TEMA 1. La Historia de la Teología como disciplina teológica

Esquema

a) Objeto y método de la Historia de la Teología
b) Distinción entre Patrística y Patrología, Historia de la Filosofía e Historia de la Teología
c) Periodización de la Historia de la Teología

a) Objeto y método de la Historia de la Teología

XXXXXLa Historia de la Teología puede estudiarse desde distintos puntos de vista. Nosotros la estudiaremos como una disciplina que es principalmente teológica. En este sentido, quizá sería más apropiado llamarla Teología histórica, en cuanto que por su género es Teología y por su diferencia específica Historia. Por lo tanto, al narrar los hechos históricos, la intención última siempre será teológica. Se tratará -como decía Santo Tomás de Aquino- de dialogar con los autores antiguos a fin de profundizar en la verdad de las cosas (Cfr. J.L. ILLANES, J.I. SARANYANA, Historia de la Teología, BAC, Madrid 1995, pp. XV a XVI).

XXXXXPara comprender en qué consiste la Historia de la Teología es necesario tener muy claro antes qué es la Teología. La Teología es la «ciencia (logos) de Dios (thèos)». Esta definición nominal es insuficiente para distinguirla de la Teología natural o Teodicea. El conocimiento de la Teodicea se consigue con las solas fuerzas de la razón. La Teología, en cambio, es el conocimiento de los misterios divinos que se obtiene con la ayuda de la fe y reflexionando en la divina revelación.

XXXXXPor lo tanto la Teología se puede definir como «ciencia de la revelación» o «ciencia de la fe» (intellectus fidei). Puede llamarse «ciencia» aquel ámbito de conocimiento humano que responde a requisitos de rigor y objetividad (Cfr. B. MONDIN, Storia della teologia, vol. 1, Edizioni Studio Domenicano, Bologna 1996, 7-18).

XXXXX-Esto se logra si la Teología atienda a tres cosas:

  • Deber ser crítica: debe tener en cuenta y tomar distancia -cuando el caso lo requiera- de sus presupuestos (pre-juicios) y de los múltiples condicionamientos que la acompañan;
  • Debe ser metódica: debe ser conducida según las normas, los criterios y el método que se derivan de su objeto;
  • Debe ser sistemática: es decir, orientada, hacia una comprensión coherente y exhaustiva de toda la verdad que Dios se ha complacido en darnos a conocer a través del camino de la historia del a salvación.

XXXXXLa Teología tiene dos fuentes: la fe (que es el principio arquitectónico) y la razón (que es principio hermenéutico).

XXXXXEn la fuente de la fe, el ingrediente principal es la Sagrada Escritura («alma de la teología», regla áurea, autoridad principal) y también la Tradición en cuanto vehículo perenne de la Palabra revelada. Otro ingrediente importante es el Magisterio eclesiástico. Luego los Padres de la Iglesia y los teólogos.

XXXXXEn la fuente de la razón entran todos los géneros de saberes (todas las formas de conocimiento que la cultura pone a disposición del teólogo).

XXXXXComo la comprensión de la fe sucede en un determinado momento histórico y en un preciso contexto cultural, la Teología ha de tener una historia. El hombre es un ser histórico y cultural. Nuestro conocimiento está fuertemente señalado por la historia. Todo conocimiento está determinado por una cierta precomprensión de la realidad. La interpretación que cada autor hace de la Palabra de Dios está fuertemente señalada por la historicidad. De esta manera, la Teología deja de ser algo estático, está abierta a los signos de los tiempos.

XXXXXLa Teología es momento fundamental de la Tradición: es el momento en el cual la Tradición toma conciencia de sí misma, sube hasta su propio origen, se apropia de sus contenidos y busca actualizarlos según las instancias del momento presente, como respuesta a los «signos de los tiempos». Sin embargo la vía principal para recorrer la Tradición es el Magisterio, que posee el carisma certum veritatis. Además, están otros caminos secundarios: los Padres, la liturgia, el sentido común de los fieles, el consenso de los teólogos…. La Teología no puede dejar a un lado estas vías.

XXXXXLa Historia de la Teología es la historia de la «inteligencia de la fe» (intellectus fidei). Forma parte dela historia de la Iglesia, pero es una disciplina aparte, en cuanto que concentra su atención en «el pensamiento de la Iglesia en torno a su propia fe».

