De la Luisiana a la Nueva España
La Historia de Juan Bernardo Domínguez y Gálvez (1783-1847)
(por Víctor Cano Sordo, México, D.F., 1999)

CAPÍTULO X
Una Época Turbulenta (1847-1867)

       Hemos dedicado los cuatro capítulos anteriores a la vida de Juan Bernardo Do-mínguez y Gálvez desde su llegada a México por el puerto de Veracruz (1813) hasta su fallecimiento en San Juan del Río (1847).

       Los últimos tres capítulos son la narración de la historia de María Ignacia de Quintanar y sus hijos desde 1847 hasta el fallecimiento de Manuel (1910) que es el último de los hijos en morir.

       Quizá esta última parte del libro, podrá tener menos interés para un lector que no sea descendiente de Juan Bernardo y María Ignacia, ya que se relatan sucesos familiares que son de poca importancia en una historia de carácter más general. He considerado conveniente incluirlos, pensando -desde luego- en que a los descendientes de Juan Bernardo y María Ignacia les dará gusto conocer detalles familiares quizá, hasta ahora, desconocidos totalmente para muchos. Pero, además, pienso que reflejan bien la vida de una familia mexi-cana en la segunda parte del siglo XIX.

       En este capítulo veremos lo que sucedió en San Juan del Río con la familia Domínguez Quintanar desde el fallecimiento de Juan Bernardo (1847) hasta el de María Ignacia (1865) y matrimonio de Manuel Domínguez Quintanar (1866).

       Los veinte años que van desde la guerra con Estados Unidos (1847) al fin del segundo imperio (1867) son decisivos en la historia de México. Antes de intentar reconstruir la vida de la familia Domínguez Quintanar en esa época, nos será útil tener una idea general de los acontecimientos sociales y políticos que vivía México en esos años. Así tendremos un marco de referencia para comprender mejor la historia de nuestros personajes.

1. Una mirada a la historia de México (1847-1867)

       Del 22 de agosto de 1846 al 20 de abril de 1853 se llevó a cabo en México la llamada Segunda República Federal (1). En los primeros meses, los liberales exaltados se adueñan de la situación política. Gómez Farías -que era vi-cepresidente con Santa Anna, como en 1833- vuelve a proponer inoportunas reformas religiosas y es apartado del poder. Santa Anna tiene que dejar la presidencia después de sus derrotas con Estados Unidos (1847). Se suce-den varios presidentes interinos (Anaya, Peña y Peña) y varios propietarios (Herrera y Arista). Así, hasta llegar a la Revolución de 1852-53 en la que se enfrentan abiertamente centralistas y federalistas.

       Al finalizar la revolución, del 20 de abril de 1853 al 12 de agosto de 1855 vuelve un llamado Régimen Aconstitucional Centralista, en el que -como sucedió en el período de 1841 a 1844- Santa Anna, de nuevo, gobierna despóticamente mediante su Partido Militar Santanista. Entre 1854 y 1855 tiene lugar el Plan y la Revolución de Ayutla para derrocar definitivamente a Santa Anna. Luego viene un período de dictadura y, en 1857, la nueva constitución liberal.

       En los años sucesivos (1858-1862) tiene lugar la Guerra de Reforma entre conservadores y liberales. El triunfo de Juárez origina la Intervención Francesa (1862 a 1864) y el Segundo Imperio (1864-1867).

       Los sucesos de estos años se pueden resumir en el siguiente cuadro:

  • 1846-1853: Segunda República Federal y guerra con los Estados Unidos (1847);
  • 1854-1855: Plan y la Revolución de Ayutla, anticonstitucional y antisantanista;
  • 1855-1857: Dictadura Preconstitucional del general Álvarez y de su sustituto Comonfort;
  • 1857: Constitución liberal de 1857;
  • 1858-1862: Tercera República Federal y Guerra de Reforma entre conservadores y liberales;
  • 1862-1864: Intervención Francesa;
  • 1864-1867: Segundo Imperio de Maximiliano.

       Verdaderamente 1847, año de la muerte de Juan Bernardo, fue un parteaguas en la historia de México del siglo XIX. La derrota frente a los americanos ocasionó graves males al pueblo mexicano. Sobre todo, le llevó al pesimismo y a la violencia. Los conservadores y liberales entran en una fase de beligerancia que acabará en la cruel guerra de Reforma (1858-62), con la victoria definitiva del sistema liberal.

       ¿Qué sucedía mientras tanto en San Juan del Río?

2. María Ignacia de Quintanar y el Dr. Perusquía (1851)

       María Ignacia había quedado viuda relativamente joven. En mayo de 1847 tenía 44 años de edad.

       Mercedes y Soledad se habían casado y vivían con sus familias. No sabemos si en 1847 ya habría muerto Soledad, o falleció un poco después. Quizá Consuelo también ya había fallecido, siendo soltera.

       Juan Otón había llegado a vivir a San Juan del Río -quizá por primera vez, pues nació en Querétaro- después de transcurridos los años de la academia militar. Tenía casi veinte años cuando murió su padre. Era el mayor de los varones, y debía ocuparse de su madre, viuda. Pronto su carrera militar le impediría permanecer largas temporadas en San Juan. Pero al menos, desde entonces, San Juan sería el lugar de su residencia hasta su matrimonio con Adelaida Franco, que se llevaría a cabo en 1855 (2).

