Tema 5. Vida cristiana cotidiana en los tres primeros siglos

a) La iniciación cristiana: catecumenado y bautismo

-La iniciación cristiana (Danielou, cap. 6)
Justino, en una de sus Apologías, menciona dos etapas de la iniciación cristiana.
La primera es de enseñanza de las verdades fundamentales de la fe (Símbolo de los Apóstoles, símbolo romano del siglo II). Se predicaba a Cristo anunciado en las profecías del Antiguo Testamento. Se utilizaban unas colecciones (testimonios) de escritos antiguos (cfr. Epístola de Bernabé, Demostración de la Predicación apostólica de San Ireneo). Además, había una catequesis moral: los mandamientos de amor a Dios y al prójimo, la regla de oro, la doctrina de los dos caminos, las normas del Concilio de Jerusalén, la oración dominical. Esta catequesis es independiente de los Evangelios y se trasmitió a través de una tradición oral (Didajé, Epístola de Bernabé).
La segunda etapa es la litúrgica. Los ritos bautismales van precedidos por un ayuno de la persona que se iba a bautizar y de algunos acompañantes. Parece tener el valor de un exorcismo. Va precedido de una renuncia (apotaxis) a Satanás y de una adhesión (syntaxis) a Cristo. Tambièn había imposición de las manos.
El bautismo se verifica por triple inmersión (simbolismo del descendimiento a los infiernos) -con invocación de loas tres Personas divinas-en agua de fuente (agua viva; origen del símbolo bautismal del pez). El rito va unido a la unción con el aceite consagrado (myron). La unción que sigue al bautismo es -en la liturgia valentiniana- señal del don del Espíritu.
Algunas comunidades judeo-cristianas (ebionitas y elcesaítas) sólo conocían el bautismo de Juan, de remisión de los pecados (y no de infusión del Espíritu). A la unción está estrechamente unida la signación con la señal de la cruz, la sphragis (signo tau hebreo, que significa el nombre de Dios y que llevan los elegidos en la frente; parece ser que también lo llevaban los esenios).
Luego está la entrega de la vestidura blanca relacionada con la simbólica denudación y revestimiento de Cristo. Es de origen judío. También se entregaba una corona de follaje (Hermas). También esta costumbre es de origen judío. Otro rito era el de beber agua bautismal (beber agua viva). El bautismo iba seguido de una toma de leche y miel.
Después del bautismo continuaba una catequesis post-bautismal, que comenzaba con una homilía después del rito del bautismo (punto de arranque de las catequesis mistagógicas del siglo IV), relacionada con la liberación del Éxodo. A la homilía pascual seguía una comida que precedía a la eucaristía, con la que terminaba la vigilia pascual (haggadá pascual). La última de las acciones de gracias que sigue a la comida, termina con las palabras Hosanna al Hijo de David….Marana tha!. Estas palabras son el inicio de la celebración de la eucaristía.

- Los Símbolos o profesiones de fe (Chacón)
Antes del bautismo se exigía hacer una profesión de fe en Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, y en la Iglesia. Así nacieron los "símbolos de fe".
Cfr. ficha sobre CEC, 185-197.
Cfr. ficha sobre "Los símbolos" en "Padres Apostólicos".

- Los Símbolos o profesiones de fe (Bihlmeyer)
Profesión de fe ("canon tes pisteos" o "symbolon"): el más antiguo en occidente es el "Símbolo apostólico" formado desde el siglo II (herejías gnósticas, Marción), fijado por Ceferino a principios del siglo III (lucha contra el monarquianismo) fundiendo una fórmula trinitaria con otra cristologica, y definitivamente formulado (tal como se conoce ahora) en la Galia meridional (450).

