HISTORIA DE LA HACIENDA DE LA LAJA (QUERÉTARO)

       Este resumen de la historia de la Hacienda de la Laja lo comenzamos a escribir en noviembre de 2004 y, por lo tanto, está incompleto. Ahora, en marzo de 2006, hemos terminado la Historia de la Hacienda de La Laja completa.

       Hay constancia escrita de que, en 1859, Cándido de Madaleno y Gasteasoro era vecino inscrito en la Municipalidad de Tequisquiapan y residía en la Hacienda de La Laja. Con él vivían otros dos españoles: Don Rufino Lamana y Licea, de 60 años de edad, y don Julián Guereguis y Aransolo, de cincuenta. Fierro de la Hacienda de La Laja en 1879.Es probable que éste último haya sido quien embarcó a Cándido en la aventura de América. La primera noticia que tenemos de Julián Guereguis (o Guereguiz) es del año 1856. Antes del 1° de agosto estaba en la ciiudad de Santiago de Querétaro decidido a adquirir el Rancho de Urechu para Rufino Lamana, propietario de La Laja desde el 26 de enero de 1853. Con fecha 1° de agosto Urechu pasó a la propiedad de don Rufino y se anexionó a la Hacienda de La Laja.

       Entre 1853 y 1859 (quizá un poco después de 1856) llegó Cándido a La Laja. Tenía unos 22 años de edad. Decimos que fue Julián Guereguiz quien lo puso en contacto con don Rufino Lamana, porque en 1876 vivía en San Juan del Río José Maguregui Aransolo (fíjese el lector en el apellido "Aransolo", que también era el segundo apellido de Julián Guereguiz), marido de una prima hermana de Cándido, llamada Valentina Concepción de Ozamiz Madaleno. El segundo nombre de Valentina también es significativo ¿No influiría de alguna manera en el que puso Cándido a su quinta hija, Conchita Madaleno? En resumen: Julián Guereguiz, José Maguregui y Cándido Madaleno tenían algún tipo de parentesco, aunque sea político, y se conocían en Bilbao, antes de llegar a México.

       En 1859 Cándido, con 24 años de edad, trabajaba en la Hacienda de La Laja como escribiente. Así consta en un documento fechado el 29 de marzo de ese año, que se conserva en el Archivo Municipal de San Juan del Río. Su residencia fue La Laja hasta que se casó, en junio de 1870, con Paz Domínguez Quintanar. A partir de entonces estableció su domicilio en la calle de Don Esteban n° 6, en la villa de San Juan del Río.

       Después de 15 años de trabajo esforzado como empleado de confianza de don Rufino Lamana, Cándido había reunido el suficiente capital como para hacerse con la propiedad de La Laja. Don Rufino, que era viudo, había decidido pasar sus últimos años en Bilbao. Murió el 18 de mayo de 1874, en Bilbao. Pero antes, a través de su apoderado en México, don Gil de Echevarría, había llegado a un acuerdo con Cándido, sobre la venta de La Laja por 72 mil pesos fuertes de plata de uso corriente mexicano. La firma de la escritura se llevó a cabo ante el notario de San Juan del Río, el 31 de diciembre de 1874. Desde ese día, La Laja ha permanecido en propiedad de los sucesores de Cándido Madaleno. Tenía una extensión de 237 caballerías y un tercio.

       Pero veamos, con más detalle, la cinco veces secular histoira de La Laja, desde sus primeros propietarios en el siglo XVI, hasta estos primeros años del siglo XXI.

1. La Laja en el siglo XVI

       La Hacienda de La Laja no había tenido muchos propietarios desde el siglo XVI. En los primeros años de la conquista, las 237 caballería y un tercio que pertenecían a Cándido Madaleno en 1874, estaban en la frontera entre la tierra de los Chichimecas, al norte, y la de los Otomíes, al sur. Hernán Cortés hizo merced a su lugarteniente Juan de Jaramillo "el Viejo" de la extensísima encomienda de Jilotepec. El año de 1531 se fundo el pueblo de San Juan del Río y las tierras de La Laja quedaron incluidas en los términos de San Juan, provincia de Jilotepec.

       El primer propietario de algunas tierras de lo que sería años más tarde la Hacienda de La Laja, fue Francisco de Nava, vecino de la ciudad de México, a quien el virrey don Luis de Velasco hizo mercede de dos sitios de estancias para ganado, en los términos de Xilotepec. Un sitio se nombraba "La Ladera del Mezquite" y el otro estaba en unos manantiales de agua, cerca de otra estancia. La merced está fechada a 14 días del mes de julio de 1551 (cfr. Títulos de La Laxa, Tomo I, foja 36). Ambos sitios pertenecieron después a la Hacienda de La Laja.

