CAPÍTULO IX: LA COMUNIDAD CRISTIANA Según la IIIª Visión del Pastor de Hermas, hay cuatro grupos de piedras blancas y cuadradas que sostienen la Iglesia: apóstoles, obispos, doctores y diáconos. Luego viene las piedras sacadas del fondo (los mártires), luego los fieles cristianos que han comprobado su fidelidad al marchar por el camino recto. Luego están también los penitentes. Hay otras piedras inservibles para la construcción (hipócritas, rencorosos, ricos de corazón, inconstantes). Lo que principalmente se alaba de los obispos es la hospitalidad y el cuidad de las viudas y los huérfanos. La comunidad se hace cargo de los indigentes y de los que sirven al altar. Los mártires tienen un lugar eminente. Pero, más altos aún que ellos son los hombres que se han hecho como niños en su inocencia. 1. La Jerarquía En
El Pastor de Hermas y en las Cartas de San Ignacio se recojen datos preciosos.
El obispo está rodeado del presbiterio y de los diáconos. Él
es quien preside la Eucaristía. Sólo está permitido reunirse
para celebrar la Eucaristía bajo la autoridad del obispo. Sólo el
bautiza y preside el agapé. También el matrimonio requiere su aprobación. 2. Los carismas espirituales El
Diálogo con Trifón indica una persistencia de los carismas en la
comunidad de mediados del siglo II. 3. Virginidad y matrimonio Las
influencias de los judeo-cristianos de Palestina en Egipto, Edesa, Rom, etc. fue
grande. Se notó de una manera particular en una serie de tendencias que
surgieron, incluso en el seno de la Iglesia, sobre la superioridad de la virginidad
al matrimonio, pero de una manera exagerada, hasta tal punto de llegar (en las
sectas heterodoxas: judaizantes, montanistas, marcionitas, Taciano) a condenar
la entera creación. 4. El martirio Aparece
como la forma más eminente de la santidad cristiana (cfr. Apocalipsis).
Los restos de los mártires se conservan como reliquias. Se recuerda el
aniversario de su dies natalis. Se les venera y da culto (cfr. el Martirio de
Policarpo). El martirio es victoria contra Satanás (cfr. martirio de Perpetua).
Es camino hacia la total transformación en Cristo (cfr. martirio de San
Ignacio). Va acompañado de fenómenos místicos. | ||