- Administración del Bautismo (Bihlmeyer)
Siglo I: con "agua viva" y la fórmula.
Siglo II: en edificios. Se utiliza la triple inmersión y en casos extraordinarios (baptismo clinicorum) la infusión y la aspersión. Ministro: el obispo. A mediados del siglo II comienza el catecumenado (cf. Justino). Tertuliano es el primero que lo menciona. Es un tiempo de preparación y prueba que duraba dos o tres años (catecúmenos = audientes).
Siglo III: en Roma (220) estaba organizado el catecumenado y se bautizaba (iluminación) en Pascua y Pentecostés, con ceremonias (signación, renuncia al demonio, exsorcismo con unción, prefesión de fe, promesas de fidelidad a Cristo, unción del agradecimiento) a las que seguían el crisma y la eucaristía; después se les daba una mezcla de leche y miel; permanecían con la vestidura blanca hasta el domingo "in albis". Había padrinos y se imponía un nombre al neófito. Se reconocía el bautismo de sangre y el de los niños (Tertuliano, Hipólito), del que Orígenes dice que es de tradición apostólica.
Profesión de fe: vid. infra D, 1.
La opinión erronea de que el bautismo administrado por herejes es inválido comenzó con Tertuliano; después la sostienen sínodos en Africa y Asia Menor; con motivo del cisma de Novaciano, la vuelven a sostener los obispos de Africa (Cipriano) y algunos de Asia (Firmiliano de Cesarea y Eleno de Tarso, y Sínodo de 87 obispos en 256). En Africa se sostiene esta opinión hasta mediados del siglo IV (cf. Sínodo de Arles del 314). San Agustín la rebate definitivamente.

- Administración del Bautismo (Chacón)
Al principio, se hacía inmediatamente después de que el que lo pedía hacía la profesión de fe. Hacia el año 220 (Traditio Hippolyti) aparece el catecumendado. Entonces se realizaba dos veces al año (Pascua y Pentecostes) por inmersión y con unas ceremonias concretas.
Se hacían los bautismos en la Vigilia pascual y la Víspera de Pentecostes (Whitsunday: vestidura blanca que se dejaban hasta el siguiente domingo: Lowsunday). Cfr. Wohl.
Las profesiones de fe. Ireneo y Tertuliano dan testimonio de ellas ("regula fidei seu veritatis"). Más tarde aparecen los "símbolos" (symbolum). En Roma (a. 200) Tertuliano y S. Hipólito dan testimonio del "Símbolo de los Apóstoles". Parece ser que fue San Ceferino (198-217) quien lo redactó en su forma definitiva, en su lucha contra los monarquianos.
Bautismo de herejes. Tertuliano (160-220) sostiene su invalidez en el Sínodo de Cartago (220). Novaciano se separa de Cornelio (251) por la misma razón. De la misma manera S. Cipriano, contra el papa Esteban, sostiene su invalidez en los Sínodos de Cartago de 255 y 256. S. Esteban excomulga a quienes no querían someterse. Esteban y Cipriano mueren en la persecución de Valeriano (258). Se mitiga la controversia. Más tarde vuelve a resurgir entre los donatistas. S. Agustín hará ver la importancia dogmática de esta cuestión (validez objetiva de los sacramentos). Era importante evitar que se diera a la Iglesia una dirección espiritualística, sobrevalorando el elemento personal y ético. Roma siempre defendió la validez objetiva de los sacramentos.

- El Bautismo (Fliché)
La teología apostólica está totalmente impregnada por la idea de sacramento. Aquellos hombres entendían perfectamente la necesidad de "sumergirse en el agua para que el alma sea bañada y purificada en ella, considerar el pan y el vino como un alimento que confiere al alma la inmortalidad" (Harnack).
Cristo instituye el bautismo (Jordán, Nicodemo, los discípulos bautizan, manda bautizar). Los Apóstoles desde el día de Pentecostés tienen la clara conciencia de que todos los hombres deben ser bautizados manifestando antes su profesión de fe.
Documento central del siglo apostólico: la Didajé, cap. 7: bautismo con agua corriente, si es posible; formula; tres veces; en la cabeza; ayuno del que bautiza y el bautizado uno o dos días antes...

