2. A la búsqueda de la "verdadera filosofía": padre de familia y maniqueo

XXXXXAdemás de estudiar las Artes liberales en Cartago, a partir del año 370, San Agustín tuvo tres encuentros que dejaron profunda huella en su vidaMiniatura de San Agustín. Breviario de los Reyes Católicos. Siglo XV. Real Biblioteca del Monasterio del Escorial (Ms. b. II. 15. F. 495v).:

XXXXX1) Al menos desde 372, fecha de nacimiento de su hijo Adeodato, Agustín mantuvo una relación de tipo prácticamente matrimonial con una mujer (de la cual nunca dice su nombre), hasta el año 384, en que la despidió para poder contraer un matrimonio adecuado a su posición social.

XXXXX2) La lectura del Hortensius de Cicerón hizo un gran efecto en su alma. A partir de entoces se decidió a buscar la "verdadera sabiduría" (philosophia), que unió siempre al conocimiento de Cristo. Por esta razón comenzó a leer la Biblia, que le decepcionó profundamente por los relatos toscos del Antiguo Testamento y su poca calidad literaria, según Agustín.

XXXXX3) Los maniqueos le proporcionaron lo que él necesitaba: el nombre de Cristo, racionalidad y formación en vez de simple creencia por la autoridad de la Iglesia. Además prometían resolver el "problema del mal", que le interesaba especialmente. Agustín fue auditor (no llegó a ser de los electi) durante nueve años. Mónica no lo quería admitir en su casa de Tagaste cuando Agustín pasó un año en su ciudad natal (374/375) como profesor. Ahí vivía con Romaniano, rico maniqueo de Tagaste. La muerte de un amigo lo llevó de nuevo a Cartago donde se decepcionó poco a poco de las doctrinas maniqueas. Cuando Agustín tenía 29 años se entrevistó con Fausto, maniqueo de gran prestigio. Pero a través de esa conversación llegó a la conclusión de que su interlocutor era un farsante. Entonces decidió marchar a Roma (383) para dar clase a alumnos más complacientes y menos indisciplinados que los de Cartago.

XXXXXCfr. Resumen esquemático de la vida de San Agustín. Ver también un buen resumen, de V. Capánaga ("En busca del Espíritu"), sobre la manera en que San Agustín superó el materialismo y falta de libertad de los maniqueos, y llegó a la conversión.

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