       Manuel y Ángel estudiaban en México. Ángel terminaba sus estudios en el Colegio de San Juan de Letrán y San Ildefonso, mientras que Manuel comenzaba la carrera de Medicina en la Escuela Nacional de Medicina (1847-1854).

       Refugio viviría con su madre hasta 1853. En ese año contrae matrimonio con el navarro Pedro Argain. Y Paz, era una niña de ocho años cuando murió Juan Bernardo.
María Ignacia decidió casarse por segunda vez. En esa época eran bastante frecuentes las segundas nupcias.

       Probablemente conocía bien al Dr. Guadalupe Perusquía, viudo y con seis hijos, como ella, pues ambas familias parece que vivían en la misma calle de Don Esteban: la del Dr. Perusquía en el nº 18 y la de María Ignacia en el nº 20 (3).

       Guadalupe Perusquía había estado casado con doña Vicenta Gutiérrez hasta el 21 de abril de 1847, fecha en la que había fallecido su esposa (4). Un mes mas tarde fallecía Juan Bernardo. Estas circunstancias favorecían que surgiera un afecto mutuo entre el Dr. Perusquía y María Ignacia.

       Guadalupe Perusquía era bastante más joven que ella (unos diez años), pero eso no debería ser un obstáculo para una mujer viuda con varios hijos menores de edad que alimentar y educar.

       Veamos con más detalle quién era el Dr. Guadalupe Perusquía.

       Antepasado más o menos directo suyo era, probablemente, el famoso escultor don José Mariano Perusquía y Rubio, que nació en San Juan del Río el 22 de junio de 1761. Los padres del escultor eran dueños de la hacienda de Santa Cruz, que en 1794 pertenecía ya a don José Manuel de Quintanar, tío de Narciso.

       El escultor tenía un hermano menor, nacido en 1771 y llamado Antonio Vicente Hipólito. José Mariano estudia con Manuel Tolsá en México y luego se traslada a Querétaro al taller de los «Tres Marianos» (con Mariano Arce y Mariano Montenegro). Es suyo el San Juan Bautista del altar mayor del templo del Sagrado Corazón, el Crucifijo del brazo derecho de la iglesia parroquial y la Purísima en el nicho del altar que está junto al presbiterio a mano izquierda.

       Guadalupe Perusquía heredó las dotes artísticas de su antepasado. Tenemos el dato interesante de que en 1856 levantó un mapa topográfico de la hacienda de Lira (5), que pertenecía en 1793 a don Raimundo de Quintanar y probablemente siguió perteneciendo después a algún miembro de esa familia.

       Además, sabemos que antes de esa fecha -en 1853-, había recibido el encargo de las autoridades civiles de San Juan del Río, de proyectar la remodelación del nuevo panteón del Calvario, donde más tarde se depositarían los restos de Juan Bernardo (6).
Al parecer tuvo una vida activa en servicio de la comunidad de San Juan. Por ejemplo, Ayala menciona que el 22 de mayo de 1873 se nombró una comisión que inspeccionara el punto donde pudiera almacenarse el agua necesaria para el servicio público de San Juan y fue nombrado para este objeto -entre otros- el señor Guadalupe Perusquía (7).
Don Guadalupe murió el 31 de julio de 1879. Está sepultado en uno de los panteones que están junto al río. En concreto en el del lado oriental. Su mausoleo es quizá el de mayor tamaño de ese panteón.

       Según tradición familiar, sabemos que tuvo seis hijos en su anterior matrimonio con Vicenta Gutiérrez: Manuel (ca. 1839), Vicente, Luz y Guadalupe son los nombres de quienes tenemos alguna referencia. No conocemos a los dos restantes.

       Manuel Perusquía Gutiérrez se casó con doña Ramona Layseca y fue padre de Ernesto Perusquía (1877-1847), primer gobernador constitucional del Estado de Querétaro (del 30 de junio de 1917 al 12 de octubre de 1919) e íntimo amigo de Venustiano Carranza. Falleció en Tequisquiapan el año de 1947 y está enterrado con los Constituyentes.

       Vicente Perusquía Gutiérrez fue notario del Registro Civil. Así aparece al firmar la partida de nacimiento de Luz Madaleno Domínguez en 1874. Luz Perusquía Gutiérrez fue madrina de bautismo de Carmen Madaleno en 1876. Y Guadalupe Perusquía Gutiérrez fue íntima amiga de Paz Domínguez. En el próximo capítulo reproducimos una carta que Paz le escribe en 1883.

       En una breve biografía de Manuel Domínguez se dice que en 1854 María Ignacia Quintanar ya se había casado en segundas nupcias con el Dr. Perusquía (8).

       Efectivamente, según consta en la partida de matrimonio que se conserva en el Archivo parroquial de San Juan del Río, la boda se celebró el primero de marzo de 1851. El texto de la partida es el siguiente (9):

En la Ciudad de San Juan del Río en casa de la pretensa, a primero de Marzo de mil ochocientos cincuenta y uno previa la dispensa de vanas del Illmo. Sr. Arzobispo de Méjico, yo el Dr. Don José Miguel Zurita, Cura propio y Juez Ecco. de esta Parroquia, di de manos conforme a derecho al Sr. D. Guadalupe Perusquía, de treinta y ocho años de edad, viudo de la Sra. Vicenta Gutiérrez, originario de la capital de Querétaro y vecino de esta ciudad en el barrio de San Miguel, con la Sra. Da. Ignacia Quintanar, de cuarenta y seis años de edad, viuda del Sr. General D. Juan Domínguez, originaria y vecina de esta ciudad en el mismo barrio de San Miguel. Fueron sus padrinos y testigos el Sr. D. Antonio Berruecos y la Sra. Dña. Gertrudis Morales, y lo firmé. [Rúbrica de José Miguel Zurita].