b) Eucaristía

- Celebración de la Eucaristía (Bihlmeyer)
En los Hechos: doctrina de los apóstoles, fracción del pan y oración.
Siglo I: cotidianamente, por la mañana: lecturas y oraciones; por la tarde, primero el agape y luego el banquete eucarístico recordando la cena del Señor.
Siglo II: se unieron las dos celebraciones (lectura-oración matutina y eucaristía) dejando el ágape para la tarde (objetivo: caridad cristiana con oraciones y canto de salmos; se distribuía pan bendito llamado "eulogia"; se suprimio hacia el siglo IV). Se descibre el sacrificio eucarístico en la Apología de Justino (lecturas, canto de Salmos, Homilía, Oración litánica de los fieles, salida de los catecúmenos y penitentes, Beso de lal paz, ofrecimiento de dones, pelgaria eucarística de acción de gracias, distribución de la comunión a los presentes (en la mano, bajo las dos especies) y se llevaba, bajo la especie de pan, a los ausentes (se guardaba en las casas para el uso cotidiano y para los enfermos). Tertuliano testifica el ayuno eucarístico. En Roma celebraba la eucaristía el obispo y los acólitos la llevaban luego al resto de las iglesias para manifestar la unidad (cf. fermentum)
Siglo III: en la "Traditio apostolica" de Hipólito se describe el modo de llevarse a cabo la celebración eucarísrtica. Las fórmulas, que al principio eran libres, se van fijando. Se continúa reservando el conocimiento de los misterios principales a los ya bautizados: professio fidei, padre nuestro, rito del bautismo, liturgia eucarística (disciplina del arcano).

- Celebración de la Eucaristía (Chacón)
En 155 S. Justino la describe en su primera Apología. Todo se hacía con gran sencillez: lectura de la Sagrada Escritura, en una mesa pan y vino, oraciones consecratorias, a las que se respondía Amen, el ósculo de la paz, la comunión distribuida por diáconos ("la carne y la sangre de Jesucristo encarnado"), himnos, una homilía, el pan eucarístico era distribuido por los diáconos a los ausentes, y los fieles presentes lo llevaban a su casa para comulgar entre semana. La Comunión se hacía bajo las dos especies. Los diáconos la llevaban, bajo la especie de pan, a los enfermos y a los mártires antes de morir. Cfr. Wohl.
En la Traditio Hippolyti (220) aparecen ya fórmulas fijas. Había una uniformidad perfecta en todas las comunidades.
Tanto la Didaché como S. Justino, llaman a la Eucaristía "Sacrificio". Sólo comulgaban los bautizados.
También la Eucaristía, una vez instituida por Cristo en la última Cena, es vivida en Jerusalén y las comunidades paulinas desde el principio: es la "fracción del pan", el domingo (cfr. Cena en Troade. Dos aspectos aparecen siempre unidos: Juan subraya el aspecto de "comunión" ("pan bajado del cielo"), Pablo el de "sacrificio" ("sangre de la alianza").

c) Práctica de la caridad en las comunidades cristianas

- Vida cristiana (Fliché)
Harnack, en su "Esencia del cristianismo", creyó poder reducirlo todo a la religión de Cristo. Efectivamente, en esto tenía razón.
En los escritos del Nuevo Testamente se refleja esto admirablemente.
Testimonios históricos:
· "Se trata de un tal Jesús, que murió, y que Pablo afirma estar vivo" (Act 25,19, Festo a Agripa).
· "El había dado nombre a esta secta..., Cristo había sido ejecutado" (Tácito).
· "Los judios provocaban desórdenes bajo el impulso de un tal Cristo" (Suetonio).
Predicación de los Apóstoles:
· Discurso de Pedro en Pentecostés (Act 2,38).
· Discurso de Pablo en Antioquía de Pisidia (Act 13,38).
Textos:
· "Venid a mí todos vosotros que estáis cansados y abrumados, que yo os aliviaré" (Mt 11,28).
· "Porque ninguno de nosotros para sí mismo vive y ninguno para sí mismo muere; pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, morimos para el Señor. En fin, sea que vivamos, sea que muramos, del Señor somos. Que por esto murió Cristo y resucitó, para dominar sobre muertos y vivos" (Rom 14, 7-9).
· "Vosotros ya no os pertenecéis a vosotros mismos, porque habéis sido rescatados y comprados" (1 Cor 6, 19-20).
· "En El fueron creadas todas las cosas del cielo y de la tierra, las visibles y las invisibles, los tronos, las dominaciones, los principados, las potestades, todo fue creado por El y para El. El es la cabeza del cuerpo de la Iglesia. El es el principio, el primogénito de los muertos, para que tenga la primacía sobre todas las cosas. Y plugo al Padre que en El habitase toda la plenitud y por El reconciliar consigo todas las cosas en El, pacificando con la sangre de su cruz así las de la tierra como las del cielo" (Col 1, 16-20).
· "Para mí, la vida es Cristo" (Fil 1,21).
· "Nosotros estaremos siempre con el Señor" (1 Thes 4,17).

