:
Oriente:
(declarados por S. Pío V en el siglo XVI): Atanasio —no reconocido
por los orientales como tal—, Basilio, Gregorio Nacianceno y Crisóstomo;
Occidente:
(declarados por Bonifacio VIII en 1298): Ambrosio, Jerónimo, Agustín
y Gregorio Magno.
—La
lengua de los Padres
No
es el griego clásico, sino la koiné (mezcla de ático
—hablado en Atenas— y dialecto popular), que llegó a ser la lengua
de todo el mundo helénico:
- en
Oriente: desde el s. III a.C. al VI d.C (a partir de entonces se usó
sobre todo el siriaco —que es un dialécto del arameo— y el copto junto
con el griego);
- en
Occidente: hasta el s. III (180: primer documento en latín).
Durante
el s. II aparecen las primeras traducciones de la Biblia al latín.
El Pastor de Hermas deja ver que había comenzado en la comunidad
cristiana de Roma la transición del griego al latín (a.
155). Durante la primera mitad del siglo II se traduce al latín
la Epístola de S. Clemente a los Corintios, antes de las
Actas de los Mártires de Scillium, en Africa (180).
d)
Autoridad doctrinal de los Padres de la Iglesia
La
autoridad de los Padres se considera de Doctrina católica
cuando se da el unanimis consensum Patrum.
Su
autoridad deriva de ser testigos privilegiados de la Tradición
y sus escritos monumentos de Tradición.
Se
trata de una unanimidad moral al interpretar la Sagrada Escritura
y también han de exponer la doctrina en temas de fe y costumbres
(materia) y como perteneciente al depositum fidei (forma).
El
Concilio Vaticano I afirma al respecto:
- La
unanimidad (moral) de los Padres al interpretar la Sagrada Escritura es infalible
(Dz 786);
- Su
unanimidad (moral) al explicar —de manera clara y definida— una doctrina de fe
y costumbres es regla de lo que ha de ser tenido como doctrina católica.
«Nosotros
aceptamos las doctrinas que ellos enseñan de esta manera —dice
Newman—, no sólo porque ellos las enseñan, sino porque dan
testimonio de que en su tiempo las profesaban todos los cristianos, y
en todas partes (...). Ellos no hablan de sus opiniones personales. No
dicen "Esto es verdad porque nosotros lo vemos en la Escritura" —sobre
esto podría haber discrepancia de opinión—, sino: "Esto
es verdad, porque de hecho es afirmado y fue siempre afirmado por todas
las Iglesias desde el tiempo de los Apóstoles hasta nuestros días,
sin interrupción". Se trata de una simple cuestión de testimonio»
(J.H. Newman, Discussions and Arguments, II, 1).
e)
Breve historia de la Patrología —Principales
historiadores - Eusebio,
História eclesiástica (s. IV);
- Sozomeno,
Historia Eclesiástica (s.V: acontecimientos entre 324 y 425);
- Jerónimo,
De viris illustribus (392);
- Genadio
de Marsella (semipelagiano), De viris illustribus (480); continuación
de la obra de Jerónimo;
- San
Isidoro, De viris illustribus (618); continuación de la obra de
Jerónimo;
- S.
Ildefonso de Toledo (+667), De viris illustribus;
- Focio
(+891), Myriobiblon o Biblioteca (858); 280 obras paganas y cristianas;
- Sigberto
de Gembloux (+1112), De viris illustribus;
- Juan
Tritemio, De scriptoribus ecclesiasticis (1494);
- S.
Roberto Belarmino, De scriptoribus ecclesiasticis liber unus (1613);
- Juan
Gerhard, Patrología (1653);
- R. Ceillier,
Histoire general des auteurs sacres et ecclesiastiques (1729-63).
—Cronología
Siglos
I a IV
a) Literatura
teológica cristiana (Padres Apostólicos), siglos I y II
- La intención
de sus escritos es exhortativa y catequética; su estilo es análogo
a las epístolas católicas; hacen glosas de la Sagrada Escritura;
escriben sobre la praxis cristiana; el tema de sus escritos son las verdades centrales
cristianas.
- Exponentes
principales: S. Clemente Romano (Cartas a los Corintios), S. Ignacio de
Antioquía (Cartas), Didajé, Epístola a Bernabé,
Epístola a Diogneto, Pastor de Hermas.
b) Obras
propiamente teológicas de los Apologistas, siglo II
- Escriben contra
los críticos paganos y los escritores agnósticos; tienen pretensiones
especulativas; intentan hacer una exposición reducida a lo meramente racional;
escriben contra el Gnosticismo (Basílides, Valentín, Tolomeo, Heracleón).
- Exponentes:
Arístides de Atenas, Cuadrato, S. Justino, Aristón, Taciano, Teófilo
de Antioquía, Hermías, Hegesipo. Hay que considerar aparte, por
su importancia, a S. Ireneo de Lyon (+202) que escribe su Adversus haereses,
y la Demostratio evangelica. Es el primero que aborda la tarea de explicar
la fe.
c) Estudio
sistemático de la revelación (Escuelas), siglo III
—Escuela
de Alejandría: utiliza la filosofía neoplatónica
por primera vez para profundizar en los datos de la fe. Se caracteriza
por la tarea especulativa, la exégesis alegórica y la catequesis.