       Según este documento del 1º de marzo de 1851, el Dr. Perusquía, con treinta y ocho años de edad, debió de nacer, por lo tanto, en 1812. María Ignacia tenía cuarenta y ocho años, y no cuarenta y seis, como se dice tanto en la partida como en la información matrimonial previa.

       La biografía de Manuel menciona que el Dr. Perusquía le dejó su clientela cuando Manuel decidió instalarse en San Juan del Río en 1854 (10). Este dato favorece la hipótesis de que el Dr. Perusquía se trasladó, al menos unos años, a la ciudad de México, para ejercer su profesión médica después de 1854.

       Parece que en 1851, el Dr. Perusquía vivía, quizá con algunos de sus hijos solteros, en la calle de Don Esteban nº 18. María Ignacia, con sus hijos (Juan, Refugio y Paz), vivía en el nº 20 de la misma calle. Manuel y Ángel terminaban sus estudios en México.

       Al casarse el Dr. Perusquía y María Ignacia en 1851, de alguna manera se unieron las dos casas.

       En 1853, prácticamente recién llegado de México y terminados sus estudios, Ángel se casó con Dolores García Castanedo. Esta familia continuaría viviendo en el nº 20 de Don Esteban.

       María Ignacia se quedaría en el nº 18 de la calle con el Dr. Perusquía y los tres hijos solteros de María Ignacia: Juan, Refugio y Paz. En 1854 el Dr. Perusquía se traslada a México.

       En 1855 se casaron Refugio y Juan Otón. Refugio se fue a vivir con Pedro Argain a la casa de la calle de General Rayón, donde vivía de soltero, o quizá se trasladó ya al nº 153 de la calle de Santo Domingo que iba a ser el domicilio definitivo de la familia Argain Domínguez. Juan Otón permaneció en San Juan al menos hasta el 1º de diciembre 1859, día en que nace su hija Natalia.

       Por los datos contenidos en una carta de Manuel fechada el 30 de abril de 1859 - siendo prefecto del distrito de San Juan del Río-, podemos suponer que María Ignacia y Paz se fueron a reunir con el Dr. Perusquía a la ciudad de México, a finales de 1855. Volverían a San Juan hacia principios de 1859 (11) por los sucesos políticos que aconsejaban establecerse de nuevo en su casa de Don Esteban nº 18.

       El texto de la carta es el siguiente (12):

       Por haberse ausentado de la Capital mi Padre político el Sr. D. Guadalupe Perusquía y posteriormente por los trastornos políticos de aquella población, no se hizo en tiempo hábil la manifestación de los bienes de la Sra. mi Madre, en aquel punto, como lugar de su residencia y hoy que la expresada traspasa a es-ta población y probablemente se establece en ella, yo, como representante, suplico a V.S. se sirva pasar la manifestación que incluyo a la Junta Calificadora y recabar de ella se admita como presentada en el tiempo oportuno por las razones que le llevo expuestas y en lo que recibiré merced. Dios y Ley. San Juan del Río a Abril 30 de 59. [Rúbrica de Manuel Domínguez. Sr. Prefecto del Distrito de San Juan del Río]

       Esos trastornos políticos eran nada menos que el triunfo definitivo del partido liberal, después de la Guerra de Reforma. Esos acontecimientos los habían obligado a volver a San Juan antes del mes de abril de 1859.

       Pero, antes de reflexionar sobre los últimos años de la vida de María Ignacia Quintanar, veamos con más detalle cómo se fueron formando las familias de sus cuatro hijos que se casaron antes de que ella falleciera. La única hija que entonces quedaría soltera era Paz.

3. La familia de Ángel (1853)

       Después de la muerte de Juan Bernardo, como hemos visto, María Ignacia pasaría cuatro años (1847-1851) viviendo sola con sus hijos solteros en la casa del barrio de San Miguel donde habían vivido, con domicilio en la calle de Don Esteban nº 20.

       Por aquellos años, el primero de los hijos en casarse fue Ángel. Había nacido el 2 de octubre de 1831 en Querétaro y se casó con Dolores García Castanedo el 31 de julio de 1853 (13). Angel tenía veintidós años de edad y Dolores diecisiete años. Los padrinos de la boda fueron don Vicente García, padre de Dolores, y doña María Ignacia Quintanar.

       Dolores había nacido, hacia 1837, en la hacienda de la Estancia Grande. Esta hacienda pertenecía en 1793 a José Manuel García Aureoles de León, que puede haber sido el abuelo de Dolores (14).

       Los padres de ella eran Vicente García y María del Carmen Castanedo. La madre era hija de María Ignacia Quintanar Soto y Francisco Castanedo Pita. Recordemos que esta María Ignacia era hija de Raimundo Quintanar, hermano de Narciso. Por lo tanto, Dolores y Raimundo, eran tataranietos de don Francisco Xavier de Quintanar y doña Juana Pérez de Bocanegra. Ambos eran primos, en tercer grado.

       Vivían en el barrio de San Miguel. En la partida de matrimonio se dice que Ángel, siendo aún soltero, era vecino de San Juan en la calle de Don Esteban. Podemos suponer que entre los nº 18 y 20 de esa calle vivirían María Ignacia con el Dr. Perusquía y los hijos menores de ambos matrimonios. De los hijos de María Ignacia vivirían allí Juan y Refugio (todavía solteros), y también Paz, que tendría entonces quince años de edad.

