Marción
De
su obra (Las "Antítesis" entre el A. y el N. Testamento)
no se ha conservado nada. Todo lo que sabemos de él nos lo han
trasmitido sus adversarios: Ireneo, Tertuliano, Hipólito y Clemente
de Alejandría.
Marción nace en Sínope (Ponto). Su padre, obispo de la
ciudad, lo excomulga. En el año 138 le acoje la comunidad de
Roma, que lo excomulga de nuevo en 144 por doctrinas no ortodoxas. Funda
una iglesia propia que se difunde rápidamente y alcanza a pervivir
hasta el siglo V. Marción muere hacia el año 160.
Marcíon se pregunta cómo es posible compaginar al Dios
bondadoso del Nuevo Testamento con el iracundo del Antiguo Testamento.
Resuelve el dilema negando que sean el mismo. Se queda sólo con
el Evangelio de San Lucas y algunas cartas de San Pablo. Niega los pasajes
en los que aparece Jesucristo de una manera más justiciera. Llega
a la conclusión de que el mundo y el hombre no fueron creados
por un Dios bondadoso, sino por un demiurgo. Por lo tanto rechaza el
mundo. Para ser redimido hay que apartarse del mundo y vivir con un
rigorismo ascético. Prohibe tomar vino (incluso en la Misa) y
contraer matrimonio y procrear.
La doctrina de Marción niega la redención del pecado y
dice que el cuerpo de Cristo sólo fue aparente.
Aunque los Padres pusieron a Marción entre los gnósticos,
pues tiene rasgos en común con ellos, algunos aspectos de su
doctrina no casan con el gnosticismo, como la creación de una
iglesia propia. Con su actitud hacia la Sagrada Escritura contribuyó
al proceso de clarificación del canon del Nuevo Testamento.