d) Matrimonio y familia

- La vida moral y religiosa de los cristianos de los tres primeros siglos (Bihlmeyer)
Oración: por la mañana y por la tarde, antes de la comida y del baño, a las horas de tercia, sexta, nona y a medianoche, al canto del gallo...; se utilizaba mucho el signo de la cruz...
Limosna: visión escatológica, desprendimiento de lo terreno, obras de caridad, preocupación por los enfermos, viudas, etc.
Pureza: no asistían a espectáculos públicos, vestían decentemente, no se pintaban el cabello, no adornaban el cuerpo vanidosamente, había muchas vírgenes y célibes (costumbre de los sinisacti -matrimonio espiritual, virgines subintroductae-, al principio recomendados, pero después desaconsejados).
Moralidad pública: empleos desaconsejados, era reprobada la usura,
Familia: contra la costumbre generalizada del aborto y la "exposición" de los recién nacidos, se pedía la aprobación del obispo.
Cfr. Epístola a Diogneto y Ad Autolycum de Teófilo de Alejandría.
La vida moral y religiosa de los cristianos de los tres primeros siglos (Chacón)
Los cristianos eran ciudadanos corrientes. Seguían las costumbres civiles (Cfr. Carta a Dogneto y Apología de Tertuliano). Teofilo de Antioquía hace una descripción laudatoria de su vida. Pertenecían a todos los tipos de profesión.
Sin embargo se distinguían por su piedad (Eucaristía, oración, signarse..), por no asistir a espectáculos públicos, por su vida ascética y mortificada, por sus limosnas, por la atención a los enfermos, viudas, huérfanos, esclavos, prisioneros, forasteros..., por su modo de vivir la castidad en el matrimonio, el el celibato, denunciando el aborto, dignificando la vida familiar. La virginidad era observada por numerosos cristianos. Galeno, médico pagano (+ 200) los alaba por su desprecio a la muerte, su amor a la castidad, su dominio de sí y por dedicarse a cosas noble, muy superiores a las que se dedicaban los filósofos paganos.

e) La administración de la penitencia: disputas y praxis

- Las controversias penitenciales: cismas de Novaciano, Felicísimo y Melecio (Chacón)
a) Novacianos.
El 250 muere el papa Fabián (Decio) y le sucede Cornelio. Novaciano se nombra antipapa. La cuestión debatida era la reconciliación de los lapsi. Novaciano sostenía que no era lícito que se reconciliaran, ni siquiera en el momento de la muerte, y que no se podían remitir los pecados capitales. Se formó una secta de "cataros", rebautizados.
Los condenan un Sínodo en Italia (251), Cipriano de Cartago y Dionisio de Alejandría. Con muchos adeptos en Oriente (sobre todo, montanistas). Siguen hasta el s. VII.
b) Felicianos.
Surgen en Cartago, contra Cipriano. Son laxistas (tomando ocasión de la readmisión de los apóstatas). Su fundador es Felicísimo.
c) Melecianos.
Surgen en Egipto (inicio del s. IV). Melecio es obispo de Licópolis, que se opone al patriarca Pedro (mártir en 311). Más tarde se unen con los arrianos nombrando un antiobispo contra S. Atanasio.