       También Dolores, antes de casarse vivía con sus padres en esa misma calle de Don Esteban, del barrio de San Miguel. Nuevamente volvemos a comprobar la importancia de esta calle en la vida de los personajes de esta historia.

       La familia de Ángel, una vez casado con Dolores, viviría en el nº 20. Con el transcurso de los años, los habitantes de aquellas dos casas se irían marchando a otros lugares, salvo Ángel y su familia, que seguirían ocupando el nº 20, y el Dr. Perusquía con María Ignacia (hasta su fallecimiento en 1865), que ocuparía siempre la casa del nº 18.

       Muy cerca de esas casas y en la misma acera, estaban las casas de los nº 6 y 8, que ya a partir de 1866 vemos ocupadas por otros miembros de la familia Domínguez Quintanar: allí vivirían Enrique Díaz Domínguez (hijo de Soledad), Manuel Domínguez y Adelaida Girón y, durante los años setenta, la familia Madaleno Domínguez.

       Dolores Castanedo, la esposa de Ángel, tuvo otra hermana mayor que ella, Eraclia de la Concepción García Castanedo, que nació el 7 de junio de 1834, de quien fue madrina María Ignacia Quintanar (15).

       El 1º de noviembre de 1877, Dolores falleció de congestión cerebral a los treinta y nueve años de edad (16). Ángel quedaba viudo muy joven: tenía entonces cuarenta y seis años de edad.

       Al menos once hijos tuvo este matrimonio, y fueron los siguientes: Consuelo (1854), una segunda Consuelo (1855), Ángel (ca. 1857), Manuel (1858), Soledad (1859), Dolores (1861), Pedro Pablo (1867), María de la Paz (1871), María de la Gloria (1874), José Fernando (1876) y María Ángela (1877).

       Antes de 1864 es probable que Ángel se dedicara a administrar alguna hacienda. En efecto, en muchas de las partidas de nacimiento de sus hijos se le menciona como «agricultor». Pudo haber sido la hacienda de la Estancia Grande, heredada por su mujer. Pero después, en 1879, aparece mencionado como profesor de primeras letras (17).

       Como hemos visto, haciendo una lectura detenida de todas las partidas de nacimiento de los hijos de Ángel, hemos podido encontrar muchos datos interesantes de la familia Domínguez Quintanar (18).

4. La familia de Refugio (1855)

       Refugio, a los diecinueve años de edad, se casó con Pedro Argain -que tenía treinta y un años de edad-, el 10 de septiembre de 1855. Los padres de Pedro eran Lorenzo Argain e Isabel Iturralde. Ya habían fallecido. Pedro era originario del pueblo de Almandoz, en la provincia de Navarra. Había llegado a San Juan del Río hacia doce años y meses, es decir, hacia principios de 1843. Se menciona en la partida de matrimonio (19) que Refugio era «originaria de la capital de Querétaro y desde su infancia vecina de esta referida Ciudad», es decir, de San Juan del Río. Los padrinos de matrimonio fueron el Sr. don Gil Echevarría -propietario de la hacienda de San Clemente- y la Sra. doña Ignacia Quintanar, madre de Refugio.

       Pedro Argain debió nacer a fines de 1823 o principios de 1824, pues en julio de1867 tenía cuarenta y tres años de edad. Era comerciante.

       Como ya vimos, en el acta de nacimiento de la segunda Consuelo Domínguez García (hija de Ángel y Dolores) esta niña se dice que sus padrinos fueron Pedro Argain (como apoderado de Francisco de Paula Travesí) e Ignacia Quintanar. En dicha partida se dice que eran vecinos de San Miguel, en la calle del General Rayón. Este domicilio, es probable que fuera el domicilio de soltero de Pedro Argain. María Ignacia vivía en la calle de Don Esteban nº 18 con el Dr. Perusquía y sus hijos solteros, entre ellos Refugio. Una vez casado con Refugio, Pedro Argain aparece domiciliado, desde 1865 hasta 1879 al menos, en la calle Real de Santo Domingo nº 153, actual Av. Juárez Poniente. En esa casa, vivían con la familia, en 1869, dos jóvenes comerciantes que ayudarían a Pedro Argain en sus negocios: José Rey y Juan García. El primero era gallego y el segundo era nacido en San Juan (20).

       Pedro y Refugio tuvieron, al menos once hijos, y fueron los siguientes: Soledad (1857), Elvira (1859), Alfonso (1861), Refugio (1863), otra Refugio (1865), Pedro (1867), María de la Luz (1869), Manuel Lucas (1870), Salvador (1873), José Ignacio (1874) y María del Carmen (1879).

       La primera Refugio y su hermano José Ignacio murieron de niños y están enterrados en el panteón del Calvario. Allí se pueden visitar sus sepulturas, que están juntas. En la de Refugio se leen las siguientes palabras, que comienzan con un verso de sabor decimonónico:

«Te asomaste a la puerta de la vida y el mundo te asustó; más al verlo turbada y afligida el cielo te llamó».
Refugio Argain y Domínguez. Murió el 24 de abril a la edad de 9 meses. A perpetuidad. 1864.
México. Vergara nº 3. Bello [que es el nombre del establecimiento en dónde se adquirió la lápida de mármol blanco]

       No sabemos casi nada de la familia de Refugio y Pedro, aparte de estos datos. Es posible que hayan permanecido en San Juan del Río unos años -en su domicilio de Santo Domingo nº 153- y, quizá, como otras familias de esa época, luego -en los prósperos años ochenta- hayan emigrado hacia la capital del estado o hacia la ciudad de México.

