D)
De Trinitate
XXXXX"Cuando
Agustín planeaba escribir un libro sobre la Trinidad, un día
dio un paseo por la playa y vio a un muchacho que había hecho un
pequeño hoyo en la playa, sacaba agua del mar con una concha de
caracol y la vertía en el hoyo. Al preguntar Agustín al
muchacho qué hacía, éste le respondió que
se había propuesto vaciar el mar con la concha de caracol y trasvasar
su
agua a aquel agujero. Como explicara Agustín que eso era imposible
y se riera de la ocurrencia, el muchacho le replicó que era más
fácil realizar su ocurrencia que explicar lo más mínimo
de la Trinidad, como pretendía hacer Agustín con su libro"
(ActaSS Aug VI (1773) 357 s.).
XXXXXEsta
leyenda medieval fue trasmitida por primera vez el año de 1493
en la colección de Petrus de Natalibus. Se hizo popular en las
creaciones artísticas porque capta de modo gráfico las dificultades
con las que se encontró Agustín al escribir su De Trinitate.
Está dedicada al obispo Aurelio de Cartago. Tardó catorce
años (399-412) en escribir los doce primeros libros. En 420 terminó
los tres últimos, hasta completar quince.
XXXXXLos
motivos que tuvo Agustín para escribir esta obra fueron internos,
no externos. Leyó, según confiesa él mismo, todo
lo que pudo escribirse antes de él sobre la Trinidad. Esos escritos
pudieron ser el Adversus Praxeam de Tertuliano, o los escritos
de Novaciano, Mario Victorino, Hilario de Poitiers, ó los de los
autores griegos....
XXXXXLos
quince libros se dividen en cinco grandes partes:
- I-IV: los testimonios de la
Escritura respecto de la unidad y consustancialidad de la Trinidad;
- V-VII: la doctrina de las relaciones
como características diferenciadoras de las personas de la Trinidad;
- VIII: el conocimiento de Dios
mediante la verdad, bondad, justicia y amor;
- IX-XIV: la imagen de la Trinidad
en el hombre;
- XV: resumen y retoques de la
obra; los testimonios de la Escritura sobre la procesión del
Hijo y del Espíritu Santo.
XXXXXLas
aseveraciones decisivas y peculiares de la teología de la Trinidad
de Agustín son las siguientes:
- La Trinidad no sólo
constituye una unidad indivisible, sino que actúa también
como tal. Cierto que ella se revela en las teofanías del Antiguo
Testamento en diversas formas y personas —puesto
que toma las formas de los objetos, animales, hombres y ángeles
para manifestarse, y puesto que el Hijo en el Nuevo Testamento no se
limita a tomar a un hombre, sino que se hace hombre de
modo único—,
pero son las tres personas de la Trinidad las que actúan conjuntamente.
- Las tres personas divinas son
el ser mismo, eterno, inmutable, consustancial. Por tanto, no se distinguen
por esencia, sino por sus relaciones (relationes), que se expresan
en sus nombres: Padre = principio y no engendrado; Hijo = palabra e
imagen del Padre; Espíritu Santo = don y amor.
- La fórmula trinitaria
desarrollada por la Iglesia griega bajo la guía de los Capadocios
"mia ousia —
teiV upostaseiV" es errónea
en la versión literal latina "una esentia —
tres substantiae"
tal como la había utilizado aún Mario Victorino. Pero
tampoco la traducción "tres personae" satisface
a Agustín porque "persona" no es un concepto de relación,
sino de unidad. "Con todo, se dice "tres personas"
no porque se pueda expresar con ello que la Trinidad de Dios significa,
sino por no guardar silencio" (Trin V 9,10).
- El hombre como imagen de Dios
es imagen de la Trinidad (cfr. Gen 1, 26 ss.). Por eso él
puede encontrar en sí a Dios como Trino, como memoria, intelligentia
et voluntas o amor.
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