- La disciplina penitencial (Bihlmeyer)

Siglo II: desde el principio se tenía la idea de que lo ordinario para un cristiano es conservar la gracia bautismal hasta la muerte, por eso sólo se reservaba la penitencia para los tres pecados capitales o mortales (idolatría, asesinato y lujuria) que se perdonaban, después de penitencia pública (con confesión secreta o pública según la gravedad de los pecados), con frecuencia hasta el final de la vida (vestidos de saco y ceniza, no podían participar de la eucaristía, etc.). No había perdon de la Iglesia para los reincidentes, que se dejaban a la misericordia de Dios. Los pecados veniales se perdonaban con limosna, ayuno y oración. Dentro de este marco había mayor (Pastor de Hermas, año 140) o menor (Ireneo, Clemente de Alejandría) rigor en la disciplina penitencial.
Siglo III: Tertuliano (De poenitentia, escrito premontanista) sigue una dsiciplina moderada al principio; luego (De pudicitia) se hace rigorista afirmando que los pecados de lujuria no tienen perdón. Hipólito critica al papa Calixto (217-222) de laxista por perdonar pecados de impureza sin penitencia. A mediados de siglo el papa Cornelio, Cipriano y Orígenes (De oratione) siguen una disciplina moderada, que es citicada por Novaciano en Roma (rigorismo) y por Felicísimo en Cartago (laxismo).
Se utilizaba la palabra "exomologesis" (que significa confesión) para designar todo el rito penitencia. En el Concilio de Elvira (306), rigorista, se aumenta la lista de pecados mortales a 18 o 19 casos. En oriente habíaz varias clases de penitentes (plorantes, audientes, stantes, energúmenos, etc.).

- La disciplina penitencial (Chacón)
Entre los primeros cristianos había un alto tenor de vida moral: era una auténtica "comunidad de santos". Por eso se veía con mayor severidad a los pecadores. El pecado capital, o mortal (idolatría o negación de la fe, asesinato, lujuria), a veces (para algunos obispos), era motivo de exclusión de la Iglesia; aunque, ordinariamente, había la posibilidad de volver a ser admitido después de la penitencia. Tertuliano (De poenitentia) dice que se le concedía el perdón saltem en el lecho de muerte. Según las circunstancias había fluctuaciones entre en rigorismo y la clemencia.
En general la disciplina penitencial era dura y severa. La penitencia era pública. Desde el principio (cfr. 2 Cor 2,10) se aplicaba el tesoro de la muerte de los mártires a los necesitados (indulgencias). Cfr. Wohl.
En el s. III Hipólito acusa de laxista a S. Calixto. Tertuliano (De pudicitia - ya montanista) dice que el pecado contra la castidad es imperdonable. Novaciano reacciona contra la clemencia de Cornelio.
En general, la reconciliación después del Bautísmo se administraba una sola vez. Las penitencias eran largas: a veces duraban hasta la muerte (se vestían de sacos, se ponían ceniza en la cabeza; ayunaba, daban limosna). Los pecados notorios, requerían confesión pública; los pecados secretos, confesión secreta. La penitencia y la absolución eran siempre públicas. Los obispos eran quienes administraban la penitencia. Pronto hubo sacerdotes penitenciarios.

-La disciplina de la Penitencia (J. RATZINGER, Un canto nuevo para el Señor, ed. Sígueme, Salamanca 1999, p. 182-183). "Sería urgente una nueva investigación desapasionada de los primeros siglos en la historia de la penitencia. La imagen actual está determinada por el notable historiador de los dogmas Bernhard Poschmann, de Breslau, cuyas ideas asumió Karl Rahner y han calado en la conciencia teológica.Las posiciones matizadas de Poschmann han degenerado en la idea de que al principio sólo existió la penitencia pública, acompañada comunitariamente, como si la "confesión privada" hubiera sido invención de la Iglesia monacal de Irlanda. Hoy sabemos que en el judaísmo primitivo, durante la época de Jesús, la confesión de los pecados por los individuos y, en consecuencia, la confesión personal era un uso difundido y pasó después a la vida de las comunidades cristianas". Y continúa mencionando algunos ejemplos.

f) La cuestión de los lapsi

Los lapsi fueron los cristianos que renegaron de alguna manera de su fe durante la época de las persecuciones.