       El que Salvador, uno de los hijos, haya llegado a ser en 1920 gobernador del estado de Querétaro, nos hace pensar que toda la familia Argain estaba radicada allí.

       Sin embargo, he revisado las guías telefónicas de Querétaro y de San Juan del Río, y no aparece mencionado ninguna persona con el apellido Argain. Es posible que haya en esas ciudades algunos descendientes de las mujeres Argain.

       En los índices microfilmados del Archivo Histórico Familiar de Salt Lake City aparece el dato de una María de la Luz Argain, que se casó con Edmundo Larrauri, el 6 de febrero de 1889, en la parroquia de Santa Ana de Querétaro. Actualmente puede haber en Querétaro nietos de este matrimonio con sesenta años de edad.

       En el acta de bautismo de María Dolores Madaleno Domínguez, del 21 de mayo de 1871, se dice que Dolores Gastiasoro fue su madrina que otorgó poder a Refugio Domínguez, quien, por enfermedad nombró en su representación a Guadalupe Perusquía, hija del primer matrimonio del Dr. Perusquía.

       Este último dato -la enfermedad de Refugio- podría ser un indicio de que tal vez murió relativamente joven, como su hermana Paz. Hay una carta que una tal María escribe el 6 de agosto de 1898, desde Querétaro, a Carmen Madaleno, con motivo del fallecimiento de su madre (que había fallecido el 27 de febrero). María comienza diciéndole lo siguiente:

«Increíble parece que tenga yo que hablarte de una pérdida que han sufrido Uds. tan grande como la nuestra. Cuanto, cuanto las he considerado y las he acompañado, créemelo, como si hubiera estado con Uds. Tú que sabes lo mucho que hemos querido a toda tu familia comprenderás lo sensible que nos ha sido la inesperada muerte de mi querida tía (q.e.p.d)» (21).

       No sabemos quién podrá haber sido esta María. Pero, ¿no habrá sido quizá una de las primas Argain? Es más, ¿no habrá sido precisamente María de la Luz Argain, la casada con Edmundo Larrauri? Podía haber sido también María del Carmen Argain, tres años menor que su prima Carmen Madaleno (22).

5. La familia de Juan Otón (1855)

       Solamente cuatro días después de la boda de su hermana Refugio, Juan Otón se casa con Adelaida Franco y Mújica en la capilla de la hacienda de la Esperanza de la jurisdicción de la parroquia de Tolimanejo. Era el 14 de septiembre de 1855.

       Juan Otón tenía veintisiete años de edad y Adelaida diecisiete. Los padres de Adelaida e-ran Vicente Franco y Dolores Mújica. Vivían desde hacía dos años en la hacienda de San Diego, perteneciente a la jurisdicción de San José de Iturbide, estado de Guanajuato. Los padrinos fueron la madre del novio y el padre de la novia (23).

       En el acta de matrimonio, Juan Otón aparece como originario de Querétaro y vecino de la ciudad de San Juan del Río desde hacía ocho años (1847). Esto nos indica que vivía en San Juan desde la muerte de su padre. Antes, probablemente tenía residencia en Querétaro. No podemos precisar cuáles fueron sus destinos militares y en qué momento llegó a ser comandante de escuadrón y capitán de Húsares.

       La última noticia que tenemos de Juan Otón es del 20 de julio de 1866. Ese día se presentó ante el alcalde municipal de San Juan para comunicar a las autoridades civiles el fallecimiento de Carmen Castanedo de García, madre de su cuñada Dolores García Castanedo (24).

       En esa fecha, Juan habría cumplido los treinta y siete o treinta y ocho años de edad. Todo parece indicar que vivía en San Juan del Río, pues en el Archivo Parroquial aparecen las partidas de bautismo de dos hijos suyos: Juan (1856) -que fue militar como su padre, su abuelo y su bisabuelo- y Natalia (1859). Además tuvieron a Mercedes, Carlota, Daniel y Alberto.

       Natalia se casó con Luis Llaca Michaus y Velasco, descendiente de los dos virreyes de la Nueva España de apellido Velasco. Era propietario de la hacienda de Fuentezuelas. Tuvieron a Cristina Llaca Domínguez, que nació hacia 1895 y se casó en segundas nupcias con Raimundo de la Mora, que había sido esposo de Luz Madaleno Domínguez. Luz y Natalia eran primas hermanas. Por lo tanto Luz era tía en segundo grado de Cristina.

6. Maximiliano en San Juan del Río (1864)

       Después de la Guerra de Reforma entre conservadores y liberales, el triunfo de Juárez -que contaba desde 1859 con el apoyo efectivo de los Estados Unidos- determinó la Intervención Francesa (1862-1864) y, posteriormente, la llegada de Maximiliano y el Segundo Imperio (1864-1867) (25).

       La ocupación militar del país por Napoleón III tuvo lugar en tres campañas sucesivas dirigidas por Lorencez, Forey y Bazaine. Al terminar, se hizo el plebiscito y se estableció el imperio de Maximiliano.

       Todo concluye con el Sitio de Querétaro (del 6 de marzo al 15 de mayo de 1867) y el fusilamiento de Maximiliano y sus generales, con una nueva y definitiva victoria de Juárez.