- Exponentes:
Panteno; S. Clemente de Alejandría (+215): Protréptico,
Pedagogo, Estromata; Orígenes (+254): Exaplas,
Contra Celso, De principiis, Homilias y comentarios a
la Biblia, Exhortación al martirio.
—Escuela
de Antioquía: más sentido histórico e influencia
aristotélica.
- Exponentes: S.
Luciano de Antioquía (+312); Arrio (+336); Diodoro de Tarso (+384); S.
Juan Crisóstomo (+407); Teodoro de Mopsuestia (+428); Teodoreto de Ciro
(+460).
d)
Padres griegos
Su
pensamiento se articula en torno a misterios trinitarios y cristológicos.
—Exponentes:
- S. Atanasio
(+373): Oratio contra gentes, Oratio de Incarnatione Verbi, Orationes
y Apologia contra arrianos. Concilio de Nicea (325);
- S. Basilio
(+379): Tratado del Espíritu Santo, Homilías sobre el
Hexamerón, Contra Eunomio;
- S.
Gregorio Nacianceno (+390): Discursos teológicos;
- S. Gregorio
de Nisa: perfecciona la noción de hipóstasis y sistematiza la teología
y mística orientales;
- S. Cirilo
de Alejandría (+444): acentúa la tendencia sistemática;
- S. Juan
Damasceno (+749): De fide orthodoxa (muy usada en el medioevo);
- Pseudo
Dionisio Aeropagita (+ fin del s. V): De los nombres divinos, Teología
mística, De la jerarquía celeste, De la jerarquía
eclesiástica (culmen de la cristianización de la tradición
neoplatónica; apofatismo: tradición oriental).
e)
Padres latinos - Tertuliano
(+202);
- S.
Cipriano de Cartago (+258): De Ecclesia unitate, De lapsis, Cartas;
- S.
Ambrosio de Milán (+397): De officis ministrorum, De mysteriis,
De Poenitencia;
- S.
Jerónimo (+420): autor de la Vulgata (versión latina de la
Biblia);
- S.
Agustín (+430): Confesiones, Retractationes, De Trinitate,
De civitate Dei. Primera síntesis del pensamiento occidental cristiano.
Equilibrio entre Sagrada Escritura, exposición espiritual, uso de categorías
platónicas. Fides quaerens intellectum;
- S.
León Magno (+461): Epistola ad Flavianum (Concilio de Calcedonia).
Sigos
V y VI
- Se
tiene la conciencia de que ha terminado una etapa creadora, y comienza una etapa
de conservar lo que se ha heredado (S. Vicente de Leríns: progreso, pero
fidelidad al depósito recibido). Los hombres que se encargan de esta tarea
son quienes han recibido una preparación para las funciones civiles que
habían desempeñado.
- Contenido
de la herencia: 1) Literatura antigua y textos de los padres, a través
de los monjes; 2) La Lógica de Aristóteles, en parte; 3)
plan de formación enciclopédica en servicio del estudio del texto
sagrado, en la línea de S. Agustín (De doctrina christiana),
Boecio y Casiodoro (planes de estudio de ambos); 4) espíritu monástico
y moralismo.
—Exponentes:
- Boecio
(+524), consul y magister officiorum. Obras: Opuscula sacra (metafísica
del ser, noción de persona...), De Consolatione Philosophiae (gran
meditación de teodicea). Traduce varias obras de Aristóteles y transmite
a la Edad Media el plan escolar de Varrón (trivium y quadrivium);
- Gregorio
Magno (+604), pretor en Roma. Su obra es esencial y exclusivamente edificante
(exégesis alegórica y relativa a la experiencia personal del alma).
Obras: Regula Pastoralis, Dialogos, Moralia in Iob, Homilías;
- Casiodoro
(+583), el "último romano": en dos monasterios benedictinos de Calabria
(uno de ellos es "Vivarium") copia manuscritos. Obras: Institutiones divinarum
et saecularium literarum (manual de cultura de las artes liberales) y Historia
tripartita;
- S. Isidoro
de Sevilla (+636), "primer pedagogo de la Edad Media". Obras: Etymologiae (20
libros), Libri tres sententiarum, Liber de haeresibus, Contra
Iudeos, Liber de variis quaestionibus. Formación enciclopédica
para el estudio de los textos bíblicos;
- S.
Beda el Venerable (+735);
- Alcuino
de York (+804);
- Rabano
Mauro, "praeceptor Germaniae" (+856).
—Resumen
0
a 325 (Prenicenos)
- escritos
sencillos: símbolos, fijación del Canon del Nuevo Testamento,
- literatura
apócrifa,
- apologías,
- actas
y narraciones de los mártires,
- obras
antiheréticas,
- escuelas
de catequesis.
325
a 451 (Siglo de Oro)
- tratados
dogmáticos,
- formulaciones
de los dogmas,
- grandes
herejías.
451
a 750 (Etapa final)
- temas
de tipo moral,
- florilegios
(compilaciones de documentos antiguos),
-
- catenae
(encadenamiento de citas de los Padres).
—Bibliografía:
Quasten I, 1-31, Moliné I, 9-30. Arriba
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