       Francisco de Nava, tomó posesión de las tierras recibidas en merced, por escritura del 6 de diciembre de 1558. Lo hace Alonso Aguilar con poder de Francisco de Nava (cfr. ibidem, foja 37).

       En los sucesivos años fueron tomando posesión de tierras en los términos de San Juan del Río y de Huichiapan (todos en la provincia de Jilotepec) que, más adelante formarían la Hacienda de La Laja, diversas personas, entre las cuales están, por ejemplo, Juan Yáñez (1565), Gaspar Morán (1617) y el Capitán Barrientos (1683).

2. La Laja en el siglo XVII

       A comienzos del siglo XVIII, un mercader vecino de la Cuidad de México llamado Domingo Hernández Prieto, se propuso comprar muchas tierras en la jurisdicción de San Juan del Río y en la de Cadereita. De esa manera, entre 1617 y 1620, consiguió ser propietario de una extensa zona que aún no se llamaba hacienda, pero que sería lo que después se llamó Hacienda de La Laja. Comprendía cinco sitios de ganado mayor y menor y ocho caballerías de tierra de labor. Los sitios de estancia eran: 1) Los Manantiales, 2) La Ladera del Mezquite, 3) El Sitio de Juan Yáñez, 4) La Fuente del Ciervo y 5) San Miguel de las Tetillas.

       Hacia 1630 ya había falledico don Domingo Hernández Prieto dejando una hija única y heredera de todos sus bienes, llamada María Prieto y Ribera. Mientras era menor de edad, su tutor y curador fue el Capitán don Diego de Barrientos y Ribera (quizá pariente de su madre, por lo "Ribera"). Doña María Prieto acabó casándose con un hijo de don Diego, que llegó a ser abogado de la Real Audiencia y asesor del Virrey. Su nomebre era don Diego de Barrientos y Lomelín. Esta pareja heredó las tierras que había adquirido Domingo Hernández Prieto.

       Don Diego de Barrientos y Lomelín, y doña María, tuvieron por hijo a don Buenaventura de Barrientos, que casó con doña María Mellado de Ribadeneira. Con las tierras heredadas de sus antepasados formaron la Hacienda de San Agustín de Buenavista, también llamada Hacienda de la Goleta. Era muy extensa. Dentro de ella estaban las tierras de lo que sería La Laja. A fines del siglo XVII murió don Buenaventura y quedó como propietario de todo aquello su esposa, doña María.

       Poco antes de comenzar el nuevo siglo, doña María de Mellado y Ribadeneira quisó rematar todas sus tierras, que pasaron a formar parte del Mayorazgo fundado el 24 de junio de 1589 por don Juan Guerrero de Luna y doña Beatriz Gómez Dávila.

3. La Laja en el siglo XVIII

       Al comenzar el siglo XVIII la Hacienda de San Agustín de Buenavista (incluyendo las tierras de La Laja) pertenecía a la esposa del segundo marqués de la Villa del Villar del Águila, que heredó esas propiedades de su esposa, doña María Josefa Paula Guerrero Dávila Fernández del Corral (Cfr. GUILLERMINA RAMÍREZ MONTES, El Marqués. Don Juan Antonio de Urrutia y Arana. Marqués de la Villa del Villar del Águila, H. Ayuntamiento de Querétaro, Querétaro 1994, p. 149-150).

       El segundo marqués de la Villa del Villar del Águila, don Juan Antonio de Urrutia y Arana (1670-1743), había nacido en un valle de la provincia de Álava, España. Cuando, al morir su esposa, recibió en herencia la hacienda de La Laja -escribe el Marqués en sus apuntes secretos- la propiedad no tenía «casa alguna, ni ninguna especie de ganado», y afirma que se vio «necesitado de fabricar casa y capilla con que se halla de piedra y lodo, sacándola desde sus cimientos los que sólo son de calicanto» (Ibidem, p. 50). Entre las piedras más antiguas de La Laja, se encuentra el dintel de entrada a la capilla, que tiene cincelada la fecha de 1703.

       Formaban parte del Mayorazgo del Marqués dos sitios de ganado mayor y medio de ganado menor, "que el uno tiene por nombre hoy Los Manantiales = El Saucillo = La Laxa = El Zapote; y el otro se nombra La Ladera del Mezquite y por otro nombre El Pedregal, en términos de San Juan del Río. Y el medio de ganado menor y una caballería que hoy llaman Las Tetillas en términos y jurisdicción de la Villa de Cadereita. Están medidos" (Ver Títulos de La Laxa, Tomo I, Legajo 1°, Foja 208).

       Al morir sin descendencia, don Juan Antonio de Urrutia y Arana dejó como heredero de La Laja a su sobrino don Juan Antonio Fernández de Jáuregui y Aldana, tercer marqués de la Villa del Villar del Águila, nacido también en España el 18 de octubre de 1729.

       Ver completa, la Historia de la Hacienda de La Laja).


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