       Durante esta época, los hermanos Manuel y Angel Domínguez Quintanar eran ya personajes distinguidos en la sociedad sanjuanense. Veamos lo que refiere de ellos Ayala (26):

«San Juan del Río sin embargo, no fue de las partes más fustigadas por la intervención francesa, porque fueron Jefes Políticos de la ciudad los señores doctor Manuel Domínguez y su hermano don Ángel, este último natural de San Juan; personas que se preocupaban por el bienestar de sus coterráneos».

       A propósito del papel que desempeñó el Dr. Manuel Domínguez como jefe político de San Juan, Ayala Echávarri narra en su Historia de San Juan del Río que Maximiliano llegó por primera vez a San Juan el 16 de agosto de 1864.

       A las cuatro de la tarde de ese día se servía una espléndida comida que su majestad el Emperador daba a la sociedad sanjuanense. Por la noche se hizo una lujosa velada. Se sirvió una exquisita cena, a la que asistió lo más granado de la sociedad. A la mañana siguiente toda la ciudad fue a despedirlo hasta la garita de Querétaro (27).

       Paz tenía veinticinco años. Muy probablemente esa fue la ocasión en que -según sabemos por tradición familiar- bailó con Maximiliano con el guante que aún conserva la familia.

7. Fallecimiento de María Ignacia de Quintanar (1865)

       Mi madre guarda, entre sus recuerdos familiares heredados de mi abuela Carmen, una certificación fechada el 14 de septiembre de 1865, en el que el Dr. D. José María Flores, cura y juez excmo. de la parroquia de San Juan del Río da constancia de que Paz Domínguez y Quintanar, vecina de San Juan del Río, permanecía soltera «al lado de la Señora su Madre» (28).

       Al parecer, María Ignacia tenía alguna enfermedad seria ya en esas fechas. Tuvo que trasladarse a la ciudad de México y allí falleció el 1º de diciembre de 1865. Su acta de defunción se encuentra en el Archivo de la Parroquia del Sagrario Metropolitano y dice lo siguiente (29):

[Al margen izquierdo:] 616 [nº de la partida] Da. Ignacia Quintanar Casada 65 años Complicación [es decir, que murió de una complicación]
[Texto:] En dos de Diciembre de mil ochocientos sesenta y cinco se le dio sepultura cristiana en el Panteón de San Fernando al cadáver de Da. Ignacia Quintanar, natural y vecina de S. Juan del Río y transeúnte en esta Corte, casada que fue con D. Guadalupe Perusquía la que habiendo recibido los Santos Sacramentos murió ayer en el Portal de la Águila de Oro nº 5. [Rúbrica].

       Aunque Ignacia vivió la mayor parte de su vida en San Juan del Río, dos sucesos importantes de su existencia tuvieron lugar en la ciudad de México: su boda y su fallecimiento. Los dos se llevaron a cabo cuando la ciudad de México era corte imperial, durante el primero y el segundo imperio.

       Los «65 años» que se atribuyen a María Ignacia eran una edad aproximada. Realmente tenía 63.

       El Portal del Águila de Oro era un portal de arcos -ya desaparecido- en la calle del Refugio (calle de 16 de septiembre) entre la calle de Isabela Católica y la calle de Motolinía. Artemio del Valle Arizpe lo describe así (30):

«No era feo el Portal del Águila de Oro, no era sucio, sino limpio y de esbeltos arcos. Daba comienzo donde hoy acaba la Casa Boker [gran ferretería alemana situada en la esquina actual de Isabela Católica y 16 de Septiembre] y concluía en la esquina del callejón del Espíritu Santo, al que hoy se le dice calle de Motolinía, 4ª de este nombre. No había en él vendimias de ninguna clase como en los otros portales, en las que abundaban y eran de cosas sabrosísimas; solamente se veían unas cuantas alacenas de libros viejos en las que se daban largo y regalado gusto los bibliófilos».

       La Casa Boker se construyó en 1900 en el encuentro de las calles del Refugio (16 de Septiembre) y del Espíritu Santo (Isabela Católica). Antes, en ese lugar estaba el hotel La Gran Sociedad, con su café y concurridísimo restaurante. Era un caserón antiguo y recio que venía del siglo XVII. Allí se reunía, a mediados de siglo, lo más distinguido de la sociedad de México: políticos y gente acomodada, comerciantes ricos y empleados de categoría, jefes del ejército y hacendados. Los diputados que venían de fuera tenían su cuarto en La Gran Sociedad (31). ¡Cuantas veces habrán estado en ese hotel -que estaba a unos cuantos metros del lugar donde murió Ignacia- los miembros de la familia Domínguez Quintanar!

       En el número 2 del Portal del Águila de Oro -en la acera norte de la calle- estaba instalada, desde 1846, la importante Librería de Murguía que editaba, por ejemplo, el Antiguo Calendario Galván y el más antiguo Silabario de San Miguel y San Miguelito en el que muchas generaciones de niños mexicanos aprendieron a leer. También estaban en ese portal las librerías de don Nabor Chávez y de don Juan Buxó. Esta última se llamaba Librería Madrileña.