XXXXXEl primer deber del estudioso de la Historia de la Teología es definir los horizontes culturales y los instrumentos conceptuales y metodológicos que han dado origen a las diferentes teologías.

XXXXXEn su trabajo el teólogo tiene dos interlocutores: un interlocutor eterno, es decir, Dios y su Palabra, y un interlocutor temporal: el mundo y su cultura. De Dios recibe la palabra de la verdad, mientras del mundo asume los receptáculos de la verdad, los «marcos culturales». El teólogo debe buscar individuar las instancias, los interrogativos, los desafíos del ambiente cultural al cual trata de dar una respuesta asumiendo la luz de la fe y las verdades reveladas por Dios.

XXXXXIntentaremos descubrir cómo la Palabra de Dios, contenida en la Sagrada Escritura y la Tradición, ha interpelado a los teólogos de cada época. Buscaremos averiguar cómo esos teólogos han hecho entrar en diálogo su razón y su fe, cómo han profundizado en la verdad cristiana y han hecho resonar sus virtualidades ante su inteligencia, ante la cultura y ante los hombres de su tiempo.

XXXXXEn el n. 16 del Decreto Optatam totius, el Concilio Vaticano II recomienda el método genético en la enseñanza de la Teología, de modo que la fase especulativa vaya precedida de una fase histórica o de memoria de los temas bíblicos fundamentales, de los testimonios de la patrística y de la historia de los dogmas. En este sentido, la Historia de la Teología es una verdadera introducción a la Teología porque, al analizar el proceso histórico de la Teología cristiana, se educa a la inteligencia en el empeño de pensar en la fe y desde la fe.

XXXXX«Resumiendo y concluyendo, el objetivo de la Historia de la Teología es mostrar cómo se ha elaborado la Teología en el transcurso de los siglos, determinar sus fuentes, su autoridad, sus principios, sus instrumentos de trabajo; evidenciar sus desarrollos; ilustrar las figuras y las escuelas principales; destacar el aporte dela Teología al desarrollo de la Tradición y a la vida de la Iglesia» (Cfr. B. MONDIN, o.c., 17).

b) Distinción entre Patrística y Patrología, Historia de la Filosofía e Historia de la Teología

XXXXXBrevemente conviene señalar las diferencias principales entre la Historia de la Teología y la Historia de la Filosofía, por una parte, y la Historia de la Teología y la Patrología - Patrística por otra (Cfr. J.L. ILLANES, o.c., XXII a XXIV).

XXXXXLa Historia de la Teología y la Historia de la Filosofía tienen itinerarios y modos de proceder distintos (cada una siguiendo su objeto y métodos propios), pero con temas y preocupaciones últimas coincidentes. Sólo a partir del siglo XVII se distinguen metodológica y académicamente.

XXXXXLa Patrología subraya la vertiente doctrinal y la Patrística la literaria. Con gran frecuencia se usan como sinónimos. La Patrología contempla a los Padres de la Iglesia, ante todo como expresiones y testigos de la tradición cristiana, mientras que la Historia de la Teología los considera como teólogos.

XXXXXTambién conviene distinguir la Historia de la Teología de la Historia de los Dogmas. Esta última disciplina trata sobre el contenido de la revelación acogido y definido por la Iglesia como contenido para ser creído y vivido: la investigación de la Historia de los Dogmas se concentra sobre la inmutable verdad de fe, más allá de las categorías conceptuales con las cuales ha sido formulada, y sobre cómo, en el ámbito de la fe de la Iglesia, se puede llevar a cabo un verdadero progreso en la comprensión - clarificación - proclamación del único depositum fidei. Con otras palabras, la Historia de los Dogmas se refiere de modo directo a la esencia de la fe cristiana: la Historia de la Teología mira, más bien, a la reflexión de la Iglesia sobre el conjunto de la fe (Cfr. C. ROCCHETTA, R. FISICHELLA, G. POZZO, Corso di teologia sistematica, vol. 1: La teologia tra revelazione e storia (Introduzione a la teologia sistematica), Edizioni Dehoniane, Bologna 1996).

c) Periodización de la Historia de la Teología

XXXXXPara subrayar el ritmo del proceder teológico a través de la historia, parece adecuada la división que señalamos a continuación en tres etapas (Cfr. J.L. ILLANES, J.I. SARANYANA, o.c., XVI a XXII).

