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CAPÍTULO
XI: OCCIDENTE BAJO LOS SEVEROS Pavorosa
anarquía a la muerte de Cómodo (193), el último de los Antoninos. Tendencia
autoritaria de Septimio Severo. Simpatía por las religiones orientales
gracias a su matrimonio con la hija del sacerdote de Emesa, Julia Domna. 1.
El Edicto de Severo Inicios
del siglo III: recrudecimiento del mesianismo judeo-cristiano, orientación
apocalíptica y hacia el ascetismo integral (montanismo).
En esa
época florecen los Hechos de los Apóstoles, que tienen un tono de
profetismo apocalíptico (relatos de martirios, exaltación de la
virginidad, separación de los esposos). También proliferan las Actas
de los Mártires (de San Justino, 165; mártires escilitanos de África,
180; mártires de Lyon, 178, Perpetua y Felicidad, 202).
Hacia el
año 200 muchos creían en la inminencia de la Parusía. Cfr.
también el comportamiento exaltado del joven Orígenes. Las posiciones
de Orígenes recuerdan las de Tertuliano e Hipólito (por ejemplo,
respecto al Imperio), aunque más tarde aparece más moderado.
En
África, Asia, Roma y Alejandría se expresa un mismo cristianismo
escatológico. Sin embargo, no es el cristianismo de los obispos (más
moderado, más acuerdo con el poder civil, más pastoral y preocupado
por la salvación de todos). Es la lucha entre la visión de los intelectuales
seducidos por la Iglesia ideal, y los pastores conscientes de las condiciones
de la Iglesia real. En la época de Cómodo hay cristianos en la
corte: Marcia (su concubina), Prosenes, Carpóforo. Severo se dirigirá
(decreto de prohibición del proselitismo cristiano en 202) contra las tendencias
cristianas apocalípticas (contra el servicio militar, contra el matrimonio).
La persecución alcanza particularmente a los montanistas y los marcionistas.
En cambio no son molestados los gnósticos (que eran antimilenariastas)
y los obispos.
También los judíos de esa época albergaban
esperanzas escatológicas.
La persecución de Severo afecta
especialmente a Egipto y África. Mueren Leónidas y otros, principalmente
neófitos y catecúmenos. En África está el martirio
de Perpetua y su esclava Felicidad. En las Galias, el de Ireneo. 2.
Hipólito y Calixto Dos
tendencias en época de Víctor (189-199): montanismo (cristianismo
asiático, influencia del Apocalipsis de Juan, fin del mundo, tensión
Iglesia-Imperio, martirio, combatido por Eleuterio) y monarquianismo (basado en
las doctrinas de Práxeas -venido de Asia para advertir a los romanos sobre
el montanismo-, ampliado por Noeto y, en cierta manera, tolerado por Ceferino
y Calixto).
Hipólito (c.170 a 235) aparece en este clima. A Hipólito
hemos de identificarle con un sacerdote romano desterrado junto con Ponciano a
Cerdeña en 235 y sepultado cerca de la vía Tiburtina (parece que
es suya la estatua cerca de esa vía, que contiene una lista de obras de
Hipólito del 210 al 224).
Los escritos de Hipólito son típicamente
romanos, de origen petrino (es decir, sirio y judío-palestinense), en los
que se notan ecos de las Homilías clementinas, también de influencia
petrina.
También tiene influencia de Ireneo (de quien se presenta
como discípulo, según Focio) y por tanto de Asia. Se nota en la
estima de Hipólito por el Apocalipsis. Además, comparte el milenarismo
de los asiáticos y cree en la inminencia del fin del mundo. Tiene hostilidad
frente a la filosofía y preferencia por el estoicismo (como Melitón).
Es
un precioso testigo de la liturgia romana.