       En el número 4 del Portal del Águila de Oro se encontraba la Dulcería del Águila de Oro, y de este nombre era de donde tomaba el suyo el viejo soportal. Su dueño era don Luis Pérez Cano. Estaba siempre abastecida de estupendos recetarios procedentes de los antiguos conventos de la época de los virreyes (cremas, compotas, peladillas, leches, pastas, jaleas y cajetas…). También se vendían allí caros juguetes franceses, ya que el fundador de la dulcería había sido un francés de apellido Reynaud. En la acera de enfrente -la sur- estaba otra afamada confitería francesa, El Paraíso Terrestre, en la que se podían encontrar todo tipo de carnes frías, embutidos y salchichonería gala (32).

       María Ignacia murió en la casa número 5 de ese soportal el primero de diciembre de 1865 y fue sepultada al día siguiente en el Panteón de San Fernando.

       Muy probablemente acompañarían a Ignacia en sus últimos momentos su esposo don Guadalupe Perusquía y algunos de sus hijos. Un sacerdote de la parroquia del Sagrario Metropolitano pudo administrarle antes de morir los Santos Sacramentos.

8. La familia de Manuel (1866)

       Manuel termina la carrera de medicina en México el año de 1854. Veamos lo que nos dice la breve biografía que se encuentra al principio de sus obras (33). La cita es larga pero vale la pena copiarla entera:

«Provisto del título y con las ilusiones de todo joven, dirigiose a la ciudad de León (Guanajuanto) donde, al decir de algunas personas, era fácil hacer fortuna. El desengaño vino bien pronto. Pobre aquella ciudad y más pobre el médico que llegó a sus puertas sin cartas de recomendación que le valiesen para darse a conocer, ni algún amigo a quien pedir consejo, al cabo de algunos días dejo, desesperanzado, el campo, trasladándose a San Juan del Río (Querétaro), residencia habitual de la señora su madre, casada ya en segundas nupcias [en 1851] con un hombre de genio y de talento, el Dr. José G. Perusquía, quien, no obstante aquellos dones que debía a la Naturaleza, vivió y murió pobre, porque nunca cobraba honorarios a sus clientes, conformándose con recibir lo que la gratitud ofrecía: tejidos de gancho, frutas, gallinas, etc. [Ignacia, en cambio, tenía más posibilidades económicas].
Con clientela tan mal educada y, por añadidura pobre en su casi totalidad ¿qué podría prometerse al joven Galeno para su porvenir que el soñaba luminoso y se le iba presentando tras pardas nieblas?
Sin embargo el dulce calor materno, por el que llevaba años de estar suspirando, las manifestaciones amistosas de gran parte del vecindario, y el clima y los recuerdos de la infancia, todo lo fue comprometiendo a enraizar en aquel suelo. Así sucedió; y, aun cuando más tarde su padre político, el Dr. Perusquía, resolvió fijar su residencia en la Metrópoli [como veremos, quizá hacia 1855], él continuó bajo aquel cielo, absorbiendo la clientela del lugar».

       Efectivamente, en 1854, después de unos meses de incertidumbre profesional, Manuel se instala en San Juan del Río. Pronto, la clientela de su padre político le facilita darse a conocer. Sus cualidades humanas y su preparación profesional le llevan a destacar en la vida social de la pequeña población. En 1859, al menos, ya era prefecto político de la localidad (34).

       Manuel casó, en San Juan del Río, el 10 de febrero de 1866 con Adelaida Girón Rico (35) -nacida en 1840, en Tlalpujahua- con la cual tuvo siete hijos, dos de los cuales murieron a edad muy tierna (36). Al parecer, Adelaida murió bastante joven, al tener a su último hijo (37).

       Tanto por los datos encontrados en los archivos de San Juan, como por lo que conocemos por tradición familiar, podemos mencionar a los siguientes seis hijos: Manuel Ignacio (1866), Salvador, Gustavo, Felipe, Adelaida y Octavio.

       Quizá el que más destacó en la vida civil fue Salvador, el segundo de los hijos, que llegó a ser un famoso ingeniero y militar en la época del porfiriato. Además fue agregado militar -attaché- en París. Diseñó un tipo de cañón corto que se difundió por toda Europa. Hizo también un proyecto para construir la tercera torre de la catedral de México, que luego no se llevó a cabo a causa de la Revolución mexicana. En 1910 era general del ejercito mexicano. Vivió en el destierro, primero en St. Chamond, Francia y luego en El Paso, Texas. Murió en la ciudad de México en 1924 (38).

       A principios de 1867 Manuel y Adelaida vivían en la calle de Don Esteban nº 6. Sin embargo, pronto, los graves sucesos políticos que se avecinaban, les obligarían a cambiar su residencia, y la tranquilidad provinciana por el ajetreo de las grandes ciudades.