· Período patrístico;
· Período escolástico o medieval;
· Período moderno y contemporáneo

XXXXXMartin Grabmann señala acertadamente que «cada una de las tres edades cuenta con unos cien años de florecimiento, a partir de uno de los más importantes Concilios ecuménicos; sigue después una época en la que la ciencia teológica vive de los frutos cosechados en los años anteriores, y sucede, por último, un período más o menos largo de general decadencia» (M. GRABMANN, Historia de la teología católica (desde fines de la era patrística hasta nuestros días), Espasa Calpe, Madrid 1946, 16).

XXXXXLas tres etapas de florecimiento teológico son los años que siguen a los Concilios de Nicea I (325), Lateranense IV (1215) y Trento (1546). No sería extraño que en los próximos años, una vez calmadas las aguas revueltas del postconcilio (Vaticano II), llegara una nueva época de florecimiento de la Teología.

1. Período patrístico

XXXXXLa Teología es tan antigua como la fe cristiana y hunde sus raíces en la misma generación apostólica. Es verdad que los Libros Sagrados contienen una doctrina que puede ser sintetizada y expuesta de modo estructurado y armónico. Sin embargo, el inicio de la Teología no se suele poner en ellos mismos, sino en las siguientes generaciones, pues trascienden el ordinario sucederse de los empeños y reflexiones humanas posteriores. Esta es la opinión de J.L. ILLANES, J.I. SARANYANA, o.c., XVI a XXII. Sin embargo, hay otros autores que no la comparten. C. ROCCHETTA, R. FISICHELLA, G. POZZO, o.c., 28, por ejemplo, dicen que el problema reside en gran parte en lo que se quiera entender por «Teología». Si se entiende como la comprensión reflexiva de la revelación vivida en la fe de la Iglesia, hay que poner los inicios de la teología y de su historia dentro del mismo proceso formativo del Nuevo Testamento. B. MONDIN, o.c., 33-35, afirma que no es adecuado hablar de una «teología del Nuevo Testamento» por el simple motivo de que los textos sagrados son el objeto, el material sobre el cual trabajan los teólogos, no un producto de su reflexión.

XXXXXLos Padres apostólicos del siglo I y principios del siglo II, en sus cartas y homilías, se expresan con tono familiar sobre la vivencia concreta de la Iglesia. Por eso todavía no se suelen considerar sus escritos como teológicos propiamente dichos.

XXXXXLa primera manifestación de una obra teológica surge a mediados del siglo II con los apologistas, que ante los ataques del paganismo, sostuvieron un vibrante diálogo entre fe cristiana y cultura pagana. Muchos de estos primeros teólogos eran buenos conocedores de la filosofía y retórica grecorromanas y a lo largo de los siglos II a V su esfuerzo culminó en una síntesis lograda.

XXXXX-Las etapas del período patrístico son las siguientes:

· Etapa de iniciación de la teología patrística, de fines del siglo I a comienzos del siglo IV;
· Edad de oro de la patrística, en los siglos IV y V, debida a la paz conseguida y a la maduración teológica de los siglos anteriores;
· Etapa final, entre la Antigüedad tardía y la Edad Media, del siglo V al VIII.

XXXXX-Los Padres tienen una especial significación en la historia de la Iglesia y de la Teología, fundamentalmente por tres razones:

· porque son eslabones que unen a los cristianos de todos los tiempos con la época apostólica;
· porque fue entonces cuando la Iglesia se extendió más, consolidado su estructura, reafirmando su fe y perfilando su liturgia;
· porque en esa época se vitalizó e impregnó la cultura grecolatina cristianizándola desde dentro.

XXXXX-Podemos resumir el quehacer teológico de los Padres en los siguientes puntos:

· utilizan los géneros literarios usuales en la época: cartas, homilías, tratados, comentarios…;
· la mayoría fueron obispos, sacerdotes y algunos seglares;
· sus obras nacieron de necesidades pastorales, aunque no faltaron los intentos de sistematización;
· su estilo de teologizar es profundamente bíblico, con el recurso al símbolo y a la alegoría para que en el texto bíblico comentado reverberase la totalidad del designio salvífico divino;
· aunque sus obras manifiestan una gran capacidad de análisis y conceptualización, sin embargo los Padres sobresalieron por el sentido de la síntesis, por la conciencia de la unidad de la revelación y la fuerza con la que alcanzan a expresarla.