Dos corrientes en Roma: 1) corriente
apocalíptica (que obedece a ciertas características antiguas de
la Iglesia: Hermas), culto a los mártires Pedro y Pablo, favorecida por
el montanismo, 2) corriente de la jerarquía que se muestra favorable a
la moderación, a la indulgencia, a la búsqueda de la unidad entre
los grupos y al diálogo con el poder imperial. En su Elenchos (Refutación
de todas las herejías) critica violentamente a Ceferino y a Calixto. La
violencia era el tono habitual. Hipólito realmente ataca un "ambiente",
el de los cristianos que pertenecen a las clases dirigentes (Marco Aurelio Carpóforo,
Marcia, Minucio Felix, etc.). Calixta era un gran administrador, que dialoga con
los hombres ricos del imperio. Ceferino y Calixto no son dos intelectuales, sino
hombres de acción. Hipólito sueña con una Iglesia de santos
en conflicto con el mundo, pobres, sin bienes.
Sin embargo, cuando Calixto
intuyó el peligro del monarquianismo, no dudó en condenar a Sabelio.
Hipólito
aparece como representante del viejo presbiterado romano, con su tradición
catequética y sus prácticas litúrgicas. Se nota su hostilidad
hacia los diáconos y a una concepción más monárquica
del episcopado. Hipólito escribe en griego, aunque en Roma los cristianos
hablaban en latín desde mediados del siglo II.
Hipólito,
sin embargo, no es un antagonista del papa ni un cismático. Sus escritos
respiran la más pura tradición. Su violencia procede, en gran parte,
de un género literario. Fu el representante de un integrismo que la Iglesia
hizo bien en no aceptar, pero fue también un gran doctor de la Iglesia,
venerado como santo. 3.
Nacimiento del África cristiana Cartago
es una ciudad menos cosmopolita que Roma. Es el centro de la cultura en lengua
latina. El cristianismo llega a finales del siglo I. Es una ciudad de marinos,
soldados y comerciantes. Había desde el siglo II una traducción
de la Biblia en latín. Las corrientes del cristianismo africano proceden
de Asia, a través de Roma. Las herejías que combate Tertuliano son
las misma que hay en Roma.
Tertuliano se inspira en los autores de lengua
griega anteriores a él (Justino, Ireneo, Melitón, Taciano
).
Hipólito permanece fiel al helenismo occidental, Tertuliano inaugura el
latinismo africano, dando así un impulso a África sobre Roma.
A
una cristiandad de origen latino, pero de cultura griega, Tertuliano (c.160) da
una forma autóctona de expresión. Dota a la Iglesia de África
(y la Iglesia entera) de un vocabulario litúrgico, teológico y ascético.
Tertuliano
era hijo de un centurión de la cohorte proconsular. Estudio derecho en
Cartago. Luego fue a Roma. Se convirtió hacia el año 195. Volvió
a Cartago siendo encargado del catecumenado. Es ordenado sacerdote. Interviene
en todos los debates que afectan al cristianismo y lo hace con un extraordinario
genio de polemista.
A partir del 207 se afianzan sus tendencias hacia el
montanismo. Le sucede algo parecido a lo que le pasó a Hipólito.
Tertuliano es partidario de un cristianismo de combate. Combate el paganismo,
insta a la deserción entre los soldados, ataca a Roma. Los obispos se esforzaban
en demostrar que el cristianismo era compatible con un justo patriotismo. Prohibe
a los cristianos las manifestaciones de la vida colectiva, a las mujeres que vayan
a la moda y a las vírgenes mánda que salgan siempre con velo.
La
ruptura llegó el año 211. Entonces publica las Actas de las mártires
Perpetua y Felicidad. En su De Poenitentia se opone (al igual que Hipólito)
al edicto del papa Calixto que concedía la penitencia a todas las faltas
sin excepción.
Tertuliano es un escritor latino, un jurista. Introduce
en la Iglesia un vocabulario jurídico. Utiliza el fondo estoico pero con
libertad. Su lenguaje es con frecuencia jurídico, pero su pensamiento no
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