Notas

(1) Cfr. para este período BRAVO UGARTE, vol. III, p. 199 a 278.
(2) En su partida de matrimonio se afirma que, en 1855, llevaba ya ocho años de ser vecino de San Juan. Cfr. AJ, c-46, f. 192 a 192 v., partida 213.
(3) Más adelante veremos cómo, efectivamente, en varias partidas de nacimiento de los nietos de María Ignacia aparece claro el domicilio del Dr. Perusquía, y en la partida de matrimonio de Ángel, se dice que vivía -siendo soltero- en Don Esteban nº 20. Esa misma casa será después su domicilio de casado.
(4) Cfr. AJ, Libro de información matrimonial del año 1851, partida nº 756 (16 de febrero de 1851), matrimonio de Guadalupe Perusquía e Ignacia Quintanar. Fueron testigos Ramón Rubio y José Antonio Ochoa (soltero de 67 años hijo de José Antonio Ochoa y Francisca Quintanar).
(5) Cfr. AYALA, nota 26 en la p. 109.
(6) Este dato me lo proporcionó la encargada actual del museo que existe en ese lugar desde hace algunos años.
(7) Cfr. AYALA, p. 186.
(8) Cfr. M. DOMÍNGUEZ, p. IV-XVI.
(9) AJ, c-45, p. 225 v.
(10) Cfr. M. DOMÍNGUEZ, p. IV-XVI.
(11) El 15 de febrero de 1859 Paz Domínguez todavía no había vuelto a San Juan, pues su hermana Refugio tiene que representarla como madrina de María Soledad Domínguez García, una hija de Ángel. Cfr. AJ, b-105, f. 23 v., partida 156.
(12) AH, Comunicaciones a particulares, Sección 3ª, Año de 1859, nº. 91. La carta va adjunta a un oficio dirigido al Sr. Presidente de la Junta Calificadora de la Contribución, fechado el 1º de mayo de 1859.
(13) Cfr. AJ, c-46, f. 50 v., partida 176.
(14) Cfr. en AH, Compendio histórico, político, topográfico, hidráulico, económico e instructivo que manifiesta el estado de la Jurisdicción de San Juan del Río de la Provincia de México por fines de diciembre del año de 1793, hecho por don Pedro Martínez de Salazar y Pacheco, dedicado al Excmo. Sr. Conde de Revilla Gigedo, p. 4.
(15) Cfr. AJ, b-85, f. 54, año de 1834.
(16) Cfr. AH, acta de defunción de María Dolores García de Domínguez, en Libro de Defunciones, año 1877, partida 913, f. 117.
(17) Cfr. partida de nacimiento de María del Carmen Argain: AH, Libro 1º, del año 1879, f. 3 v., partida 14.
(18) Cfr. Apéndice VII, con los datos de las partidas de nacimiento de la familia Domínguez Quintanar.
(19) Cfr. AJ, c-46, f. 190 v., partida 206.
(20) Cfr. AH, Libro 6º de Nacimientos, del año 1869, f. 107 v., partida 43.
(21) Cfr. AF, Carta del 6 de agosto de 1898 escrita desde Querétaro por una prima de Carmen Madaleno.
(22) Mi madre -Conchita Sordo Madaleno- recuerda que muchas veces oía a su madre mencionar a «sus primas las Argain».
(23) Fueron testigos: Agustín Llaca, Esteban Soto y Mariano Franco. Cfr. AJ, c-46, f. 192 a 192 v., partida 213. Luis Llaca, el que sería esposo de su hija Natalia, pudo ser pariente de Agustín.
(24) Cfr. AH, Libro de Defunciones del año 1866, f. 24, partida nº 875. Carmen Castanedo, de cincuenta y seis años de edad, era la hija de María Ignacia Quintanar y Francisco Castanedo y Pita. Era también madre de Dolores García Castanedo, esposa de Ángel Domínguez. Había muerto el día anterior a las cuatro de la tarde de una pulmonía. Carmen está enterrada en el panteón del Calvario. En la partida se menciona como testigo a don Manuel García, de cuarenta años de edad, que seguramente sería hijo de la difunta.
(25) Cfr. para este periodo BRAVO UGARTE, vol. III, p. 278-345.
(26) AYALA, p. 172.
(27) AYALA, p. 171 y 172.
(28) Cfr. Certificado de soltería de Paz Domínguez expedido por el párroco de San Juan del Río, en AF.
(29) ASM, Libro 36º de Defunciones de octubre de 1864 a diciembre de 1867, f. 54, partida 616.
(30) ARTEMIO DEL VALLE ARIZPE, Calle vieja y Calle nueva, Diana, México 1980, p. 223.
(31) Cfr. ARTEMIO DEL VALLE ARIZPE, o.c., p. 203-214.
(32) Cfr. ARTEMIO DEL VALLE ARIZPE, o.c., p. 223-231.
(33) Cfr. M. DOMÍNGUEZ, p. IV-XVI.
(34) Cfr. AH, Comunicaciones a particulares, Sección 3ª, Año de 1859, nº. 91. La carta va adjunta a un oficio dirigido al Sr. Presidente de la Junta Calificadora de la Contribución, fechado el 1º de mayo de 1859.
(35) Cfr. ÍNDICES, Domínguez Quintanar, Manuel. Hay una Adelaida Domínguez enterrada en el panteón de la Santa Veracruz que, según consta en una lista que tiene la encargada, murió el 4 de octubre de 1909. Sin embargo, hemos comprobado que no tenía que ver con la esposa de Manuel, como se puede ver en AH, Libro 1º de Defunciones, año 1909, f. 178-179, partida 752, correspondiente a Adelaida Domínguez Domínguez.
(36) Cfr. M. DOMÍNGUEZ, p. IV-XVI.
(37) Dato proporcionado por los descendientes de Manuel Domínguez Girón, primer hijo de Manuel y Adelaida.
(38) En F. X. GUERRA, México: del Antiguo Régimen a la Revolución, Fondo de Cultura Económica, México 1988, p. 409, se menciona a un Salvador Domínguez como diputado suplente por el primer distrito de Querétaro en octubre de 1913.

Ilustraciones

- Juan Otón Domínguez Quintanar (óleo sobre tela, pintado por Arreola Juárez en 1967).
- María Ignacia de Quintanar (óleo sobre tela pintado hacia 1865).
- Manuel Domínguez Quintanar (foto tomada hacia el año de 1865).

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