2. Período escolástico

XXXXXEl período escolástico abarca seis grandes etapas. A continuación señalamos algunas características relevantes de cada una de ellas.

1) Pre-escolástica (del año 750 al 1100):

· domina la teología monástica;
· el comentario a la Sagrada Escritura se hace a modo de lectio o lectura meditada de los textos bíblicos, apoyada en los autores patrísticos;
· los escritos teológicos surgen en la época carolingea (del año 750 al 900) como fruto de la reforma de la orden benedictina;
· los autores principales de esta época son Alcuino de York y Rabano Mauro, en la época carolingea, y Anselmo de Canterbury al final del siglo XI.

2) Escolástica incipiente o Alta escolástica (siglo XII):

· aparecen en los burgos las escuelas catedralicias:
· se nota un desarrollo de la sociedad medieval y un aumento del nivel cultural del clero;
· a mediados de siglo comienzan la triple recepción de la filosofía aristotélica, que unida a la tradición patrística y platónica, hace posible una nueva y original síntesis;
· el método analítico y discursivo abre un amplio campo a la especulación racional iluminada por la fe;
· los autores principales de esta época son Pedro Abelardo, los Victorinos y Pedro Lombardo.

3) Apogeo de la escolástica (siglo XIII):

· las exigencias científicas y didácticas llevan a la aparición de grandes síntesis, las Summae, expresión característica de la producción teológica de los siglos medios;
· aparición de las órdenes mendicantes;
· los autores principales son: Alejandro de Hales, San Buenaventura, San Alberto Magno, Santo Tomás de Aquino, y el Beato Juan Duns Escoto.

4) Baja escolástica (siglos XIV y XV):

· la reflexión se escinde en disputas entre escuelas;
· Guillermo de Ockham y el nominalismo tienen una gran influencia en la teología posterior;
· se inicia la recuperación del tomismo (San Vicente Ferrer, San Antonino de Florencia, Pedro Cockaert).

5) Escolástica renacentista (primera mitad del siglo XVI):

· continúa la recuperación del tomismo con Tomás de Vío Cayetano;
· comienza un segundo momento de apogeo de la escolástica con los teólogos de la Escuela de Salamanca (Francisco de Vitoria, Melchor Cano, Pedro de Soto, etc.).

6) Escolástica barroca (del año 1550 al 1650):

· en esta época comienza la controversia de auxiliis (Luis de Molina, Domingo Báñez, etc.);
· es importante la obra de Francisco Suárez.

XXXXXA partir del año 1650 se inicia una fuerte decadencia que llegará hasta el final del siglo XVIII, por lo menos.

3. Período moderno y contemporáneo

XXXXXPodemos resumir los rasgos de la situación cultural de Europa después de la paz de Westfalia (1648) en los siguientes puntos:

· desaparece la unidad política (Iglesia e Imperio) y aparecen los estados nacionales;
· el centro de influencia política y cultural se traslada de los países mediterráneos al centro de Europa;
· ante la decadencia de la escolástica surgen nuevas líneas de pensamiento: el racionalismo francés y el empirismo anglosajón;
· se fortalecen las tendencias escépticas y naturalistas favorecidas por la crisis de la conciencia nacida de la dura experiencia representada por las guerras de religión que agitaron a la Europa de esos años;
· aunque la sociedad sigue siendo cristiana en su mayoría, en las capas intelectuales predomina el escepticismo y el agnosticismo a partir del siglo XVIII;
· se prepara una ruptura espiritual e intelectual.

XXXXXA partir de entonces -y hasta el momento actual- la teología se encuentra con la gran tarea de salir de su decadencia, ir a la raíz de la fe, y conseguir mostrar, con fuerza nueva, su vitalidad y su verdad.

-Las etapas de este período son las siguientes:

1) Decadencia a lo largo del siglo XVIII;
2) Inicio de un proceso de renovación en el siglo XIX, a través de la vuelta a las fuentes bíblicas y patrísticas, la recuperación de la tradición escolástica en su momento de esplendor y el diálogo con algunas corrientes del pensamiento moderno (versión idealista y romántica);
3) Plenitud de la renovación en torno al Concilio Vaticano II, punto decisivo de referencia para la valoración del precedente desarrollo de la Teología y para el juicio sobre la situación actual y su historia futura.

Bibliografía: Quasten I, 1-31, Moliné I, 9-30.

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