-La disciplina de la penitencia (Danielou, cap. 13)

Hubo muchos lapsi después de que Decio ordenara sacrificar a los dioses inmortales unos granos de incienso. Cipriano acepta la mediación de los "confesores" en la reconciliación de los lapsi, pero pide una penitencia más prolongada y severa. En contra de Tertuliano, acepta la penitencia de todos los pecados (incluida la apostasía) y admite la reiteración de la penitencia. La posición de Cipriano es la de la Igleisa (Dionisio de Corintio y los obispos de Roma, de Calixto, de Hermas, de Clemente de Alejandría y de Orígenes).
Al subir al pontificado Cornelio, hay dos partidos: el de Nocaviano (con Novato de África, Fabio de Antioquía, Marciano de Arles) y el de Cornelio (con Cipriano). No conocemos la postura de Dionisio de Alejandría. Es la Gran Iglesia contra las sectas de los "puros".

g) El culto a los mártires

- El martirio (Danielou, cap. 6)
Aparece como la forma más eminente de la santidad cristiana (cfr. Apocalipsis). Los restos de los mártires se conservan como reliquias. Se recuerda el aniversario de su dies natalis. Se les venera y da culto (cfr. el Martirio de Policarpo). El martirio es victoria contra Satanás (cfr. martirio de Perpetua). Es camino hacia la total transformación en Cristo (cfr. martirio de San Ignacio). Va acompañado de fenómenos místicos.
Los mártires dan la vida para salvación de sus hermanos. No son seres heroicos. Son hombres y mujeres frágiles ayudados por la gracia.

Apéndice: Fiestas y días de ayuno

- Fiestas y días de ayuno. La fecha de la Pascua (Bihlmeyer)
Los judíos ayunaban el lunes y el jueves. Los cristianos el miércoles, viernes y sábados (llamados con términología militar "stationes"), con medio ayuno (hasta la hora de nona, es decir, las tres de la tarde).
Se celebraba el domingo ("dies domenica") en lugar del sábado judío. En señal de alegría la oración se hacía de pie.
Las dos fiestas anuales eran la Pascua y Pentecostés. La Epifanía se comenzó a celebrar en Egipto (procedía del nacimiento de un Eón, se creía que las aguas del Nilo se convertirían en vino) y se generalizó a toda la Iglesia sólo hasta el siglo IV.
También se celebraba el "dies natalis" de los mártires.
En occidente la Pascua se celebraba el domingo siguiente a la primera luna llena de primavera (Pascua de resurrección) y en oriente el 14 de Nisan (Pascua de crucifixión, cuartodecimanos). Ya Policarpo hizo un viaje a Roma (154) para discutir el tema con el papa Aniceto, sin llegar a un acuerdo. El papa Víctor (190) convoca sínodos para decidir el tema. Como Polícrates de Efeso, que acaudillaba a los orientales, no se sometiese, fue excomulgado. Ireneo interviene como mediador y consigue la reconciliación. Hacia el siglo III los orientales acojen la disciplina de occidente. Sin embargo, en parte continuaron las discusiones más tarde porque los occidentales comenzaron a usar un cómputo más preciso del año lunar.
La Pascua era precedida de varios (de dos a seis) días de ayuno.

- Fiestas y días de ayuno. La fecha de la Pascua (Chacón)
Los hebreos celebraban como día festivo el sábado. Los cristianos, el domingo. Los hebreos ayunaban los lunes y jueves. Los cristianos los miércoles (traición de Judas) y viernes. Los sábados también en la Iglesia latina.
Las fiestas cristianas más importantes eran: la Pascua (Pasión, muerte y resurrección de Jesús), y Pentecostes. En Alejandría se comienza a celebrar el 6 de enero la fiesta del Bautismo del Señor y de la Epifanía. Además se celebra el dies natalis de los mártires en cada lugar.
La Pascua se celebraba, en Roma, el domingo posterior al 14 de Nisan (primera luna después del equinocio de primavera). En el Asia proconsular se celebraba el mismo 14 de Nisan (cuartodecimanos). Esto originó una disputa. En 155 S. Policarpo de Esmirna manifiesta al papa Aniceto su punto de vista, sin llegar a un acuerdo. Victor I (189-198) convoca sínodos en oriente y occidente, y excomulga a Polícrates de Efeso por no obedecer. S. Ireneo, por fin, restablece la concordia. En el s. III ceden los orientales y Nicea (325) decreta celebrarla en domingo.
Continuaron, sin embargo las disputas entre oriente y occidente por la diversidad del modo de contar los ciclos pascuales. El Vaticano II ("Sacrosanctum concilium") establece que se fije cualquier fecha civil que caiga en domingo.

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