CAPÍTULO III: LA CRISIS DEL JUDEO-CRISTIANISMO (40-70)

1. Del 40 al 70

· Exasperación del nacionalismo judío que lleva a la destrucción de Jerusalén;
· Desarrollo del cristianismo entre los paganos impulsado por el Concilio de Jerusalén (50).

2. El Concilio de Jerusalén y el incidente de Antioquía

Judíos de tendencia nacionalista influyen en la comunidad judeo-cristiana de Jerusalén. Surge en esta una corriente que propugna la circuncisión obligatoria de los paganos convertidos al cristianismo. Estos judíos cristianos de Jerusalén alborotan la comunidad de Antioquía. Pablo y Bernabé, junto con Tito, son enviados a Jerusalén a exponer la situación a los Apóstoles.

Se reúne un Concilio en Jerusalén: Pedro, Juan, Santiago, Pablo y Bernabé tienen el mismo rango (obispos). Silas y Judas Barsabas son presbíteros de Jerusalén. Tito es presbítero misionero de Antioquía.

La organización jerárquica está integrada por los Doce Apóstoles, al frente de toda la Iglesia. Pablo se asimila a ellos. Pedro el la cabeza.

Luego sigue la organización local de episcopoi o higoumenoi. Son los presbíteros al frente de los cuales está un presidente con poder para ordenar.

Paralelamente existen los apostoloi, didascalos o profetas, que comprende a hombres de primera fila como Bernabé (que participa de los poderes de los Apóstoles).
El Concilio de Jerusalén zanja la cuestión. Sólo pide a los gentiles que practiquen los preceptos noáquicos: abstenerse de carnes inmoladas a los ídolos, de carnes ahogadas y de la fornicación.

A fines del 49 tiene lugar el incidente de Antioquía. Pedro y Pablo tenían preocupaciones diferentes y, a partir de ese momento, inconciliables. Pedro, la preocupación por la perseverancia de la comunidad judeo-cristiana. Pablo la preocupación por la libertad de los gentiles. Ambas visiones eran legítimas y correctas.

3. Expansión del judeo-cristianismo

A principios del año 50 Pablo comienza una nueva misión. En ella pasa a Europa y pone los cimientos de las iglesias de Macedonia y Acaya. La estancia en Corinto se extiende desde principios del 51 al verano del 52. Galión era proconsul de Acaya en 52 (inscripción de Delfos).

En la primavera del 53 emprende un nuevo viaje. El objetivo de la misión es Éfeso (54-57). Allí escribe la Epístola a los Gálatas y la Primera Epístola a los Corintios. Luego en Corinto escribe a los Romanos en el invierno del 57-58. Se presenta en Jerusalén en Pentecostés del 58.

4. Oposición a Pablo

Todas las dificultades que experimenta Pablo proceden del único motivo que es su oposición al nacionalismo judío (diferencias con Bernabé y Marcos, dificultades en Tesalónica, promotores de la Parusía -mesianismo nacionalista-, roces con Apolo -proveniente de los terapeutas alejandrinos muy cercanos a los pre-gnósticos esenios de enfoque especulativo-, etc.). Vuelve a chocar el Asia y Éfeso con los judaizantes. En el 63 se queja a Timoteo de que toda Asia le ha abandonado.

En Galacia la comunidad cristiana fundada por Pablo se preocupa de las estaciones, los meses y los años, lo que refleja una preocupación escatológica animada por el celotismo judío (fidelidad fanática a las prácticas legales y exasperación de la expectación escatológica).

Renunciar a la circuncisión se presenta para los judeo-cristianos como una traición política. No se oponen a Pablo por cuestiones de tipo dogmático.

En 58 Pablo es puesto en prisión y luego (60) enviado a Roma, donde permanece del 61 al 63. Luego va a Creta y a Éfeso. En Éfeso se encuentra con los judaizantes que hablan de fábuilas (expresión técnica para designar los sueños milenaristas), de las prescripciones alimentarias, delas especulaciones sobre los ángeles (de tipo gnóstico). Además hay algunos que proscriben el matrimonio y las bebidas alcohólicas (encratitas). Pablo le pide a Timoteo que beba vino.

En Creta y Éfeso Pablo dispone una organización eclesiástica. Hay un colegio de presbíteros con un presidente que es uno de sus miembros. Se le da el nombre de episcopos que indica más la función que la dignidad. hay diáconos que dependen directamente del obispo. Nos hayamos ante dos jerarquías paralelas, una más colegial (presbíteros) y otra más monárquica (diáconos), cuyo lazo es el obispo. Estas jerarquías entran a menudo en conflicto. La jerarquía misionera se va sustituyendo por una jerarquía local ordinaria. Lo mismo observamos en Siria (Didajé). Dos años más tarde la situación en Éfeso se agrava (cfr. 2 Tim).

En Roma, Pedro es víctima de la persecución de Nerón (64), por instigación de un círculo de judeo-cristianos. En 67 toca el turno a Pablo por el mismo motivo.
En Jerusalén es lapidado Santiago, obispo de la ciudad, el año 62. Es sumo sacerdote ese año Anás el joven. Santiago muere a causa de su oposición a seguir el mesianismo antirromano. El nacionalismo judío llega al paroxismo en el 66. Comienza la guerra judía y la comunidad cristiana se retira a Pella, en la Transjordania. Por lo tanto, deja de ser solidaria del destino nacional de Israel. Simeón, primo de Jesús, dirige esta comunidad. El año 70, Tito se apodera de Jerusalén, asesina a la población judía y destruye el Templo.

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